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jueves, 30 de abril de 2015

Aprendiendo a jugar Ajedrez

Victor Vasarely (*)

Tendría 8 años cuando mi papá me enseñó a jugar Ajedrez, de manera muy calmada explicaba cada movimiento, yo veía que él jugaba con mi hermano mayor durante largas partidas y creo que le dejaba ganar, pues al finalizar mi hermano se ponía muy contento, hasta que un día le dije: “papi enséñame”.


Ahí descubrí la estrategia de la competencia, le preguntaba por cada jugada (para mi tonta) que él hacía, le pedía: “no me dejes ganar”, actúa de igual a igual, en cada derrota aprenderé a mejorar.

 

Él me decía que yo tenía estrategias opuestas, a veces atacaba y otras era muy pasiva, pero en todas demoraba en decidir, por tiempo hubiera perdido todas las jugadas. Creo que nunca le gané.


Transcurrieron los años, y mi alegró ver a mi anciano padre enseñándole jugar ajedrez a mis dos sobrinos, tampoco les dejaba ganar, el tema era competir.

Aun ahora tengo mi pequeño juego de ajedrez imantado, y a veces cuando estoy sola y deseo compañía, juego conmigo misma, es una experiencia única.




Practicar el juego del Ajedrez me ha permitido :

, pensar un poco más rápido,
. utilizar la mano izquierda,
. ser calmada,
. mejorar mi razonamiento,
. buscar distintas alternativas en un mismo escenario ayudándome a planificar,
. a concentrarme,
. mejorar mi creatividad porque puedo pensar por largo rato sin preocuparme en que no llegó a una conclusión,
. mejorar mi memoria,
. ayudar a solucionar mis problemas y a veces los de los demás,
. y me brinda prácticas de concentración,


 

Además mejoro mi nivel de razonamiento, a ser más lógica y a utilizar en todo momento a las ciencias matemáticas, pero sobre todo a tener mucha paciencia, la misma paciencia que tiene mi adversario cuando me demoro en mover una pieza.








Fotografías Derechos Reservados
Fotografías Star Trek pertenecen a Paramount Pictures.

214

(*) Ajedrez'. Victor Vasarely 1980. Plexiglás sobre plancha acrílica, 70 x 70 x 15 cm.
 Vasarely Múzeum, Budapest

miércoles, 15 de abril de 2015

Una extraña ciclovia en La Molina



Con el deseo de conocer las ciclovías de Lima, hace un par de días me dirigí hacia la ciclovía del distrito de la Molina, construida en la Av. Raúl Ferrero y que dobla a la izquierda hacia la Av. Manuel Prado Ugarteche, la cual culmina en el momento menos pensado.



Me encontré con una estrecha vía pintada de color verde, por donde caminan los peatones, corren los deportistas, transitan las mototaxis y carretillas, y uno que otro ciclista.



Algunos carteles que la señalizan, varios parantes de ciclistas y corredores en la ruta, pero a ningún lado se veía la existencia de una vereda, ni pasos peatonales, y por supuesto ninguna rampa peatonal.



¡Con razón todo el mundo transita por la ciclovía!


Aplaudo la labor de aquel que habilitó un área para practicar el deporte de la bicicleta, pero ¿no era indispensable primero construir una vereda?.



Pero caminar o pedalear por el sendero es tranquilizante, porque al menos estaremos un poco más seguros que hacerlo en la zona donde no existe vereda.


En especial porque existen algunas plantas, árboles, letreros y sobre todo un muro que nos separa de los vehículos.


Cuando llegué a la zona de la  Av. Manuel Prado Ugarteche, ya era de noche.


Pero felizmente existen zonas donde la iluminación es la ideal, en especial en las intersecciones.


Y a pesar de parecer solitaria, siempre nos acompaña algún corredor o un peatón que debe caminar porque en la zona tampoco existen veredas.


Fue una inolvidable experiencia, pero lo que rescato de las autoridades de la Municipalidad de la Molina, es el interés en proteger al ciclista.











Señalización y Seguridad de las ciclovias






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Calles con nombre de Personajes en Jesus Maria

Calles con nombre de Incas en Jesus Maria

Calles con nombre de Ciudades en Jesus Maria

Avenidas en Jesus Maria








Sendero a las playas de Chorrillos en los siglos XIX y XX



Escribir sobre un lugar que nunca conocí, es una experiencia singular, pero no imposible, por ello decidí escribir sobre el sendero a las playas del distrito de Chorrillos gracias a las antiguas fotografías.



Recuerdo haber ido al distrito de Chorrillos a finales de la década de 1960, siendo adolescente, varias compañeras del colegio residían en él, en especial, alrededor de la plaza central y por la avenida Huaylas, al cual solía ir mediante el tranvía.



En las visitas, ellas, y sus madres y abuelas, solían relatar distintas historias sobre el balneario, evocando lo hermoso que eran las playas, que acostumbraban utilizar un antiguo funicular, caminar por un pausado camino, o por un adornado sendero de escaleras, para llegar a las glorietas sobre el mar, pero sobre todo del bello y romántico malecón.



Desde el malecón de Chorrillos  existen varios senderos que conducen a las playas del balneario, acondicionados con la misma estructura de las edificaciones de la zona.



El nombre inicial del balneario, fue “San Pedro de los Chorrillos”, debido a que, durante muchos años, desde todos los acantilados de la Costa Verde, era común que emanaran chorrillos de agua desde la ladera.



Probablemente la ubicación de los chorrillos eran más comunes hacia la zona de la actual playa Agua Dulce.



La bajada hacia el mar que conducía a las instalaciones del club Regatas, posiblemente haya estado ubicada, a la altura de la actual avenida Mariscal Castilla.

Las siguientes fotografías, al parecer, corresponden a la misma zona, pero después del año 1881.



En ellas aparecen otros dos senderos que conducían al mar, uno de ellos quizá a la altura de la actual avenida Huaylas que conduce a la playa Agua Dulce, y otro sendero por la quebrada Tenderini.



Revisando las edificaciones, el mobiliario y las vestimentas de los ciudadanos, he tratado de agrupar las fotografías por sector.

  

Notando que en toda la zona del descenso está habilitado con farolas, bancas, muros de baranda y pequeñas estaciones para protegerse del sol.



La ruta cercana al Morro, que conducía al mar, fue fabricada enteramente en madera, con las barandas en forma de aspa, sin los adornos ni diseños que adornaban el malecón.






El camino fue habilitado pensando en que sea totalmente liso, para que puedan acceder las personas de toda edad.



Esta vista panorámica del sendero hacia las playas, pareciera ser de finales del siglo XIX.



En esta fotografía, se observa este sendero muestra pequeñas casetas de un nivel, con techo a dos aguas, sobre la explanada del acantilado, siempre con barandas de protección.

 

A varios metros entre sí, prácticamente al otro extremo del malecón, existía otra bajada hacia la playa, fabricado con características distintas a la primera bajada.



Luego de varios senderos de escaleras zigzagueantes, se llega a una edificación de dos pisos, con ventanas y un extenso balcón, con las puertas decoradas y con forma de arco en la parte superior.



Luego de un pequeño camino, al otro extremo se encuentra con una hermosa glorieta, con muchas flores y plantas alrededor.



Al otro extremo se había construido otra edificación, y entre ambas casas, muchas áreas verdes, y una pequeña pileta que adorna el jardín, en medio del cual hay un sendero de laja que conduce a un puente sobre el mar.

Dicho puente se encontraba apuntalado sobre pilotes, teniendo como límite una pequeña zona techada.



Parte de ese sendero de escaleras permanece a pesar de los años.



Los recuerdos así como de lo que observo en las fotografías, me hace pensar que el lugar era hermoso, paisajes que son difíciles de encontrar en esta época en cualquier parte de nuestra patria.





Fotografías obtenidas de archivos propios y del internet.
Algunas fotografías han sido retocadas.


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sábado, 4 de abril de 2015

Calle Mariano Odicio de Miraflores


La calle Mariano Odicio fue construía sobre los terrenos de la antigua Hacienda Armendáris, y limitaba con la Urbanización Pinganilla.

Se inicia en la intersección de la quinta cuadra de la antigua Alameda Pardo, cuadra que tiene sólo dos predios, y culmina en la cuarta cuadra de la calle Esperanza.


Es de anotar que toda el área al otro lado de la Avenida Ricardo Palma, estaba habitada, habiendo formando parte del distrito de Miraflores hasta el julio del año 1949, actualmente forma parte de los linderos del Distrito del Surquillo.


La razón del nombre, es para homenajear al Teniente Coronel Mariano Odicio, ciudadano peruano que participó en la Guerra del Pacífico (1879-1884), en especial en la Batalla de Miraflores del 15 de enero de 1881..


Observando antiguos planos, al parecer hacia la década de 1930, existían algunas casas en la zona impar de la calle Odicio, pero fue recién en la década de 1940 que toda esa zona se empezó a urbanizar.


Su segunda cuadra es una de las más extensas del distrito de Miraflores. Mientras que la tercera, se encuentra dividida, porque a partir de un sector impar se convierte en la calle Bartolomé Trujillo, teniendo como frente al parque Domingo Ayarza. 


Para culminar en la cuarta cuadra, en la intersección de la curva calle Ramón Ribeyro y la calle Juan Alfaro.


Al ser una vía algo escondida del tránsito peatonal y turístico, sus casas mantienen la mayoría de sus detalles originales, edificadas alrededor de las décadas de 1940 y 1950.

Uno de los locales más conocidos de esta calle es la farmacia Marte, fundada en el año 1974, la cual se ubicaba en la intersección de la sexta cuadra de la calle Diez Canseco con la tercera de Odicio.


La estructura de algunas de sus casas se remonta a la década de 1920, en especial la ubicada en la esquina con la calle Esperanza, posiblemente porque estaba cerca de la estación del ferrocarril y tranvía, muy cerca de la avenida Recavarren, vía que aún existe pero en el distrito de Surquillo.


Justo el predio numerado 211, ubicado al principio de la segunda cuadra, tiene un curioso y peculiar balcón cerrado, con adornos alrededor, ojalá que ese predio se mantenga por siempre, porque al parecer sus actuales ocupantes tratan de darle un poco de alegría, al colocar flores en un pequeño balcón.


Por la arquitectura, algunas edificaciones al parecer han sido construidas entre las décadas de 1960 y 1970,  siempre con sus agregados sobre los techos, como en casi todo el distrito.


Lo valioso de la calle, es que todas las casas tenían doble retiro, uno con muchas plantas de propiedad del predio, y luego de la vereda, una berma, casi siempre con un bello árbol.

La calle perfectamente podría llamarse la de los balcones, porque casi todas las viviendas tienen uno.


Con numeración 224, hay una pequeña y muy bien cuidada quinta, cuyas características se repiten en otras dos numeraciones.


Con un ingreso adornado con un amplio arco, así como una puerta de fierro, que por sus características, probablemente fue colocada en la década de 1980.


Dichas quintas fueron construidas de dos niveles, con arcos en la culminación de las ventanas del segundo piso, y diversos adornos en las fachadas.


Algunos adornos de las rejas colocadas tanto sobre los muros externos como en las ventanas de algunas casas son bastante recargados, inclusive pareciera que tuvieran doble cerco de seguridad. 


Es de anotar que al parecer todas las puertas y ventanas de este grupo de viviendas fueron instalados en fierro.


Por el número de puertas, al parecer, son seis predios los que se ubican en cada una de las quintas, posiblemente con una puerta auxiliar.


Pero como siempre, entre esas casas se observa una que mantiene su cerco original de madera, de alrededor 40 centímetros de alto, pintadas en color blanco.


La segunda cuadra de la calle par, tiene viviendas únicas, cada una con distinto aspecto, y al parecer, todas tenían un pequeño jardín exterior, pero que ahora, algunas, han sido cambiadas por cemento.


Aunque siempre existe alguna vivienda que mantiene las áreas verdes, aunque sea en la parte de la berma o en parte de su predio.


Hacia la calle Diez Canseco, también se observan predios singulares, algunos con balcones, otros con curiosos muros o bloques que abarcan los dos niveles que aparentan ser chimeneas.


Lo que me entristece es observar que siempre hay alguna de esas hermosas casitas que se encuentra a la venta, lo cual significa que pronto será demolida.


En la cuadra aún existen casas que abarcan dos calles, la Odicio y la Diez Canseco, aunque lo alto de los cercos impide observar su estructura.


En la tercera cuadra, se repite la constante de las bermas dentro de la casa y después de la vereda, así como las casas con balcones.


Pero por el diseño de las construcciones, parecieran haber sido edificadas en la década de 1960.


Manteniendo detalles únicos en cada predio, como este hermoso adorno en forma de columna de piedras, además de un balcón que abarca parte de la fachada, y curiosos detalles de profundidad en una zona del segundo piso.


Y felizmente, manteniendo sus áreas verdes y algunos árboles, así hayan colocado muros de protección.


Particular atención tuve con la numerada 328, considero que es una bellísima residencia, con adornos de madera en los muros, ventanas, balcones, arcos en las puertas, muros salientes, y un techo de tejas rojas que la adorna.


Residencia que es una de mis preferidas, por los hermosos detalles visibles para el caminante.


Otra hermosa residencia, pero esta vez de un solo nivel, que al parecer fue edificada hacia la década de 1930, es la signada con el número 388, muros de varios niveles, escaleras de mármol, columnas en el ingreso, tejas, arcos en las puertas, es un predio que debería formar parte del patrimonio monumental de Miraflores.


Como al frente se encuentra el parque Domingo Ayarza, las casas que culmina la cuadra 3 son sólo al lado par.


Los predios de la cuarta cuadra son disímiles entre sí, al parecer algunos han sufrido muchas modificaciones.


Por el largo de sus frentes, parecieran tener un metraje mucho mayor que las de las primeras cuadras.


Y a diferencia de estas, como al parecer son oficinas, tienen bastante olvidado las áreas veredas, o casi no existen.


Culminando el paseo por esta calle, con una bella residencia ubicada justo en la esquina de la primera cuadra de la calle Ribeyro.


Esta impotente residencia de dos niveles, con arcos y adornos en toda su fachada, con hermosos cercos vivos en la entrada.


Es un placer caminar por esta escondida calle.


Fotografías Derechos Reservados

Farmacia Marte - Esquina de la calle Odicio y Diez Canseco

Residencia calle Odicio 382 - Demolida

120 2978

Op Art Azul 05

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Dibujo y Pintura de Op Art a la venta. $500

Op Art Verde 69

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