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martes, 22 de marzo de 2016

Av Grau en Barranco siglo XX


Uno de los principales senderos del futuro distrito de Barranco fue conocido como el Camino a Armatambo.


Se estima que el sendero tiene mucho más de quinientos años, por la antigüedad de los restos arqueológicos encontrados tanto en el mismo Barranco como en el distrito de Chorrillos.


A mediados del siglo XIX se le asignó el nombre de Camino Real, pero en el mes de julio de 1893 se le asignó el nombre de Av. Bolognesi, ya que por ese tiempo la actual avenida Bolognesi tenía el nombre de Ruta del Ferrocarril Lima-Chorrillos.


Se estableció el nombre de Miguel Grau el 2 de octubre de 1902.

Siendo la zona establecida entre la calle Unión y la avenida Piérola, por eso las primeras numeraciones de los predios empiezan con 0, en vez de 1.


Por la vía se habilitaron varias acequias, la Comuco y Talana, las cuales la convirtieron en zona fértil hace varios siglos, hasta mediados del siglo XVII.

A finales del siglo XIX se establecieron algunos pagos por el paso de mercaderías, vegetales, ganado y los mismos ciudadanos.


Hasta principios del siglo XX muchos de los terrenos adyacentes mantenían vestigios de haber sido campos de cultivo, aunque manteniéndose restos de algunos pacayares.


Cerca de la actual Quebrada de Armendáriz existía un matadero de animales, aprovechando la acequia Comuco y los manantiales del acantilado.


Justo en la zona que colinda con la Quebrada de Armendáriz y que vendría a ser la primera Huaca del distrito de Barranco, la Huaca la Viñita, sobre la calle Medrano Silva.


Desde la década de 1960 al construirse la pista del Circuito de Playas en la Quebrada de Armendariz, la avenida Grau es la entrada principal al distrito de Barranco.


Debido al terremoto del año 1940 muchos de los predios de las primeras cuadras de esta avenida se deterioraron al extremo que debieron ser demolidos, y siendo refaccionados y habilitados para negocios.

Sin embargo los otros terremotos de los años 1966, 1970 y 1974 no perjudicaron los predios de esta avenida, principalmente porque gran parte de ellos fueron edificados a partir de la década de 1950.


La avenida Grau se inicia en la intersección de la avenida Francisco Bolognesi y la avenida Panamericana. 

Interceptada por la calle 2 de Mayo hacia el lado derecho, seguida por la calle 28 de Julio por ambos lados.

 En la tercera cuadra se encuentra hacia el lado derecho el Parque Municipal, y la antigua calle Sánchez Carrión por el lado izquierdo.


La antigua Quinta Ríos, fue construida por el lado derecho a unos metros hacia el norte, espacio residencial que mantiene sus características externas de edificación.


Dos de las más antiguas calles barranquinas continúan, la calle De la Unión por el lado derecho y la calle Domeyer por el lado izquierdo.

Un sector de la calle Domeyer, área muy transitada por encontrarse a pocos metros de la plaza del Mercado, al no existir por ese tiempo el Mercado de Barranco Nº 1.


Una de las cuadras más largas del distrito de Barranco continúa por el lado derecho, teniendo a la calle Alfonso Ugarte y el pasaje Nicolás De Piérola por el lado izquierdo.

Entre ambas vías se encuentra el Mercado de Barranco.


Antiguas fotografías del Mercado Nº 1, el cual tuvo varios diseños arquitectónicos.


Siguen las calles Ignacio Merino por el sector derecho y la calle Colina por el izquierdo.

A la altura de la novena cuadra se encuentran las calles San Antonio y Martínez de Pinillos a ambos lados.


Hacia el lado derecho y de forma diagonal se encuentra la calle Cajamarca, unos metros más al norte se encuentra la Alameda Sáenz Peña, y metros al frente la calle Miraflores.


La calle Pérez Roca continúa hacia el lado izquierdo, mientras que metros más al norte la cruza la avenida Nicolás de Piérola por el lado derecho y la calle Centenario por el lado izquierdo.


La zona monumental de la avenida Grau culmina en la avenida Piérola, y casi todos los predios después de esa calle, al parecer, para el Ministerio de Cultura no tienen valor arquitectónico.


El sector moderno tiene como calles transversales a Fidelli por el lado derecho y Pedro Martinto por el izquierdo.

Y la avenida El Sol por ambos lados, reconociéndose con el nombre de El Sol la del lado derecho y El Sol Oeste la del lado izquierdo.


Las cuadras 12, 13 y 14 tiene al Parque de la Familia, al Estadio Confraternidad y el espacio que anteriormente ocupaba la Laguna y el Centro Cívico de Barranco hacia el lado izquierdo.

Así como las calle Maynas, Carlos Arrieta, Buenaventura Aguirre, y Juan Fanning por el lado derecho.

Culmina la avenida Grau con la calle Medrano Silva por el lado derecho y el malecón Harris por el lado izquierdo.


Conectándose con el distrito de Miraflores gracias al puente sobre la Quebrada de Armendáriz.


Los predios construidos en la zona monumental de la avenida Grau destacaban por tener puertas de madera, balcones y ventanas decoradas, muros ornados, y diversos adornos en paredes son características importantes que procuran elevar el valor monumental de los predios.


Muchos de esos predios han sido convertidos en negocios, manteniendo de cierta manera la autonomía comercial barranquina, siendo hostales, hoteles, así como otros negocios como locales de comida, galerías de arte, expendio de muebles, etc., pero felizmente manteniendo las características externas de su construcción inicial.

Otros predios continúan siendo viviendas familiares


Una fotografía de una fiesta de carnavales desarrollada en el parque municipal, y otra vista de la antigua pileta.

 


Una antigua vista de la casa Rosell Rios, teniendo al lado la hermosa antigua residencia que fue demolida hacia la década de 1970, producto también del deterioro por los constantes sismos de esos años.


El cine Zenith, ubicado hacia el lado izquierdo de la novena cuadra, debió ser demolido por efectos del deterioro por los terremotos de la década de 1960 y 1970.


La clásica residencia del ex alcalde de Barranco Manuel Monteros Bernales, ubicada en esquina con la calle Centenario.



Y casi al frente una toma del cine Paramount, renombrado como Premier.


Inolvidables vistas del parque Confraternidad, cuando existían los imponentes juegos para grandes y niños.

 

Una toma panorámica de nuestra añorada laguna y el centro cívico, muy cerca el antiguo zoológico.


Y la zona de ingreso a la avenida Grau desde la zona de la Quebrada de Armendáriz.


Culminando con una postal donde se muestra la ubicación de la antigua Huaca La Viñita de Barranco.


Vista del tranvía que transitaba desde la altura de la avenida 28 de Julio con diversos paraderos hasta culminar su ruta en la última cuadra para ingresar a la avenida Reducto en Miraflores.

En esos momentos frente a la residencia Rosell Ríos.


Casi todas las fotografías de la avenida Grau corresponden al siglo XX, algunas podrían ser del siglo XIX.




Fotografías Derechos Reservados.

martes, 15 de marzo de 2016

El rentable negocio de la seguridad


Cuando residía en el distrito de Barranco, en la década de 1960 y 1970, nunca noté que alguna casa tuviera rejas de protección en las puertas o ventanas.

En la puerta principal, tenían una pequeña ventana,  a 1.60 mts. de altura, la cual debía estar cerrada, sin embargo, tanto las de mis familiares como la muchos amigos, acostumbraban estar abiertas, sobresaliendo en algunos casos una pita o un cordón, con el cual se podía abrir la cerradura de la puerta principal.

Muchas casas barranquinas lucían amplias ventanas, con hermosos jardines interiores y exteriores, algunas protegidas con una cerca de madera o un muro de cemento, no mayor a un metro de altura, pero en otras casas el jardín llegaba hasta la vereda. Residencias similares se veían en el distrito de Miraflores.

Pero desde la década de 1980, la palabra seguridad fue perdiendo su significado, por ello se empezó a colocar rejas de fierros y aluminio en las ventanas y puertas, así como elevar los cercos perimétricos, reduciendo la cantidad de plantas. Además de colocar una segunda cerradura en la puerta, y un fierro protector en aquella pequeña ventana.

¡Y desde esa época el negocio de la seguridad es muy rentable!.

Quizá por ello, cada día aparecen diversas empresas que ofrecen ese servicio, con la promesa de cuidar la casa o el negocio.

La mayoría de empresas financieras y almacenes, contratan agentes de seguridad uniformados, pero los pequeños negocios y las casas de familia deben idear otras alternativas para evitar que los ladrones ingresen a robar.

Aparentemente existe una muy bien montada red de delincuentes, que conoce el horario de los principales miembros de la familia, y que se dedican a marcar las viviendas, paredes y pisos, con señales reconocidas por sus cómplices.

También pareciera que los últimos años, y gracias a la tecnología, preparan un detallado registro de cada uno de los miembros de la familia, así como de sus rutinas.





Hace algunos años, escribí una modalidad de robo en los edificios de departamentos, donde es uno de los nuevos vecinos el que ofrece toda la información, sobre los bienes del hogar próximo a robar.




Las últimas semanas escucho y leo en los medios de prensa, una serie de avisos comerciales, donde escenifican que mientras unas personas están de viaje por vacaciones, les han robado la casa, pero justo el mismo día que salió de vacaciones.

Ello me hace pensar en varias conjeturas:

¿cómo sabían los ladrones que salían de vacaciones justo ese día?.
¿por qué si sabían que saldrían de vacaciones al menos durante una semana?, tuvieron que robar justo el primer día, ¿para malograrles las vacaciones?.
En casi todos los comerciales, son los vecinos los que avisan que hubo un robo, ¿ellos no podrían ser también cómplices del ladrón?.


Esa manera subliminal de avisar que es mejor no alejarse del hogar ni durante cinco minutos,  es lo que prácticamente obliga a contratar ese tipo de servicios.

Mientras los contribuyentes, además de pagar los impuestos correspondientes, con el deseo que la Policía Nacional resguarde al menos la cuadra donde vivimos, abonar el concepto de Serenazgo para que los empleados municipales se sirvan observan hecho extraños, en especial las mudanzas en horas no permitidas, además de los gastos en rejas, cerraduras, cercos eléctricos, sistemas de vigilancia, 

¿es necesario contratar a una empresa de seguridad?.






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viernes, 4 de marzo de 2016

Vuelo de Parapente en Miraflores


Una de las principales atracciones turísticas miraflorinas es la zona del parapente.


Fue a finales de la década de 1990, que se observaron una serie de deportes de aventura en la zona, como los saltos desde el Puente Villena,



así como los vuelos en Parapente y Ala Delta en la zona contigua al puente, en el parque Raimondi.


En el año 2004 se colocaron protectores de mica en el Puente Villena, por lo tanto se anularon los saltos al vacío.

Parque De los Niños

y el año 2005, por remodelación del parque Raimondi, los deportistas se trasladaron al actual parque Isaac Rabin, para regresar a una zona especialmente destinada para ese fin.



En él decenas de personas preparadas con su equipo están prestos a realizar un breve paseo por la bahía de Miraflores por alrededor de 20 minutos.


Turistas nacionales y extranjeros han participado de esta singular experiencia, sin embargo en varias oportunidades han habido algunos accidentes, por distintas razones, lo que ha provocado hasta heridas graves en los interesados y los conductores.



Todos los vuelos se inician en la zona habilitada en un extremo del parque Raimondi, y pueden viajar hacia el norte o el sur del acantilado.

Parapente en el Parque Salazar
La zona ha ido mejorando con el tiempo, desde hace unos años sólo pueden ingresar al área de despegue las personas autorizadas y aquellos que deseen volar, por ello supongo que en el recibo que otorga por el servicio de paseo, incluye una póliza de seguro de vida, por lo arriesgado del acto.


La Municipalidad de Miraflores es la responsable de esa zona, y aún así pocas veces se observa personal de serenazgo o alguna ambulancia cerca, para ese tipo de inconvenientes, que podrían perjudicar hasta las personas que pasean por los parques miraflorinos.


Mientras tanto las personas continuarán disfrutando de este curioso paseo.


Esperando algunas horas hasta que el viento sea propicio para iniciar el vuelo, así se acerque el ocaso.


para iniciar un nuevo paseo en Parapente, que según los comentarios de los participantes es asombroso, peligroso, fascinante, entretenido.




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