Uno de los parques más antiguos del distrito de Miraflores es el parque Alfredo Salazar.
Aunque las características como parque datan desde principios del siglo XX; las áreas verdes fueron incrementándose conforme se fue urbanizando esa zona del balneario.
El Parque Salazar de Miraflores, está ubicado al final de la Av. Larco, en la intersección del Malecón de la Reserva y la avenida Armendáriz.
El parque fue bautizado en homenaje al alférez FAP Alfredo Salazar Southwell (Lima 1913-1937), el 14 de setiembre de 1953.
La Municipalidad de Miraflores, además de asignar con su nombre dicho parque, mandó construir una escultura, la cual se ubica justo en el centro a unos metros de la pileta.
Hasta mediados del siglo XX, hacia el lado izquierdo, a varios metros de profundidad, se habilitó una amplia zona para la recreación, para patinar, practicar diversos deportes colocando bancas de madera con algunas sombrillas para disfrutar y/o protegerse del sol, el cual fue utilizado especialmente como pista de patinaje
Al poco tiempo, se construyó una Concha Acústica, donde se realizaban diversas actividades musicales y otros espectáculos.
Hacia la década de 1970, en la parte inferior, se construyeron espacios para el albergue de varios caballos, los cuales descendían por el mismo sendero hacia la playa, el cual era de tierra afirmada.
En el año 1996, el parque Salazar perdió toda esa fisonomía, y se convirtió en Larco Mar, perdiéndose la hermosa vista hacia el mar, debido a las chimeneas lo que produce una alta contaminación visual.
Sin embargo la zona continúo siendo un excelente lugar para admirar los atardeceres.
Algunos muy singulares porque la instalación del mobiliario del nuevo centro comercial, introdujo una pileta, en la cual, eventualmente se refleja la luz del sol durante el atardecer.
O esperar cualquier tarde con el cielo despejado para admirar la maravilla de la naturaleza, cuando pinta de infinitos colores el firmamento.
Como el acceso al centro comercial es libre, también es posible captar imágenes distintas, por la ubicación , ya que la profundidad del negocio permite descender hasta 10 metros del nivel de la vereda, como acercándose al nivel del mar.
Y a pesar que algunos atardeceres son las nubes las que acompañan el ocaso del astro, siempre es encantador mirar por uno minutos el transcurrir de la tarde a la noche.
Mientras se confunden en el cielo los colores de la naturaleza.
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