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sábado, 4 de enero de 2020

Baños de Miraflores siglo XX


Escribir sobre las playas miraflorinas es evocar los momentos desde antes del siglo XV, cuando los antiguos nativos miraflorinos utilizaban las antiguas rutas del río para llegar a las orillas y proveerse de los productos del mar.

La historia es repetitiva, porque gracias a esos ciudadanos se formaron múltiples senderos seguros en los acantilados para acceder a las orillas del mar.


Acudir a las orillas del mar es una costumbre de la mayoría de seres del planeta Tierra, y en especial de la zona costera de Lima, ya que además de los distritos de Miraflores, Barranco y Chorrillos, los ciudadanos ubicados en los actuales distritos de San Miguel, Magdalena, San Isidro e inclusive el Callao también lo hacían y con los mismos fines.


¿Qué cuál playa fue la más concurrida en el siglo XVIII?.


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La historia relata que las playas del Distrito de Chorrillos fueron las más frecuentadas desde el siglo XIX, la que incluyó la escondida playa de la Herradura.


En el caso de Barranco, la afluencia del público que iba a la playa con fines recreativos, se inició a finales del siglo XIX, gracias a la instalación del funicular, siendo constante durante todo el siglo XX, hasta que empezaron a destruirse las playas.

En Miraflores la situación fue similar, hasta finales del siglo XIX eran frecuentes las visitas a las playas miraflorinas por distintos senderos, por los parques Domodossola y Salazar, la Quebrada Balta, y las pendientes de los actuales parques Rabin y Reiche.


Así como en los distritos de Barranco y Chorrillos existieron grupos de personas que se agruparon con el deseo de acondicionar instalaciones para disfrutar de la playa con la familia, lo residentes de Miraflores también lograron su local conocido como los Baños de Miraflores.

Antiguas fotografías de principios del siglo XX demuestran que hacia el final de la quebrada Balta se había habilitado un sendero para dirigirse a la orilla de las playas miraflorinas.


El camino estaba adornado con distintos arbustos de plantas silvestres, entre los que eran visible pequeños tomates así como aguaymanto y algunos berros.

Casi toda la zona junto al cerro había sido apuntalada con canto rodado obtenido del mismo lugar.


A unos metros de la orilla, se construyó un largo módulo de madera, con pilotes que lo separaban de las piedras ubicadas al nivel del mar.

Dicho módulo tenía compartimientos para cambiarse, era común que las personas asistieran a las playas con la vestimenta usual, y después colocarse los trajes de baño.


A ambos lados del módulo de madera se colocaron un par de escaleras, siempre con una baranda de seguridad.


Hacia la década de 1930 el sendero construido para llegar al módulo, fue techado con distintos materiales, habilitando nuevas habitaciones, algunas con casilleros con la posibilidad de colocar un candado, debido a la mayor demanda.


Los Baños de Miraflores fueron construidos entre los años 1934 y 1935 por el arquitecto Héctor Velarde, lo cual motivó que se ampliaran los 
senderos para llegar a las playas.

Manteniendo la ruta forjada por las aguas, que de manera interrumpida giraban hacia la izquierda o derecha, siempre sostenidos con canto rodado para evitar las desmoronamientos.


Los Baños de Miraflores tenía habitaciones contiguas, por las cual se abonaba una tarifa para poder cambiarse, con sector para el público masculino y femenino.

En la playa existían un par de sogas amarradas a una grupo de maderos con una distancia de alrededor 50 metros mar adentro, con la finalidad de proteger la integridad de los bañistas.


A principios de la década de 1940, se modificaron las instalaciones de los Baños de Miraflores, con instalaciones más seguras para que las personas pudieran cambiarse y hasta inclusive dejar sus prendas mientras disfrutaban del mar.

En la amplia terraza se instalaron diversos puestos de comida ligera como butifarras, barquillos, helados, raspadillas y gaseosas. Hacia los lados también se ofrecía maní confitado.


El atractivo del lugar, motivó que algunos vecinos decidieron formar un club, nombrándolo Waikiki, teniendo como principal actividad realizar el deporte de tabla.


A partir de la década de 1950 se empezaron a organizar campeonatos nacionales e internacionales de tabla (surf).

Los principales propulsores del deporte fueron entusiastas miraflorinos que acostumbraban realizarlo tanto en las playas Miraflorinas como las Chorrillanas.


El mayor interés por las playas miraflorinas motivó que se ampliara el sendero de muros de contención, empleando siempre el canto rodado.


Eran tiempos en que los veraneantes decidieron llegar a la orilla en sus propios vehículos, en vez de caminar, para ello fue necesario habilitar un área de estacionamiento para los vehículos que descendían desde la antigua calle Lima, hacia la Quebrada Balta.


Algunas de esas paredes de retención hechas en canto rodado aún permanecen en la zona.

 


Durante casi todo el tiempo de la afluencia del público, la zona de playa era mínima, la cual dependia de la marea, por ello fue necesario instalar algunas sogas para proteger a los bañistas.

Un nuevo local de los Baños de Miraflores aparecen en las fotografías de mediados del siglo XX, está vez con un servicio de duchas, las cuales fueron colocadas en la rotonda.

   

La zona se volvió muy popular, centenares de personas llegaban a esa zona del mar, teniendo casi la misma importancia que las playas barranquinas y chorrillanas, con la diferencia de poder practicar el deporte de la tabla.

Para ingresar a las instalaciones de los Baños de Miraflores, era necesario realizar un pago, lo cual le permitía acceder a sus servicios.


Por esa misma fecha, hacia el otro extremo del local miraflorino, se empezaron a construir locales comerciales de comida en las que también se realizaban reuniones y fiestas.

También se construyó una piscina y varias canchas deportivas, en especial para practicar el tenis, lo que un tiempo después se conoció como el club Makaha, el cual casi no tenía espacio de playa.

Dicha área ahora forma parte del club Terrazas de Miraflores.


Habilitando a ambos lados de las instalaciones senderos para llegar a las playas.

En la década de 1960, con motivo de la ampliación de las pistas de la Costa Verde, las instalaciones de ambos locales debieron ser demolidas.

Al igual que en las playas de Chorrillos y Barranco, también se construyeron espigones, para favorecer a los bañistas.


Un hecho común hasta la década de 1970, era encontrar en toda la zona cercana al mar además de dentro del agua: algas de distintas especies y tamaños debido a que la zona continuaba siendo un área fértil en productos marinos.

Una constante en las playas Miraflores es que en las orillas casi siempre han habido piedras, de distintos tamaños y colores, por lo cual es imprescindible emplear zapatillas al momento de ingresar al mar, lo cual se ha mantenido hasta la fecha.

Y como todas las playas de Lima, es fácil llegar a ellas, por eso siempre son bienvenidos.


Fotografías Derechos Reservados


3 comentarios:

  1. Que hermoso y educativo conocer tanto del pasado, gracias por compartirlo

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  2. Excelentes fotografías!!!!!!

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  3. Este artículo parece a drede omite mencionar al Club Waikiki el cual se firmó allí al lado de los Baños de Miraflores. Omite también mencionar al fundador de dicho club y quien trajo el deporte de la Tabla Hawaiaba al PERU, el muy recordado CARLOS DOGNY LARCO. También este artículo erróneamente menciona que el Club Waikiki era el Club Terrazas . O es no conocer el tema o es algo hecho a drede. Muy extraño

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