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martes, 22 de mayo de 2018

Los azulejos de la Librería El Misti en Barranco



La calle De la Unión del distrito de Barranco sólo tiene dos cuadras, sin embargo es uno de los senderos más antiguos del balneario, es también una antigua ruta del río, que mantiene entre sus predios a hermosas y antiguas edificaciones, y dentro de ellos, muchos recuerdos, como los hermosos dibujos en bellos azulejos sobre el distrito de Barranco, instalados en la otrora librería El Misti.

Cruzando la av. Grau continua otra hermosa y antigua calle: Domeyer.


Don Ramón Valdivieso La Torre, fundó la Librería e Imprenta El Misti en el año 1930, según algunas fuentes, inicialmente sobre la plaza Espinoza, muy cerca de donde se encuentra la Compañía de Bomberos, en dicho lugar quedaron por muchos años unos tricicleros que también vendía útiles escolares hasta la década de 1980.

Al poco tiempo, se mudó sobre la vía impar de la primera cuadra de la calle De la Unión, donde aparentemente residían sus propietarios.


Con el transcurrir de los años, alrededor de mediados de la década de 1950, se trasladó hacia la vía par, a los pocos metros del chifa unión. 

Era el único lugar en el distrito de Barranco donde se podía conseguir los cuadernos Minerva. También era el lugar preferido para encontrar las láminas “Huascarán", para ello tenía un voluminoso catálogo de imágenes, disponibles para los estudiantes.

Esta librería tenía un gesto especial con sus clientes, aquellos que adquirían productos por determinado monto, siempre tenían algún regalo, desde las etiquetas para colocar en el cuaderno, reglas de 20 centímetros, hasta unos curiosos cuentos de la colección Estrella de la Editorial Mercurio.

Durante todo el año, el local tenía a disposición los útiles escolares necesarios para los niños y jóvenes barranquinos, y de los distritos limítrofes, sin embargo hacia fin de año, se abastecía con diversos productos, como rompecabezas y otros juguetes, para brindarlos en épocas de fiestas navideñas.



En octubre de 1976 se colocaron azulejos y bancas con frases e imágenes relacionadas con el distrito de Barranco, así como historias costumbristas limeñas.

La obra fue realizada por el artista Pablo F. Iturry, quien tenía un taller en Magdalena, especialista en diseñar y construir bellos adornos, como piletas, patios, pisos, murales, etc., con cerámicos pintados a mano.

Hacia el nuevo siglo, la empresa cambio de giro, y se empezaron a alquilar videos, vender ropa para niños, y otros productos.

Es de recordar que en la esquina de Unión con Pardo, existía otra librería, pero con poca variedad de productos, casi no expedían libros.


Cabe destacar los adornos colocados en dicho local, desde la miniatura de un molino, ubicado justo sobre el muro donde se lee la numeración de la calle De La Unión 144, hasta cada uno de los azulejos.

Al lado derecho de la entrada, se encuentra la banca de los deseos, donde se han detallado muchos pensamientos, mensajes, refranes y otras frases, las cuales eran escogidas al azar, al lanzar una moneda o hasta un botón.

En la parte inferior  de dicha banca, se observan imágenes de las diversas actividades realizadas en nuestra patria entre los siglos XVII y XIX, como bailes, los vendedores ambulantes, la tapada, las corridas de toros, así como personas montando diversos animales.


Cerca de la puerta, del mismo lado derecho, se encuentra un poema escrito por Juan Parra del Riego, el 26 de julio del 2013, titulado Los Molinos.


Junto a una bella imagen del Puente de los Suspiros, y otra de los antiguos Baños de Barranco.


En la parte superior, existe un azulejo diferenciado, porque tiene la imagen de doña Chabuca Granda, así como versos de sus poemas La Flor de la Canela, José Antonio, El Puente de los Suspiros y Fina Estampa.


Hacia el lado izquierdo, hay una placa que indica

“Este rincón evocador de las costumbres de Lima del ochocientos, y de los aspectos tradicionales de Barranco, trabajado en azulejos de gran fuego, en los Talleres de Ceramica Iturry, se hizo a pedido de don Ramón Valdivieso La Torre, quien, como un Mecenas con sensibilidad artística, quiso demostrar su gran cariño por esta pintoresca Ciudad de los Molinos”.

Frase fechada Barranco Octubre de 1976, y firmada por don Pablo FG. Iturry Aguirre, como Profesor Ceramista.


Escondido entre alas plantas, se encuentran dos pequeños azulejos que muestra la ermita de Barranco, así como la imagen de “El Padre Abregú”, imagen distinta a la observada en la calle Abregú.


Luego se encuentra una bellísima banca, totalmente confeccionada con azulejos, sobre la cual se encuentra, doce imágenes de Artesanía Peruana, El Calendario de Pancho Fierro, inmortalizado en el mundo de los Azulejos. 


En medio se encuentra una breve reseña de don Pancho Fierro, 1801-1879, con las palabras

“Pintor, mulato, limeño, hombre del pueblo, genio espontáneo autodidacta cuyos dibujos y acuarelas de personajes y costumbres de su época, asombran por su agudeza y picardía excepcionales".


En el mes de enero tiene a la “Bajada de Reyes”.


Para febrero el “Carnaval”, con muchos dibujos de los ciudadanos tirándose agua, en épocas en que no existía red de alcantarillado.


Marzo era la “Lidia de Toros”.


De abril dibujó las celebraciones de “Semana Santa”.


Para el mes de mayo, pero sin identificar, es la “Fiesta de la Cruz”.


En el mes de junio inmortalizó “San Juan de Amancaes”.


Las “Fiestas Patrias” fueron hermosamente dibujadas para el mes de julio.


El “Santuario de Santa Rosa” de Lima figura en las imágenes del mes de agosto, incluyendo a la iglesia y el clásico pozo para extraer agua.


Para Pancho Fierro, el mes de septiembre “Son de los Diablos”, con la inscripción de Lima Antigua.


En el mes de octubre celebra el “Señor de los Milagros”, predominando los colores lilas en la vestimenta de todos los ciudadanos.


La “niña de Gallos” corresponde al mes de noviembre.


Y para diciembre es la “Navidad”, con el dibujo de la sagrada familia y la estrella de Belén a un extremo del dibujo.


Sobre estas doce imágenes, se encuentra los azulejos de Fray Martín de Porras y del Señor de los Milagros.

Para culminar con la imagen del parque Municipal de Barranco, ubicado cerca de la entrada principal del local.


Actualmente funciona un moderno restaurante, el cual atiende en doble turno, y sirve una serie de platos típicos peruanos.

 
Donde serán bienvenidos.







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martes, 15 de mayo de 2018

Colegio San José de Cluny de Lima



Este artículo ha sido posible gracias al relato de una de las alumnas del colegio San José de Cluny de Lima, mi mamá. 

Alumna entre mediados de la década de 1930 y principios de 1940, recuerda su centro de estudios como un hermoso y solemne lugar.

Uno de sus principales recuerdos, fue que siendo niñas, minutos después de la hora de ingreso, luego de la correspondiente fila, debían ir a rezar a la capilla, colocándose un velo sobre sus cabellos antes de ingresar al templo.

Dicha ceremonia se celebraba en la capilla pequeña, donde se les veía a las monjas, jóvenes y ancianas, rezando desde temprano. Pero otras veces, cuando incluían a las alumnas de secundaria, ingresaban a la capilla grande, que por sus dimensiones era similar a cualquier Iglesia de aquella época, donde también se celebraba la misa. 

Las horas de estudio se impartían de lunes a viernes desde las 8 hasta las 11:30 de la mañana, y luego desde las 2 hasta las 5 de la tarde. Aunque ella vagamente recuerda que a veces también tenían clases los sábados por las mañanas, pero no está segura si fue a partir de secundaria.



Para llegar a cada salón, debían caminar por largos pasadizos decorados con pisos de losetas de colores, subir amplias escaleras con barandas talladas fabricadas de madera, y grandes ventanas con vista a las avenidas, o a los pasadizos; todos con hermosos vitrales, que el tiempo desapareció.

Recuerda gratamente, que las tardes de los días soleados las llevaban a la huerta, una inmensa área con plantas y productos agrícolas, las niñas y las señoritas caminaban alrededor, para conversar, rezar o cantar, aunque también era posible sentarse para disfrutar del sol.

Otras veces iban a uno de los patios, el cual tenía un amplio jardín, con estatuas y una fuente de mármol.



Entre las estudiantes, se encontraban las alumnas internas, que regresaban a sus casas los fines de semana, y en otros casos, permanecían durante todo el año, pudiendo salir sólo durante las fiestas de medio año y de fin de año.

Mi madre, también evoca un amplio patio, donde practicaban educación física y otros deportes, como a ella no le agrada mucho el deporte, no se acuerda cuáles se practicaban en esa época.

Fotografía de Dino León Fernández 
Algo que tampoco recuerda con exactitud, era si existía un sótano, pero cree que en algún momento, mientras estaba en primaria, debía descender unas escaleras y volver a subir otras, porque era el sendero que comunicaba el patio de recreo de Primaria con el patio de recreo de Secundaria.

Fotografía de Dino León Fernández 
Eran las 11:35 de la mañana del 24 de mayo de 1940, y mi madre acababa de llegar a su casa, preparándose para almorzar y volver al colegio, lo cual no sucedió, porque empezó el terremoto, extremadamente desastroso para toda la ciudad de Lima, suspendiendo las clases por varios días, porque las estructuras del colegio habían sufrido agrietamientos, en especial el Torreón.

  


Mi experiencia con el colegio San José de Cluny de Lima

Hace poco conversé con la madre Elena, quien fuera nuestra tutora por varios años, en el colegio San José de Cluny de Barranco. Ella reside en el local del colegio San José de Cluny en Magdalena, por ello decidí preguntarle cómo era su vida.

  

Ella me respondió que aquel era un hermoso lugar, a pesar de encontrarse en medio de tanto tránsito y bullicio, el entorno les otorgaba mucha paz.

Me comentó que se habían clausurado algunas habitaciones por medidas de seguridad, que casi no existe el huerto, pero que se mantiene el hermoso jardín, donde antes pasaba las tardes leyendo o conversando con sus hermanas.

 
Fotografías obtenidas de Google Maps

Por lo avanzada de sus edades, ya no realizan labores propias de su condición de religiosa, aunque eventualmente participan en los retiros espirituales, que se realizan en otro local.

Ella, me comentó, que todavía existe la capilla pequeña, donde cada mañana, ora por todas nosotras; al menos eso dijo.

La historia del colegio San José de Cluny de Lima




Uno de los locales emblemáticos de la congregación San José de Cluny, estuvo ubicado en el centro de la ciudad de Lima.

Construido hacia finales del siglo XIX entre las avenidas Garcilaso de la Vega, Bolivia y Washington, fue durante muchos años un centro de enseñanza.

Casi un siglo después, se convirtió en el hogar de descanso de las hermanas retiradas.

El colegio San José de Cluny, es una institución cristiana católica, inspirada en Jesús y en las enseñanzas de la Beata Ana María Javouhey, fundadora de la Congregación francesa de las Hermanas de San José de Cluny en el año 1805. El aniversario del colegio se celebra los días 15 de julio, en conmemoración al fallecimiento de doña Ana Maria Javouhey



El origen del colegio, se remonta a principios de la década de 1870, las autoridades francesas, designaron a cuatro hermanas de la congregación San José de Cluny,  para que vengan al Perú a instalar un centro de ayuda, por la presencia de ciudadanos franceses en nuestra patria, la mayoría investigadores y exploradores, quienes vinieron con sus familias, o las habían formado con nativos; pero que tenían dificultades al relacionarse con los peruanos, en especial por el idioma, y también con la finalidad de auxiliarlos en los casos de emergencia o enfermedad.

Este centro se instaló en la ciudad de Lima, muy cerca a la residencia de los ciudadanos franceses. Al poco tiempo, debido a las fructíferas actividades desarrolladas, por las horas destinadas a la docencia, por atender a todas aquellas personas que requerían de un lugar para orar y meditar, así como atender a las personas menesterosas, se decidió establecer la clínica “Maison de Santé”, llegando al Perú médicos y enfermeras franceses.



Una vez culminada la Guerra del Pacífico, el interés porque permanecieran dicha colaboración, estimuló a los miembros de la congregación para instalar una escuela, en especial para que los niños de los residentes franceses aprendieran su idioma de origen, siendo los principales estudiantes los hijos de éstos, sin embargo, se aceptaba a niños de otras nacionalidades, o cuyos padres fueran extranjeros.

En abril del año 1884, Escuela de San José de Cluny empezó a funcionar en la calle Minería (primera cuadra de la Avenida de la Emancipación), la demanda por estudiar el idioma francés, provocó que al año siguiente, la escuela se mudara a un local más amplio en la calle General La Fuente (actualmente la quinta cuadra del Jr. Camaná, conocida como “Ánimas”).

  

Fue recién en el año 1880 cuando dispusieron colocar el colegio en un local más grande, mudándose a la esquina de la av. Bolivia con la av. Wilson (Garcilaso de la Vega), ya que era necesario habilitar más salones para el alumnado de primaria así como aquellos que tenían la condición de internos, además de también dictar clases de educación Comercial, poniendo énfasis en los cursos de francés, religión y arte.



Las antiguas fotografías demuestran lo solemne del colegio, ubicándose la puerta de ingreso en la antigua avenida del Progreso (hoy Bolivia).

A pesar que el edificio tenía tres niveles, a simple vista de la fachada parecían ser sólo dos, con cinco ventanas hacia la avenida Wilson y seis hacia la avenida Bolivia, y como era costumbre en aquella época, todas las ventanas lucían vidrios catedrales. 

Plano Año 1924
Además para hacer más notoria la construcción, justo en la esquina se encontraba el torreón, el cual, posiblemente por efectos del terremoto de 1940, desapareció.

Al igual que la sede Cluny del distrito de Barranco, en el año 1913 deciden que el colegio sea exclusivamente para damas.
Colegio San José de Cluny del distrito de Barranco

Hacia la década de 1920, debido al auge del colegio, y por ampliar los cursos a la educación secundaria, se amplió el local hacia la avenida Wilson, en casi un 80 % de largo, con relación a la edificación inicial, de igual manera en la avenida Bolivia, con destino al jirón Washington, construyéndose otro edificio, casi del mismo ancho que el inicial, pero sólo de dos niveles, en terrenos donde no existían otras construcciones ni áreas verdes, manteniendo la puerta de ingreso sobre la avenida Bolivia.



A pesar de estar funcionando durante casi 50 años, fue reconocido oficialmente por el Ministerio de Educación Pública en el año 1932 con la Resolución Ministerial N°1274.


Tiempo después, con la finalidad que la salida de las alumnas sea más fluido y para evitar los accidentes de tránsito, se habilitó una puerta en el pasaje Orezzoli.


En la década de 1960, y por diversos problemas en cuanto el tránsito, la ampliación de la ciudad, así como las instalaciones del local, se decidió buscar un nuevo local para trasladar a las alumnas de Lima, mudándose en el año 1963, al nuevo colegio San José de Cluny ubicado en el distrito de Surquillo, calle Las Aguilas 395, sobre el Paseo de la República y la avenida Aramburu.

Mientras continúa funcionando el colegio San José de Cluny de Barranco.

  

Las siguientes fotografías corresponde al local del colegio San José de Cluny ubicado en la Punta, el cual tuvo graves problemas debido al terremoto del año 1940.

 

 



Fotografías Derechos Reservados

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