El Centro Cívico de Barranco, fue uno de los lugares más concurridos por los baranquinos y los residentes en los distritos vecinos.
El lugar siempre estuvo rodeado de árboles, debido a que en sus linderos emerge agua, proveniente de alguno de los afluentes del río Surco.
Fue también un espacio utilizado para el sacrifio de animales, aprovechando los cauces de agua dulce para eliminar sus desechos, restos que culminaban en los acantilados barranquinos, ubicados a la altura de la actual avenida El Sol.
Hasta la década de 1930, en la zona también existían varios sembrios, algunos de origen prehispánico, vinculada a las actividades agrícolas de la actual Quebrada de Armendáriz.
Ubicado sobre la última cuadra de la Av. Grau, tenía como calles cercanas a Medrano Silva y Quebrada de Armendáriz, zona catalogada como área arqueológica, debido a que se encontraba la Huaca la Viñita.
El local del Centro Cultural Manuel Beltroy fue una edificación creado gracias a la Ley Barranco, por la Ley No 9866 del 17 de diciembre de 1943, la cual fue una contribución de los residentes y propietarios de terrenos y fincas localizados en el distrito de Barranco, con la finalidad de habilitar parques y campos deportivos para el balneario.
Con los los aportes se adquirió el terreno sobre el que se encuentran actualmente el Museo de Arte Contemporáneo (donde se ubicaba la Laguna y el Centro Cultural Beltroy), el antiguo zoologico, el Barranco Tennis Club, el Colegio de Educación Inicial Pedro de Osma, el estadio Luis Gálvez Chipoco, la piscina municipal y el Parque de la Confraternidad Barranquina, dividido por el pasaje Arbocco.
Con lo recaudado, también se adquirieron los terrenos que hoy ocupan el Estadio Unión, el Colegio Mercedes Indacochea (que desde el año 1964 tiene su local en la avenida Panamericana Sur Nº 386) y el actual el Parque 14 de enero de 1881.
En un sector del parque se estableció un zoológico (1947-1970), que se trasladó al distrito de San Miguel, al Parque de Las Leyendas.
Entre el espacio del estadio y el zoologico, se decidió construir una casona, en un ambiente ecológico, rodeada de un espejo de agua, denominado la Laguna.
Durante los primeros años, y considerando la belleza arquitectonica y el paisaje ambiental del lugar, toda la zona fue alquilada a una empresa que decidió instalar el restaurante “El caballo Negro”, considerado el más moderno y lujoso de Lima.
La atención estaba dirigida especialmente a los extranjeros que visitaban la ciudad, por ello entre el personal de atención se hablaba el idioma inglés.
Pero por un problema ocurrido en febrero de 1959, se decidió cambiar el uso del local, convirtiendolo en un espacio para exposiciones de artes, de pintores y dibujantes barranquinos, así como una gran muestra de libros.
El 11 de octubre de 1966, y por sugerencia del entonces regidor barranquino, periodista Gonzalo Bulnes se denominó Centro Cultural "Manuel Beltroy Vera".
En el lugar se realizaban diferentes actividades privadas, como fiestas de promoción, ceremonias de bodas y cumpleaños, presentación de títeres, además de las clásicas actividades culturales.
Lamentablemente, mediante R.D.N. No 269 de fecha 30.03.2001 se retira la condición de monumento.
Siendo Alcalde de Lima, Alberto Andrade impuso una Ordenanza que implantó los "Concursos de Proyectos Especiales", ganado por el IAC, obteniendo la concesión de todo el parque, casi 15,000 metros cuadrados, por sesenta años renovables, a cambio de S/. 1,000 al año, con la posibilidad de efectuar cualquier otra actividad comercial sin obligación de pagar ningún derecho adicional a la Municipalidad de Barranco.
El contrato fue firmado por la Alcaldesa de Barranco Josefina Estrada de Capriata, y Frederick Cooper Llosa, Director de IAC y proyectista de la obra.
Durante la primera gestión de la alcaldesa Jessica Vargas, el contrato fue renovado, y aumentando la merced conductiva a S/.2,000 anuales.
Centro Cultural Beltroy siglo XX
Laguna de Barranco siglo XX
Laguna de Barranco siglo XXI
q m... les hacia el parque y la laguna, que tuvieron que deteriorarla ex profesamente para luego regalarla a solo mil soles, a canbio de una jugosa coima de la que seguramente la hoy alcaldesa Fina Capriata vive comodamente, Esta mujer debria estar en la carcel, y la nueva administracion municipal deberia recuperar el espacio publico, desalojar al MAC por que la ley protegera a la municipalidad y a los vecinos contra el despojo y contra la corrupcion
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