Existe una hermosa historia del distrito de Miraflores que debería ser relatada, porque evoca los tiempos del inicio del balneario, sus primeros habitantes extranjeros, la edificación de suntuosos predios y viviendas para la clase media, de la planificación urbana, y de los pocos predios que aún pueden inspirar esos recuerdos.
Según un plano del año 1898, el distrito tenía alrededor de diez manzanas, y aún hoy, se mantienen evocando esos momentos, varias sólidas viviendas que motivan este artículo.
Es preciso recordar que fueron en esas diez manzanas donde se desarrollaron los lamentables momentos de la Batalla de Miraflores del 15 de enero de 1881, calles donde murieron miles de vecinos miraflorinos y ciudadanos chilenos.
Lo lamentable es que por el estado de conservación de la mayoría de ellos representa un costo considerable de mantenimiento, por ello, poco a poco los vemos desaparecer.
Lo cuestionable, es que justo ese sector se ha convertido en un espacio para el entretenimiento y diversión que logra que se ignoré que en algún tiempo, hace más de un siglo, fue el campo de la Batalla de Miraflores.
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Cerca al siglo XIX el distrito de Miraflores se mantenía con sólo tres calles principales, la Alameda (hoy Ricardo Palma) cuyas residencias ocupaban prácticamente el largo de una cuadra, la calle Colina (hoy Benavides) hasta la altura de Paseo de la República llamada también la Ruta del Tren, y la calle Lima, en la cual se encontraba la iglesia, en esquina con la plaza Matriz (hoy parque 7 de Junio).
Además de varias pequeñas calles como Atahualpa (Olaya), Bellavista, Progreso (Diez Canseco), Esperanza, Alcanfores, La Paz, Larco, Shell, Porta, San Ramón, La Salud (Revett) y la calle de la Municipalidad (José Gálvez), donde se había instalado las oficinas de la comuna, local que era compartido con las instalaciones de la Escuela Fiscal de Varones.
Otras edificaciones se construyeron en la Bajada y Alameda Balta, y en los alrededores de la calle Lima donde se empezaron a instalar algunos negocios.
Por ello, escribiendo algunos momentos de la historia, trató de rescatar toda esa zona como el Monumento Histórico que es, y así respetar a los valientes ciudadanos que defendieron la ciudad.
Los estragos de la batalla de Miraflores modificaron la residencia y el modo de vida de sus residentes, volviéndose un pueblo más unido, dejando de lado sus costumbres para reconstruir el centro del distrito, ampliando las vías hacia el norte y sur.
Otro censo fue realizado en el año 1898, el cual contabilizó 636 habitantes, siendo los residentes de origen inglés los más numerosos, similar al del año 1839.
Al igual que en los primeros censos, es poco probable que se hayan considerado a las damas y a los ciudadanos negros. Estoy casi segura que tampoco se contabilizó a los ciudadanos peruanos nativos residentes en la zona por varias generaciones, ubicados en las laderas de los malecones y en los acantilados.
En el año 1903 se refaccionó y amplió la calle Colina (Benavides), y en el año 1910 se inició la construcción de la Av. Leguía (Arequipa), lo que motivó que la población miraflorina aumentara. En el año 1908 se contabilizó 1,258 habitantes.
El progreso de la ciudad, y la cantidad de nuevos residentes, motivó que se eliminaran muchas áreas de cultivo para construir caminos, fue así que en el año 1912 se habilitó la av. del Ejército con ruta al distrito de Magdalena.
Hasta principios del siglo XX, todo el distrito carecía de energía eléctrica, el alumbrado de las calles era con gas incandescente, mediante faroles ubicados entre sí a varios metros y sólo en las calles principales, casi nadie tenía acceso al sistema de agua potable y menos al desagüe, la mayoría se abastecía gracias a los canales de agua hallados por las profundas excavaciones realizadas en los patios traseros de las antiguas residencias y en las zonas de cultivo, por ello fue necesario habilitar una especie de grifo para los habitantes de los solares, en distintas partes del distrito.
Una antigua calle es la Martín Olaya, de sólo dos cuadras. Los predios edificados en esa calle fueron edificados entre las décadas de 1860 y 1890.
Hasta el año 2003 existía una antigua casa de un piso, signada con la numeración 148 y 158, pero por R.D. N. Nº 0022003-INC se eliminó la condición de Patrimonio Cultural Inmueble Colonial y Republicano del distrito de Miraflores a la zona del predio consignado con el 158.
Medida totalmente absurda, porque el predio prácticamente fue partido en dos.
A inicios del siglo XIX los nuevos residentes miraflorinos eran en su mayoría extranjeros o peruanos de primera o segunda generación, quienes construyeron sus viviendas a lo largo de los malecones colindantes a la quebrada Balta (bajada Balta), pero habilitando espacios, conocidos como solares o callejones para sus trabajadores, la mayoría negros y algunos indígenas.
Esas residencias mantenían los diseños y arquitectura de su país de origen, se veían casas con estructuras y acabados ingleses, franceses, alemanes, italianos, yugoslavos; entre otros, manteniendo también sus idiomas, así también como sus costumbres, vestimenta, alimentos y festividades.
El Miraflores del siglo XXI aún mantiene antiguos predios escondidos del siglo XIX entre sus calles, porque se construyeron viviendas familiares y pequeñas quintas como la ubicada en la cuarta cuadra de la calle Colón.
Pero existe una vivienda en particular, la ubicada en la esquina de las calles Bellavista 506 y Henry Revett 205, edificada hacia finales del siglo XIX.
El predio tiene un frente de casi 10 metros hacia la calle Bellavista, y aproximadamente 20 metros hacia la calle Revett.
La residencia de dos niveles, pareciera haber sido fabricada con caña y madera, tiene un alargado balcón en el segundo piso, de casi un metro de altura, totalmente fabricado en madera.
El techo es de dos aguas, un estilo clásico de aquella época, pero decorativo, debido a que en Lima casi no llueve.
El predio no se encuentra en buenas condiciones, inclusive, pareciera que estuviera abandonado, porque casi todas las puertas y ventanas, al menos las del segundo piso, siempre se encuentran abiertas.
El libro "Estadística Municipal del Distrito de Miraflores (Provincia de Lima)", escrito por Germán Aparicio y Gómez Sánchez, menciona que la propietaria de aquel inmueble, al 4 de abril de 1883, fue doña Matilde Caballero de Carbajal, cambiado a distintos dueños, hasta el siglo pasado.
He unido dos fotografías de Eduardo Polack, captadas a inicios del siglo XX, para demostrar la esquina de las calles Bellavista y Revett, donde se encontraban el local de la Municipalidad de Miraflores, así como el colegio de varones.
Y si mira hacia la esquina izquierda de la vista ( donde se encuentra el caballo) podrá ver el antiguo inmueble de la calle Revet, en especial el balcón del segundo piso.
En la edición # 1418 de la revista Caretas, en la sección “Nos Escriben... y contestamos”, de junio de 1996, se publicó una carta, enviada por la residente de aquella casa, doña Mercedes Camino Sánchez. Mencionando que era inquilina de dicho inmueble, pero que fue adquirido en el año 1984 por la constructora e inmobiliaria San Benito, por lo cual fueron necesarios múltiples juicios, en los que ella fue declarada inquilina legal (no precaria).(*)
Aparentemente la inmobiliaria deseaba derrumbar la casa, sin embargo según el Listado del Patrimonio Cultural Inmueble, Colonial y Republicano del distrito de Miraflores, Nº 3804, el predio con numeración calle Bellavista 506, esquina con la calle Revett del 205 al 215, está considerado como un bien histórico.
La zona es de fácil acceso, este antiguo rancho queda a una cuadra del Malecón Balta y/o de la segunda cuadra de la calle José Gálvez, y de paso aprovechar de admirar todas las hermosas residencias de la calle Bellavista.
1783
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Sería muy intersante conocer la historia de Miraflores
ResponderEliminarEstoy alfrente de la casa me gustaria saber toda la historiade esa casa
ResponderEliminarYo vivía ahí, cuando era niño jajaja esa casa vivían niños huérfanos, que la señora Mercedes ayudaba..
ResponderEliminarCómo puedes confirmar esa info?
EliminarPorque mi mamá ayudaba ala señora. Mercedes
Eliminarla señora MECHA VIVIA EN ESA Casona el peluquero del barrio la cantina de al frente muchos recuerds de henry revett
Eliminar.
Hola a todos, en el artículo se menciona que la casa de Revett pertenecía a Matilde Caballero de Carbajal (Esposa de Tomás Carbajal, alcalde de Miraflores en 1881, en plena guerra con Chile, por abandonar esa función Guillermo Schell), ella era mi tarabuela, y tenía cuatro propiedades en por el malecón Balta, una de ellas, 612 m2, la compró Matilde a don Guillermo Schell el 8 de octubre de 1878 ante el notario Vivanco. Esta propiedad limita al frente por la calle Bellavista; derecha, propiedad de la familia Remy; izquierda, propiedad de doña Juana La Rosa de Carranza; respaldo, calle sin nombre. Matilde la vendió el 4 de abril de 1883, ante el notario Orellana a doña Susana M. Gennis viuda de Cahill, con pacto de retroventa.
ResponderEliminarGRACIAS POR TU VERAZ INFORMACION
EliminarTomas Carbajal Chavez y Matilde Caballero Barredo son mis bisabuelos por parte materna. Que gusto ver este blog tan interesante ya que hace mucho tiempo no resido en la ciudad de mis ancestros. Gracias.
EliminarMuy interesante la narración de la casa rancho en la calle Revett, cuando vivía en Recavarren y Revett, solía pasar por delante de ese rancho y siempre me gustó verlo tan conservado por fuera, no se como estará por dentro, pero me decían que ese predio estaba desocupado.
ResponderEliminarLa municipalidad debería iniciar un pintado al menos esta sucia ya que es un bien histórico para miraflores,no lo abandonen señor alcalde.
ResponderEliminarUy toda mi niñez y juventud en henry revett q recuerdos😪mi mamita y abuela costureras les cocia avtodas las pitucas de Miraflores alguien mas vivio por ahi
ResponderEliminarCorría el año 1981 y yo cursaba el 1er año de secundaria en el local anexo de Bellavista del Colegio Nacional de Varones Federico Villarreal y todos los lunes pasaba por esa esquina al dirigirme al local principal del colegio ubicado en la calle José Gálvez, recuerdo, además, que en la primera puerta de la casona, que dá a la calle Henry Revett, atendía un señor de edad avanzada, corte de cabello y en sus paredes todavía puedo recordar, afiches de Glostora con la imagen de nuestro recordado Henry Bradley. Ahora cuando paso por esa calle, siento nostalgia y a la vez mucha pena de ver que nada se a hecho por conservarlo.
ResponderEliminarEduardo Acco, antiguo vecino de Miraflores.
Algún residente miraflorino, tendrán alguna referencia sobre la casona que ocupa el instituto británico. Gracias
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