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domingo, 22 de abril de 2018

Calle Domeyer en Barranco


Una de las primeras calles creadas en el distrito de Barranco, fue la Domeyer.



Edificandose hermosas residencias de una y dos plantas desde finales del siglo XIX.


El cual era un sendero afirmado gracias al continuo paso de los pobladores, que procedían de las actuales calles Roosevelt, Salaverry, Unión, para cruzar la actual avenida Grau (antes Camino Real).



Para llegar a las calles Sucre y Domeyer, y quizá hasta las orillas del mar. Por ello era conocido como el paso de pescadores.

Hasta el año 1940 no existía el puente de Cemento que une la avenida Prolongación San Martín con el Parque Municipal

Fue a finales del siglo XVIII, en que se instalaron los comerciantes, para ofrecer sus productos, debido a que era una zona de confluencia de los vecinos, con la finalidad de comercializar productos de primera necesidad.


Ese camino era también la principal ruta hacia el abastecimiento de agua bebible, el cual continuaba con la actual calle Sucre y de ahí hacia la pendiente, para obtener el agua que emanaba de los acantilados, gracias a los chorrillos de agua dulce,  y para capturar las especies marinas.


Posición que fue aprovechada por los agricultores de la zona de Surco, para ofertar sus productos.


Esos terrenos formaban parte del Pacayar de don Cesáreo Agustín la Torre, cercanos al Pacayar de Larrion.


Hasta finales del siglo XIX, Domeyer tenía una sola senda, porque no existían caminos que la cruzaran.


Por esa fecha, casi toda la zona del malecón de Barranco estaba deshabitada, a excepción de algunos ranchos construidos en las calles Domeyer y Sucre.


El interés de los nuevos vecinos por llegar a la extensa y hermosa playa de piedras, motivó que en el año 1883 se decidiera construir un funicular de doble vía, al final de esta calle, para bajar a la playa.


Y en los alrededores, debido también a la cercanía del Mercado de Abastos y los suministros de agua, se empezó a construir suntuosas residencias veraniegas, adornando las veredas y en el interior de sus predios con hermosas baldosas.

Algunas baldosas aún son visibles en determinadas zonas de la vereda, en especial de la tercera cuadra.


Pero a su vez, se construyeron precarias y pintorescas casas fabricadas con caña, madera y barro, en la cual habitaban los pescadores, comerciantes y personas de condición humilde, a lo largo de la Bajada de los Baños.


A partir de principios del siglo XX, el distrito de Barranco se convirtió en el balneario de moda, construyendo sus viviendas en las principales vías.


Hacia el año 1921, ya se habían establecido la calle Batallón Junín, y lo que actualmente es la segunda cuadra de la avenida Prolongación San Martín, la cual coincidía con la calle Génova, donde se ubicaría la futura puerta trasera del Mercado de Barranco.


En la década de 1930, estaba habilitada la primera cuadra de la Prolongación San Martín, así como las siete cuadras de la avenida, las cuales no tenía acceso al parque Municipal de Barranco.


En esa zona existían una extensa área verde, que había sido colocada como reemplazo del antiguo mercado.


Por esos años ya se habían edificado muchas viviendas unifamiliares.


Esa concentración de vecinos, cerca a la actual avenida Grau, motivó que la comisaría de Barranco que quedaba en la calle Batallón de Junín, se trasladara a la primera cuadra de la calle Domeyer.


Caminar por esta antigua vía es retroceder en el tiempo, hasta que llegar a la tercera cuadra, donde por razones del terremoto de 140 debieron ser demolidos varios antiguos predios; habiendo construido hacia mediados del siglo XX, varios edificios de departamentos, que no guardan armonía con la belleza de la calle.


Aunque los árboles de la zona, mitigan en algo esas construcciones.



Hacia el final de la calle se encuentra la estación del Funicular y el acantilado, que permite observar la ruta del Funicular, desde donde se podía admirar el mar hasta la década de 1980, época en que fue invadida, inclusive colocaron una reja que evita el paso, y a su vez sirve de estacionamiento para los vecinos en situación precaria que residen en la zona.


domingo, 15 de abril de 2018

Residencial Santa Cruz en San Isidro



Hasta principios de la década de 1960, la  Huaca Santa Cruz parecía extenderse hasta la altura de la avenida Córdova, en San Isidro, límite con Miraflores.



Las fotografías de aquella época, muestran un imponente terreno, similar a las otras Huacas de Lima.



Sin embargo, quizá razones urbanísticas, motivaron que las autoridades de  esos años, decidieron construir un complejo de viviendas para la clase media, en medio de las suntuosas residencias san isidrinas.



Fue así que el 26 de junio del año 1966, sobre un terreno colindante al otrora cuartel San Martín, se inauguró la Residencial Santa Cruz, en San Isidro.

 

Ubicado entre las avenidas Belén y General Córdova, el terreno era de propiedad del ejército peruano.



Fueron construidos 446 departamentos de dos plantas, de 80 metros cuadrados cada uno, todos con vista a las áreas verdes o a las calles principales.



Como compensación de edificar sobre un terreno militar, se construyeron 44 casas en la calle Ocharan, para el exclusivo uso militar, las cuales aún forman parte de las viviendas de los oficiales de esa escuela.



Un pequeño terreno, de la Huaca Santa Cruz queda aislado, entre la residencial y un terreno privado, muy cerca de la avenida Pezet.

 

La ocupación de los predios fue casi instantánea, por la belleza del  lugar que se consideró casi 25,000 m2 de áreas verdes,



además de plazas, parques, zonas de emergencia y diversos pasadizos que permiten una ágil movilización hacia cualquier parte del complejo.



Los servicios de parques y jardines, así como limpieza pública, son proporcionados por la Municipalidad de San Isidro, así como los servicios de Serenazgo.



La mayoría de familias residen en la zona desde su inauguración, o son sus descendientes los que lo ocupan, por ello se observa mucha cordialidad entre los vecinos y el entorno.



Senderos:

Existen varias vías desde las avenidas principales Belén y Córdova, y desde las calle José Gómez, Paul de Beaudiez, pero no desde la calle Renán Elías, posiblemente porque limita con la Huaca Santa Cruz.



Calles:

Todos caminos están adornados con áreas verdes, en la mayoría de los casos cercos vivos de 30 a 50 centímetros de alto.


Algunos son de más de tres metros de ancho y otros de metro y medio, dependiendo de su ubicación. Cada cierta distancia se ha colocado postes de alumbrado público.



Plazas: 

Por la habilitación, en algunos casos se observan amplias áreas con algunas plantas, y unas curiosas esculturas triangulares, con algunos escalones,


y muchas bancas de cemento.

 

Algunas en medio de la plaza y otras ubicadas junto a los cercos vivos.


Además en algún lugar de las plazas se han colocado objetos que representan a alguna divinidad.



Áreas Verdes: 

Todos los jardines tienen árboles, flores y arbustos, de distinto tipo y edad, y alrededor de ellos césped, casi siempre muy bien cortado,


 entre ellos se aprecian farolas de alumbrado más pequeños, distintas a los postes de alumbra público.

  

En algunos casos se observan cercos de madera que separan los senderos de los jardines.



Espacios Privados:

En la Residencial funciona un supermercado, y otros locales, administrados por los mismos residentes y/o por la Municipalidad de San Isidro. 



Pero también algunos vecinos han utilizado las áreas verdes de su frente o de alguno de los jardines para colocar toldos, juegos para niños y piscinas de plástico.

 

Escaleras de acceso:

Para llegar a los departamentos de los pisos superiores, existen amplias  gradas de pocos pasos con un descanso entre ellas, con la finalidad de no hacer mucho esfuerzo al subir. Todas las escaleras tiene ventilación natural.

 

Viviendas del Ejército: 

Por alguna razón algunas de las casas construidas para el personal del ejército Peruano están descuidadas,


habiendo perdido parte de sus áreas verdes, siendo el contraste preocupante para los residentes de la zona, ya que muchos están abandonados, sin puertas, lo que constituye un peligro,


 sin embargo, entre ellas, se notan algunas que parecieran recién pintadas y con hermosas plantas y flores.



Aires:

Algunos techos han sido habilitados para nuevas habitaciones, posiblemente no estén preparadas para tal fin, lo cual puede perjudicar tanto al residente vecino como toda la armonía de la zona.

 

Zonas de estacionamientos: 

En varias partes de la Residencial es posible el estacionamiento de los vehículos de los residentes, en la zona colindante con las avenidas Belén y Córdova,

 

 a lo largo de las últimas cuadras de la calle Ocharan,


y en un amplio espacio entre la Huaca y un establecimiento comercial. 



Además, por la belleza de los árboles de pino plantados en toda la residencial, se nota que es un hermoso lugar para vivir.



Publicación sobre la edificación de la Residencial Santa Cruz publicada en la Revista Oiga el 23 de enero de 1964
  
  


Residencial Santa Cruz año 1966 - Fotografías Derechos Reservados

    

    

 

 
       



Antigua vista del terreno que actualmente ocupa  la Residencial Santa Cruz en San Isidro  

Fotografías Derechos Reservados

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