La calle Jose Gálvez en el distrito de Miraflores fue una de las primeras vías del balneario, aunque nominada con otro nombre.
Desde su demarcación tuvo el nombre de Municipalidad, debido a que fue la calle donde se instaló el local de la Municipalidad de Miraflores en enero de 1857.
A unos metros de ese local, funcionaba el colegio municipal.
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Han transcurrido los años, y el espacio escolar es ahora el centro de educación inicial Virgen de Lourdes de Miraflores, aunque las características de edificación son totalmente distintas.
Cuando se urbanizó la ciudad de Miraflores, la mayoría de sus calles eran rectas, hasta que hacía la década de 1870 se decidió urbanizar el lado derecho del Malecón Balta.
La primera calle fue nombrada Ramón Castilla, hoy conocida como Berlín, y la siguiente fue la calle Municipalidad, hoy José Gálvez, para continuar con la calle Salud.
Los tres senderos, aun terrenos afirmados culminaban en la calle Recavarren, a pocos metros de un antiguo campo habilitado para realizar deportes.
Al igual que la calle Berlín, las primeras cuadras de Jose Galvez tienen un aspecto diagonal, para convertirse en rectas hasta el malecón Cisneros. Ello debido a las características de la zona central miraflorina que incluía a la antigua calle Lima.
Algunos de los predios construidos a finales del siglo XIX aún permanecen visibles, aunque con algunas variaciones en sus detalles externos e internos.
La mayoría de residencias fueron construidas al borde de la vereda, sin dejar un área para la berma, fue recién hacia principios del siglo XX que las casas habilitaron una zona para los jardines externos.
A pesar de ser considerado una zona monumental, pocos predios han sido considerados como parte del Patrimonio Inmueble Miraflorino.
Sólo el predio ubicado en esquina con la calle Bellavista fue incluido entre los Bienes Patrimoniales bajo el título de Patrimonio Cultural Inmueble Colonial y Republicano del Distrito de Miraflores.
Quizá por esa razón todos los predios ubicados en la primera cuadra fueron demolidos.
El trazado de la cuarta cuadra fue oblicuo hacia la izquierda, manteniéndose recto hasta el acantilado.
Fue a principios del siglo XX en que se empezaron a construir residencias entre la cuarta y séptima cuadra, con características distintas, algunas de un solo nivel, otras de dos pisos, pero siempre con detalles arquitectónicos singulares en las puertas, ventanas, balcones, y cercos.
Algunos predios fueron construidos con techos a dos niveles, siempre con los recubrimientos de madera, muy de moda por esos años.
Esos predios destinaron sólo algunos metros para las áreas verdes exteriores, pero todos tenían amplios jardines interiores.
Aun es permanece uno de esos predios en la esquina con la calle Jorge Chávez, la cual lamentablemente no figura en el listado patrimonial.
Hasta principios de la década de 1920 las manzanas correspondientes a las cuadras 8 a la 14 estaban sin construir.
Fue en la década de 1930 en que empezaron a edificarse algunas residencias, las cuales tenían como linderos prácticamente la cuarta parte de cada una de las manzanas, con amplios jardines exteriores e interiores.
Por esos años desde la cuadra 10 a la 12 aún no se habían demarcado los límites, ni existía una pista, pero si un sendero que era una trocha de tierra.
Tiempos en que ya se habían demarcado los nombres de las futuras calles perpendiculares.
Iniciada en el Malecón Balta, le sigue la calle Bellavista, Libertad y Federico Recavarren, anteriormente llamada República.
Para continuar con las calles Miguel Grau, Alfonso Bolognesi, por el ancho de cada una de estas vías, algunas veces son consideradas avenidas.
El final de la séptima cuadra limita por el lado derecho con la Alameda Cristina Gálvez y por el lado izquierdo con la calle Jorge Chavez.
Seguida por el lado derecho con las calles Roma y la diagonal de la calle Alfredo León, y por el lado izquierdo sólo por la calle Roma.
La novena cuadra la cruza la calle Ramón Zavala, Martín Napanga (antes conocida como Silva), para continuar en la intersección con la calle Contra Almirante Carvajal justo en la esquina con la avenida De la Aviación.
Hasta la década de 1940, el resto de la calle José Gálvez no estaba planificada, aparentemente se llegaba al malecón Cisneros y por ende al acantilado,
sin embargo hacia la década de 1950 se lotizaron otras dos manzanas.
Sectores que fueron cruzados por la calle Tupac Amaru, para continuar hasta la intersección con las calles Juan Moore y Manuel Segura.
La calle culmina con frente a una pequeña área verde ubicada sobre el Malecón Cisneros, a la altura del parque Rabin.
Antiguos planos lo consideraban que se encontraba a la altura de la playa La Pampilla.
Hasta la década de 1970 por toda la zona existían canaletas por donde transcurría un cauce de agua que regaba las bermas públicas.
Hasta principios del siglo XXI desde la sexta cuadra se observaban frondosos árboles en cada una de las residencias, la mayoría con jardines exteriores e interiores.
En la novena cuadra, actual local de un colegio para damas, existían amplios jardines, además de los árboles en la berma, algunos de los cuales aún existen.
La décima cuadra es un triángulo donde existía un hermosa residencia, rodeada de áreas verdes.
Hoy es un edifico sin plantas.
La cuadra once tenía hermosos chalets construidos en la década de 1950 y 1960, siempre con áreas verdes y bellos árboles, hoy casi todas las casas del lado izquierdo han desaparecido.
Al igual que la cuadra doceava, siendo muy hermosa la residencia ubicada en esquina con la calle Moore, en especial por sus hermosos árboles.
La siguiente calle de la cuadra doce de esta calle aparentemente tiene la numeración del Malecón Cisneros, porque inicia la numeración con el 11, al parecer se le asignó esos datos mucho antes de haber habilitado las cuadras 11 y 12 de la calle José Galvez, a pesar de estar en la misma recta y de forma continua de todas las otras calles.
Al caminar por esta antigua calle podemos conocer algo más sobre la historia de Miraflores del siglo XIX.
Antiguos predios aún son visibles, por ejemplo en la intersección con la calle Libertad.
En la tercera cuadra se mantienen algunas casas construidas a finales del siglo XIX y principios del XX, manteniendo las características propias de aquella época.
También podrá ver elegantes residencias de dos niveles, que se encuentran frente a frente sobre la calle Recavarren.
Unas edificadas en la década de 1920 y/o 1930, que para beneplácito de los que nos agrada la historia, aún están presentes.
Como este conjunto de cuatro predios que al menos en la parte externa mantienen las características originales.
Desde finales del siglo XX la zona se volvió muy comercial, y así como hay locales de comida, también hay tiendas especializadas en mascotas.
Pero en especial un negocio que desde la década de 1990 ofrece una increíble variedad de productos muy finos, así como todo lo relacionado para las fiestas de fin de año.
La vitrina es cambiada cada dos meses, al menos eso me he dado cuenta, y en cada proyecto se presenta la variedad de productos que tienen a la venta.
Al lado izquierdo de esta calle, existe un antiguo predio, oculto entre miles de plantas y variados tipos de árboles, el cual podría representar la parte misteriosa de esta concurrida calle.
En el extremo superior del predio en esquina con la calle Bolognesi se encuentra el nombre de la vía, formando parte del muro lateral de la casa.
En la esquina con la calle Jorge Chávez, justo al finalizar la Alameda Cristina Gálvez, se encuentra un antiguo predio, edificado a principios del siglo XX, en la parte interior ha tenido muchas modificaciones, pero desde el exterior uno puede viajar al pasado . . . mentalmente.
Es de recordar que hasta mediados de la década de 1980 toda la zona tenía canaletas por donde circulaba el agua de algún cauce.
Ello logró que los vecinos se preocuparan en mantener sus áreas verdes, y a pesar que estas canaletas casi ya no existen en Miraflores, michos residentes mantienen la alegría de las plantas como parte de su decoración.
En la zona también hay un grupo de vecinos deseosos de promover se eliminen las pistas para volver a recobrar los espacios públicos para sus residentes.
Y mientras vamos recorriendo la antigua y nueva calle, encontramos singular fachadas, balcones, ventanas, puertas y hasta singulares muros de protección
Siendo un sendero directo al malecón Cisneros, desde la mayoría de las ventanas o techos de los predios es posible admirar los atardeceres.
Mientras admiramos la variedad de detalles en los predios de la calle José Gálvez.
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