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Atardecer desde el parque del Faro
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Admirar el atardecer es una experiencia inolvidable, porque cada instante es irrepetible, no será posible admirar una misma puesta de sol igual en nuestra vida.
Buscar el lugar ideal para disfrutar de ese hermoso panorama, es distinto porque también influye el momento en que uno esta viviendo, y en ese instante nos podemos sentir más cómodos en el acantilado, un parque, cerca al malecón, o caminando por la ciudad.
Y es que a veces no estamos cerca al malecón, sino en medio de la ciudad, como en esta fotografía que fue captada en el parque 7 de Junio de Miraflores, donde igual se observan maravillosos tonos, sobre los frondosos árboles, mientras el cielo aún está de color celeste.
Otras veces estamos en ruta por un distrito lejos de nuestro hogar justo en el momento de la puesta de Sol, y llegamos a los acantilados justo para admirar aquella variedad de colores que nos ofrece el firmamento, en medio de matas, enredaderas, plantas y hasta cables de electricidad.
Pero mirar el atardecer teniendo en el medio áreas verdes, es otro panorama, la variedad de árboles, arbustos y plantas entre los colores del cielo y nosotros, nos permitirá visualizar muchas más gamas de colores, la mayoría no perceptibles mediante una fotografía, pero sí a nuestros ojos..
Cuando en el atardecer se combinan los colores del cielo, del mar y de las áreas verdes, los matices que aprecian nuestros ojos son infinitos, lo que nos invita a pensar, meditar y reflexionar sobre la maravilla de la naturaleza.
Colocarse justo en la ubicación del sol en el poniente cerca del malecón, nos permite admirar el exacto tono de los colores hacia ambos lados, por alguna razón su intensidad permite crear una preciosa pintura, difícilmente repetible, rayos del sol que se verán reflejados sobre el horizonte.
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Atardecer desde el parque del Faro
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Es conocido que justo a la hora del poniente u ocaso, así como el alba o amanecer, el movimiento de las olas tiene a ser distinto a cualquier otro momento en el día, en algunos casos se observa un mar calmo y en otros una constante marea, donde los colores del sol sobresalen con mayor intensidad, y a veces parecen ser un espejo.
Llegar a admirar el atardecer, cuando el cielo nos presenta colores tan extremos como el amarillo o el celeste, teniendo a varios árboles entre el panorama, nos invita a escribir sobre la variedad de paisajes que se pueden pintar evocando aquellos instantes, utilizando una mágica paleta de tonos.
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Atardecer desde el malecón de la Reserva
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El efecto de los árboles y las áreas verdes tiene mucho que ver con los colores del cielo, es de recordar que las plantas se nutren de los rayos del sol, y gracias a él y a los efectos propios de la naturaleza, podemos admirar plantas y flores de diversos colores, los mismos colores que luego se observan en el cielo en el atardecer y en el amanecer.
Siendo motivo de una postal, aquellos atardeceres cuando el cielo se torna de un color rojo anaranjado, como si estuviera hirviendo, adornado con los verdes árboles que acompañan este preciosa imagen.
El Sol tornó de color rojo, mientras el horizonte se pintaba de tonos naranjas y amarillos, y sobre el infinito cielo, inmensas nubes negras amenazaban ocultar tan maravillosa vista.
Atardecer desde el malecón Costa antes llamado Malecón Leguía en Chorrillos
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