Tres figuras geométricas con las características de los cubos aparentan estar descendiendo, sobre las figuras de otros tres cubos de mayores proporciones visibles en los cuatro extremos pero sobresaliendo el central.
En las zonas centrales se proyectan rectas con variación de colores de manera inclinada para unirse con el cubo central.
Todos los cubos tiene la apariencia de ser del mismo tamaño y estar en el mismo grado de inclinación pero de manera descendente.
Iluminado en vivos colores sobre un fondo con infinitos tonos de verde, pleno de figuras geométricas diagonales.
Iluminado al acrílico sobre nordex, a mano alzada, con pinceles # 0 y # 2.
El actual Parque de la Familia, forma parte de los terrenos adquiridos por los vecinos barranquinos, mediante la Ley Barranco.
Creada con No 9866 del 17 de diciembre de 1943, todos los residentes, debían abonar, mediante los recibos de arbitrios, una contribución sobre los terrenos y fincas situados en la ciudad de Barranco, con destino a la formación de parques y campos deportivos en dicha ciudad.
El objetivo era tener un área pública para la práctica del deporte y la recreación de los vecinos del distrito.
Con el dinero, se adquirió una amplia extensión de terreno (aproximadamente 5,000 m2), que abarca las áreas comprendidas entre la avenida Grau, la avenida El Sol, la avenida San Martín y el malecón Paul Harris.
Al mismo tiempo se adquirió toda el área que actualmente ocupa el parque 14 de Enero, ubicado entre la avenida San Martín, la avenida El Sol y la calle Las Mimosas.
Durante muchas décadas, el parque Confraternidad fue un extenso lugar para practicar diversos deportes, jugar con la familia y disfrutar del paisaje porque está rodeado de áreas verdes.
Fue por mucho tiempo, el espacio de entretenimiento más grande del balneario.
El 12 de octubre de 1946, se inauguraron los parques de Recreo Cultura y Deporte del distrito de Barranco, llamado Confraternidad.
A pesar de formar parte de las áreas adquiridas por los vecinos barranquinos, en el año 1946 la Municipalidad de Barranco decide ceder por 50 años, mediante un contrato, que un grupo de ciudadanos formen un club privado en los linderos ubicados sobre la av. San Martín, entre el entonces Zoológico, la antigua Laguna y el local del Centro Cívico, mermando los espacios de acceso libre y gratuito para los vecinos.
En el año 1995, próximos a cumplir el plazo fijado para que las instalaciones de aquel club Tennis forme parte de los activos de los ciudadanos barranquinos, la Municipalidad de Barranco y el club firman un convenio de concesión por 30 años adicionales, que se cumplen en el 2025.
Antiguas fotografías demuestran la zona de los juegos infantiles, todos rodeados de muchas áreas verdes.
No existían cercas ni paredes que lo separaran del estadio, sólo las graderías que eran unos muros de varios niveles, con vista a las canchas, las cuales tenían escalones cada cierta cantidad de metros.
Desde hace unos años se ha habilitado una pequeña laguna muy cerca al Estadio Galvez Chipoco.
También se ha colocado un pequeño molino, con todas las características de los originales, pero con las aspas de colores.
"La ciudad de los Molinos", era el nombre característico del distrito de Barranco.
En otro extremo del parque, se ha instalado un vagón de tranvía, utilizado para actividades culturales.
Esta pequeña laguna evoca algunas líneas de mi poema "Fotografías" que recuerda aquellos lugares del distrito de Barranco que han sido modificados o que han desaparecidos.
La Piedra de Sayhuite, es un bloque de granito de 11.14 metros de circunferencia, y 2.28 de altura, con tallados que muestran variadas figuras.
Está ubicada en el centro arqueológico de Saywite, en el distrito de Curahuasi, provincia de Abancay, en el departamento de Apurímac, en Perú.
En el monolito se pueden observar más de doscientas figuras humanas, antropomorfas, así como senderos, escaleras, estanques, y otros accidentes geográficos, y otros tallados de diversos animales, como lagartos, culebras, pumas, cangrejos, monos, sapos, y camarones de río, diversas plantas como el maíz, todos colocados en desorden, aprovechando la deformación natural de esa roca.
Debido a esos relieves y depresiones naturales de la piedra, pareciera que fue tallado para hacer una especie de plano sobre las reservas de agua de la zona, debido a que cuando le cae la lluvia, están fluye por unos agujeros por donde drena el agua, observándose también distintos senderos por donde recorre el agua. Por ello se asegura que tuvo como finalidad ofrecer un culto al agua.
Una réplica de la Piedra de Saywite se encuentra en la intersección de la avenida Camino Real y la calle Pezet, en el distrito de San Isidro, Lima, Perú.
Fabricada en resina poliéster y reforzada con fibra de vidrio, fue confeccionada por el escultor peruano Juan José Paredes.
Fue colocada en el año 2004.
La imagen de la Piedra de Saywite, también fue emitida como moneda da la denominación de un nuevo sol, 21 de marzo de 2012, como parte de la colección Numismática “Riqueza y Orgullo del Perú”
El complejo arqueológico de Saywite, se localiza en el distrito de Curahuasi,
provincia de Abancay, departamento de Apurímac, Perú.
En el año 1991 se plantaron siete hermosos ficus en la primera cuadra de la calle Shell en Miraflores.
Fueron colocados en una zona central, para dividir el doble sentido de dicha calle, y en los más de 20 años de vida tenían dimensiones que sobrepasaban los 30 metros de altura.
La distancia entre cada uno era simétrica habiendo sido plantados desde la avenida Óscar Benavides hasta la intersección de las calles Los Pinos y Lima.
En el año 2015 la Municipalidad de Miraflores decidió trasladarlos dentro del parque Kennedy, debido a que esa zona sería ocupada por los futuros estacionamientos subterráneos.
Colocando todos los árboles de ficus en distintos lugares, cinco de ellos en el sendero hacia la calle Lima, otro al centro de las vías que conectan la calle Shell, con la calle Lima y la av. Benavides, y el séptimo con frente a la avenida Oscar Benavides.
En el momento de la replantación, todos perdieron al menos 10 metros de altura.
Transcurrieron los meses, y hacia mediados del año 2016 los árboles no respondían a los trasplantes, por ello a casi todos se les debió replantar, perdiendo otros 10 metros de altura, parecían árboles de sólo 6 años de vida cuando tenían 25 años.
En el año 2017 ya habían desaparecido cuatro de esos ficus, obviamente no pudieron sobrevivir al trasplante.
Al año 2018 sólo quedaron tres de ellos.
Las fotografías captadas en agosto del 2019, permite observar la ubicación de estos tres ficus.
Es de recordar que esos cuatro árboles de más de 20 años de vida se perdieron durante la gestión edil 2011-2018, debido a que el proyecto de los estacionamientos subterráneos data del año 2011.
A la pérdida de esos árboles, habrá que sumarle otra media docena de árboles que también desaparecieron en ese periodo municipal.
