Revisando las guías de calle de los años 1970, de las empresas Inca y Peisa, descubro que el actual Malecón Paul Harris quedaba en otra parte del distrito de Barranco.
Se encontraba ubicado entre las calles 28 de Julio (Alcedo) y el pasaje Lavalle, continuado el malecón Pedro de Osma, que es el que limita con el malecón del Sur del distrito de Chorrillos.
Mientras que el actual malecón Paul Harris, el ubicado entre la cuadra 8 de la av. San Martín y la calle Centenario en el distrito de Barranco, llevaba el nombre de Malecón José Diez Canseco,
Por ello me motivé a investigar sobre la real ubicación del malecón Diez Canseco.
Lo ubico entre las calles Hernando de Lavalle y José Diez Canseco (Carlos Lissón Beingolea), ubicados entre las cuadras 4 y 5 de la av. Pedro de Osma, ambos considerados como pasajes.
Ambos senderos no existían hasta principios del siglo XX, eran tiempos en que sólo estaban edificado el lado izquierdo de la avenida Pedro de Osma, y todas tenían vista directa al mar.
En la década de 1920 se estableció la calle Lavalle, de una sólo cuadra con destino final el malecón, estableciendo un sendero hacia el sur.
Hacia mediados del siglo XX se subdividió el lote entre la calle Lavalle y la calle Alfredo Silva, para promover la construcción de viviendas familiares.
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También se habilitó la calle José Diez Canseco, para la edificación de predios con similares características de la calle Lavalle.
Además de un sendero entre las calles Lavalle y Diez Canseco, llamado pasaje Belén, donde también se ofrecieron lotes para la construcción de viviendas.
Prácticamente se construyó una nueva urbanización con la edificación de distintos predios de uno y dos niveles, algunos con vista directa al mar.
El acceso a ambas calles se encuentra restringido por dos inmensas puertas de fierro tanto para el paso vehicular como para el peatonal, aunque las personas pueden transitar libremente durante el día.
Muchos de los predios de la calle Lavalle fueron construidos en la década de 1940, sin embargo en algunos se ha habilitado un segundo nivel.
Algunos predios han sido construidos al borde de la vereda, y en otros casos se dejó un pequeño retiro donde se puede observar flores y plantas.
La mayoría de los predios de la calle Diez Canseco han sido modificados, en cuanto a fachadas, al haber incrementado el número de pisos, y colocado altos muros que impiden observar los detalles arquitectónicos externos.
Sin embargo la belleza de esta zona del distrito de Barranco radica en su malecón.
En la década de 1960 todos los lotes se habían ocupado con predios independientes, dejando una amplia área para los jardines del malecón, pero actualmente existen algunos predios construidos con vista al acantilado, la mayoría modificado, convirtiéndose en edificios de tres y cuatro niveles.
La mayoría del sendero peatonal del malecón es de tres metros, con un muro divisorio que lo separa del acantilado.
Entre la pìsta y la vereda del malecón existe una berma muy bien cuidada, dedicando un espacio donde se ha colocado una estatua que representa a la virgen de la Costa, con un pequeño cerco de protección.
En el acantilado podrá admirar hermosas plantas, arbustos, flores y árboles de distintos tipos muy bien cuidados. Inclusive, al parecer los vecinos han colocado curiosas tinajas de barro sobre los jardines, como parte de la decoración.
El estado de los jardines del acantilado permiten disfrutar de las áreas verdes por la extensión y por las medidas de seguridad que existen para evitar algún peligro.
Como la zona es poco frecuentada por turistas, pocas veces se observa a personas en los jardines.
Desde el acantilado se puede mirar las playas barranquinas Los Yuyos y las Sombrillas.
De mis recuerdos evoco que hasta la década de 1980 era posible transitar desde la calle Breciani hasta el pasaje Lavalle por el acantilado, el sendero estaba constituido por pequeñas piedras y tierra afirmada.
Sin embargo, desde principios del siglo XXI toda esa zona fue ocupada por los dueños de los predios ubicados sobre el acantilado.
Hasta en las guías de calles se identificaba como senderos de libre acceso, que aún se puede visitar.
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