Existen calles en el distrito de Barranco que mantienen la belleza arquitectónica de mediados del siglo XX, que no forman parte del circuito turístico, a pesar de estar a unos metros de la famosa casa Morisca.
Hasta principios del siglo XX la mayoría de las calles alejadas de la zona central de Barranco habían sido terrenos de cultivo.
Predominando los Pacayares, hasta la demarcación de las distintas vías, al parecer considerando las antiguas zonas de los cauces del río.
Además también consideraban las diferentes pendientes del distrito, prácticamente todo el balneario se encuentra en declive, por ello la gran cantidad de predios construidos sobre pequeñas lomas.
En especial la zona del malecón costanero, donde hasta hoy son visibles esos declives.
Una antigua calle barranquina es la denominada Lorenzo Pérez Roca, aunque en antiguos planos figuraba el nombre de Carlos García, paralela a la calle Centenario.
Sendero que se inicia a la altura del lado izquierdo de la octava cuadra de la avenida Grau.
Hasta la década de 1920 no se había edificado ningún predio en esta calle, sin embargo si en las calles paralelas, como la Alameda Sáenz Peña y la calle Centenario.
Establecida como calle el 3 de septiembre de 1925, fue recién hacia finales de la década de 1920 en que se construyeron un par de residencias en las esquinas con la avenida San Martín y otro en ambas esquinas con la calle Tacna.
A mediados de la década de 1930 se inició la construcción de predios en esta calle, todos manteniendo amplios espacios para las áreas verdes.
De aquellas casas sólo permanece una antigua casa de un piso ubicada en esquina con la avenida San Martín, lugar donde funcionaba una pequeña sala de cine.
Se mantienen los jardines de una elegante mansión cuya puerta principal se encuentra en la Alameda Sáenz Peña.
Al inicio del lado derecho de la segunda cuadra también es posible admirar una imponente casa de dos niveles, construida al borde de la vereda, con amplios jardines interiores, la cual fue ocupada por muchos años por una amiga del colegio, por ello tuve la oportunidad de ingresar y deleitarme con su arquitectura.
De sus hermosas escaleras, amplias habitaciones, los pisos algunos de madera otros azulejos, las doble ventanas, y la curiosa y peligrosa baranda en el tercer nivel.
Ese predio ha sido remodelado en varias ocasiones, manteniendo su estructura interna así como los adornos externos tanto en las puertas, ventanas y balcones.
En esa misma segunda cuadra, también existen varios predios edificados a finales de la década de 1930, algunos al borde de la vereda otras dejando espacio para las áreas verdes.
Aunque varios predios tenían a esta calle como parte de sus jardines internos, que es el caso de la casa Montero Bernales ubicada en la primera cuadra de la calle Centenario, así como la actual casa del Embajador de España, ubicado al final de la primera cuadra de la Alameda Sáenz Peña.
En un antiguo plano también se observa amplios jardines a la altura de la antigua casa de don Pons Musso, en el futuro colegio San Julián.
También son visibles un par de predios en esquina con la calle Tacna, uno de los cuales tenía una especie de tanque de agua en una zona del patio interior, donde antes existía un Molino de Agua.
Siendo importante comentar que desde el centro de la tercera cuadra hasta el final de la calle eran terrenos sin construir hasta mediados del siglo XX.
También recuerdo que hasta finales del siglo XX se mantenía una antigua casa ubicada justo en la esquina de la tercera cuadra de esta calle, con un detalle muy singular por la forma redondeada de sus ventanas.
A mediados del siglo XX empezaron a construir diversos predios de uno y dos niveles en la primera y segunda cuadra, incluyendo una pequeña quinta.
A pesar que la mayoría de estos predios no figura en el listado del patrimonio monumental, felizmente se están manteniendo para alegría de los amantes de las construcciones de principios del siglo XX.
La calle Pérez Roca culmina en el malecón Sousa, a pocos metros del parque Diez Canseco y de la plaza Berckemeyer.
Como dato adicional, algunos predios mantienen sus cercos de madera, por lo cual es posible admirar la arquitectura externa, como en el caso de esta casa ubicada en la segunda cuadra.
Siendo la protagonista esta bella banca, que en los dos momentos de la fotografía muestra distintos colores.
O la acogedora entrada de esta residencia al final de la segunda cuadra de esta vía, con un hermoso conjunto de columnas centímetros antes de la puerta de ingreso.
Predio ubicado en esquina con la calle Tacna, la cual siempre está muy bien cuidado.
