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viernes, 22 de agosto de 2025

Capilla La Ermita XIX y XX


La historia de la Ermita de Barranco ha sido escrita muchas veces, y casi siempre relatando algo poco creíble.

Mi historia analiza información de distintas fuentes, sobre el balneario de Barranco, desde el siglo XVIII, cuando sólo existían algunas casas huerta, que cuidaba los Pacayares del lugar.


La zona de la actual calle Sucre, era frecuentada por los nativos barranquinos y surcanos, por ser un sendero seguro y rápido, siendo la mejor ruta para llegar al mar, para obtener agua dulce y los recursos marinos. 

Empezaba en lo que hoy es la avenida Grau, y su grado de inclinación era mínimo. 

Ermita de Barranco 


Ante la afluencia de ciudadanos, los miembros de una congregación religiosa, decidieron que era el mejor lugar para instalar una parroquia, inventando el mito de la aparición de un cruz en los terrenos del Pacayar de don Cesáreo Agustín la Torre, cerca de la calle Domeyer.

Es difícil creer que en el siglo XVIII algún nativo tuviera credibilidad, al extremo que esos religiosos colocaran una cruz, por ese simple testimonio de los pescadores, y con ese supuesto, decidieron habilitar una pequeña capilla a inicios del siglo XIX cuya puerta de ingreso tenía como frente la Bajada de los Baños.


Ese sendero, había sido aplanado durante siglos, gracias al continuo paso de los pobladores de la zona, siendo el sentido inverso, el actual recorrido por las calles DomeyerUniónSalaverry y Roosevelt. 

Sendero que fue destrozado hacia mediados del siglo XIX, por los miembros de dicho grupo religioso, aplanando la antigua bajada y colocando una cruz. 


Quizá fue una artimaña, para que todos los pobladores, dejen una limosna como agradecimiento, de lo que obtendrían del acantilado: el agua dulce y los peces.

Pero aún hayan clausurado ese sendero, se perpetuo porque es el lugar por donde se observa el ocaso del sol y por lo tanto es la imagen del Escudo de Barranco.


Hacia la década de 1870; como les era rentable la capilla, y habiendo habilitado una nueva ruta por la actual Bajada de los Baños, y al borde del acantilado del cerro, al haber destruido el antiguo sendero; los religiosos decidieron ampliar sus instalaciones, para realizar la ceremonia, hospedarse y tener más adeptos.

Fue el padre Gaspar Abregú, el encargado de aquella nivelación, construyendo habitaciones para viviendas, y un salón para sus servicios.


El 14 de Enero de 1881, por causas poco explicadas,  se produjo el incendio de aquella capilla así como del antiguo Puente de los Suspiros, atribuido a ciudadanos extranjeros.

Una historia poco creíble, debido a que los altos mando del ejército chileno se encontraba alojado a unos metros, en la Mansión Renacentista,  lo cual no tiene sentido, porque en esa época, no era sencillo apagar el fuego; por ello mi teoría es que los incendiarios fueron otros.

Años después de culminada la Guerra del Pacífico, don Gaspar Abregú se encargó de la reconstrucción, con el aporte monetario que el General chileno Lynch (quien estuvo a cargo de las tropas afincadas en el distrito de Barranco), recolectó de los ciudadanos chilenos, y que envió a Barranco, además de los aportes de algunos vecinos. Lynch entregó 600 pesos de plata para esa reconstrucción.


A principios del siglo XX, se estrenó una nueva capilla, modificando la ubicación de la puerta desde la calle Ermita, hacia el actual patio, de manera horizontal al Puente de los Suspiros.

Construida de quincha, la bóveda principal era en forma de cruz, como casi todas las iglesias, con un par de torres, que fueron modificadas debido al terremoto del año 1940.

En la zona central se habían colocado un grupo de bancas muy separadas entre sí, las de un lado eran exclusivamente para los caballeros y las del otro lado para las damas, quienes eventualmente podían estar junto con sus niños menores de 8 años.

Una zona cerca al altar estaba reservada para el coro, el cual también debía estar formado por personal de uno u otro sexo. Estas costumbres fueron eliminándose hacia la década de 1960.


Fue declarado Monumento en dos oportunidades; la primera en 1955 y la segunda  con R. S. 2900 del 28 de diciembre de 1972, siendo parte de la zona Monumental de Barranco.

Gruta de la Virgen


Debido al terremoto del año 1970 las ceremonias religiosas estuvieron restringidas, y prácticamente se clausuró por efectos del terremoto de 1970, todas las instalaciones, en especial el techo quedaron en muy mal estado.


En la ladera, cerca al acantilado, se han edificado una serie de viviendas rústicas de adobe a las cuales se les brindó el servicio  de agua potable hacia finales de la década de 1970.


Aunque no se pueda ingresar a la Ermita, aún es posible disfrutar del hermoso paisaje las cuales parecen detenidas en el tiempo, por más de cien años.


Desde hace unos años existen varios proyectos para su remodelación, habiendo sido visitada varias veces por expertos en arquitectura del siglo XIX con la finalidad de lograrlo; mientras algunos barranquinos evocan recuerdos de este tesoro arquitectónico.
 

"En 1863 el Presbítero Manuel Andrés de la Fuente Chávez cambió el techo plano de la sacristía en abovedado, colocó rejas en el pequeño cementerio que estaba en la parte posterior del templo; cuando se produjo el incendio, supuestamente por parte de las tropas chilenas, el 14 de Enero de 1881.
Fue el mismo presbítero quien se encargó de su reconstrucción con dinero recolectado en Santiago de Chile por el general chileno Patricio Lynch, también se sumaron las aportaciones de algunos vecinos." 


Fuente: Ermita de Barranco

















viernes, 15 de agosto de 2025

Lombard Street en San Francisco


Hace unos años visité la antigua y misteriosa ciudad de San Francisco, en California, USA.

Realicé un viaje en un antiguo tren desde la ciudad de Ventura, cerca de Los Angeles, con paradas, en Santa Barbara, Morto Bay, Monterrey, Palo Alto hasta llegar a San Francisco.


El viaje fue singular, porque cada vez que se detenia el tren,  habían casi 20 minutos para pasear por los alrededores.

En ruta muchas veces pasamos cerca del mar, y las vistas eran maravillosas, considerando que era un dia de noviembre.

Debido a tantas paradas, llegué a la majestuosa bahía en horas de la noche. En esos tiempos, el tren culminaba su recorrido al otro lado del mar, por ello era preciso tomar un bus que nos transportara a la ciudad.

Pero al estar en el terminal de autobuses durante la noche, fue difícil saber dónde se encontraban los paraderos que me llevarían al hotel.


Después de un momento de suerte, al día siguiente decidí conocer la importante urbe, por su historia, arquitectura y lugares especiales.

Era principios de la década de 1980, tenía un mapa básico con información sobre los principales espacios turisticos de la ciudad, pero al llegar a mi hotel, y descubrir la belleza alrededor, sentí que los seis días que había planeado en quedarme serían muy pocos.


Visitar la ciudad de Sausalito fue mi prioridad, pero después de cruzar el imponente puente Golden Gate, decidí que el lugar era para estar durante todo el día.


Pero también era preciso conocer sus principales museos, residencias, mercados, parques, iglesias, monumentos, complejos urbanisticos y además pasear en el histórico tranvía, todo ello formaría parte de este hermoso paseo.


En uno de los días que decidí caminar por la ruta paralela al tranvía, me encontré con la famosa calle Lombard Street.


Era el sendero que más me intrigaba, famosa por su arquitectura, al ser una cuadra muy  empinada, con ocho curvas muy cerradas, para el paso vehicular.

Traté de descender caminando por el sector vehicular, considerando que existen momentos en que no transitan vehiculos, sin embargo, la pendiente es tan inclinada que parecía que me caería, así que opté descender por las escaleras.


La calle Lombard tiene varias cuadras, algunas con varios grados de inclinación, pero ninguna como la ubicada entre las calles Hyde y Leavenworth.


Lombard street se inicia en la novena cuadra de la av. Embarcadero, con frente al inmenso mar, sin embargo la ruta turistica suele empezar en la última cuadra, la número 13, que en realidad vendría a ser la catorce, porque existe una primera cuadra con numeración iniciada con el 001.


La cuadra 13 de la calle Lombard culmina en la intersección con avenida Van Ness, siendo ascendente, manteniendo la fisonomía plana sólo en las intersecciones de las avenidas.


La mayoría de los predios ubicados a ambos lados de la calle parecieran estar inclinados, o de lo contrario estarían construidos sobre lomas, con diferentes pasos de escaleras para acceder a ellas.

Algo similar a mi predio, ubicado en la cuadra 10 de la calle Berlín en el balneario de Miraflores. Mi casa se encuentra sobre una zona en declive, pero no en loma, al colocar una bolita de vidrio en un extremo, ésta rueda sola hasta el otro. Sucede en todos los pisos de mi hogar.

Luego de transitar por la icónica calle ubicada en la cuadra 11, el sendero continua siendo en declive pero de manera descendente, pero con muy pocos grados de inclinacion.


En la quinta cuadra vuelve a tener una pendiente ascendente, siempre con hermosas, pintorescas y muy bien conservadas casas de dos y/o tres niveles a ambos lados, además de una variada cantidad de frondosos árboles y arbustos en las bermas y veredas.


En la tercera cuadra, la calle continua con una pendiente de varios metros de altura, algo similar a un cerro o una enorme roca, entre una amplia zona verde sin paso vehicular ni peatonal, dando un giro como de 180 grados a la derecha para ingresar a otra calle.

Pero, la via Lombard continua después de este especie de bosque, conocido como el Pioner Park.


La ciudad de San Francisco me recordó a las hermosas y antes bien conservadas calles de los distritos de Barranco, San Miguel, Pueblo Libre y Magdalena. Algunos de sus predios tenían algunas similitudes, en especial los construídos a finales del siglo XIX y principios del XX, y quizá por su cercanía a las zonas del mar.


El centro de la ciudad, es más parecido a nuestra capital, es obvio que la influencia de personas de las mismas regiones motivaron esa arquitectura.

Me encantaría volver a visitar esta singular y enigmática ciudad.






Fotografías Derechos Reservados


lunes, 4 de agosto de 2025

Avenida Villaran en Miraflores


Manuel Vicente Villarán (Lima 1873 – Lima 1958) fue un jurista, catedrático universitario y político peruano. ministro de Justicia, Culto e Instrucción (1908-1909), decano del Colegio de Abogados de Lima (1914-1915), senador de la República (1917-1918), rector de la Universidad de San Marcos (1922-1924).


Como jurista aportó valiosos análisis en el ámbito del Derecho Comparado, de la Filosofía del Derecho y del Derecho Constitucional. Fue el iniciador del positivismo en el Perú. Se graduó doctor en Jurisprudencia en (1895).


La trayectoria profesional del mencionado caballero fue motivo para nombrar a esta avenida miraflorina con su nombre.

La av. Villarán se inicia a la altura de la tercera cuadra de la avenida General Ernesto Montagne.

Se intercepta con la calle Guillermo Gastañeta hacia el lado izquierdo, a pocos metros hacia el este con la calle Contraalmirante Pedro Garezon Thomas por el lado derecho.

Varios metros más hacia el este y sólo por el lado izquierdo con la calle José Sabogal, continuando con el pasaje Víctor Maldonado Begazo.

Continúa con la intersección de la amplia avenida José Ramírez Gastón.

A pocos metros a la izquierda con la calle Albino Banda Rivera, mientras que con la calle Los Capulies y las Fresas por ambos lados.

Culmina a la altura de la cuadra 21 de la avenida Tomas Marsano.


Es una de las más amplias avenidas del distrito de Miraflores, en especial por la zona central donde existe una gran cantidad de áreas verdes, entre árboles, arbustos, y flores; siempre muy buen cuidados.


Las circunstancias provocaron que muchos de los predios colocaran cercos de protección, pero el interés por relacionar el predio con el nombre del distrito, provocó que colocaran diversas flores y arbustos que embellezcan el panorama.

Otros predios mantuvieron algunas áreas libres de cercos, adecuándolas sólo para la protección de sus vehículos automotores.


Al igual que otras calles y avenidas de esta zona, desde principios del siglo XXI muchas de sus hermosas residencias han sido demolidas para construir horribles edificios sin alguna belleza arquitectónica, lo cual disminuye el valor patrimonial de las residencias vecinas.

Muchos de los predios que permanecen en el momento de escribir el presente artículo tiene como constante haber sido construidos con techos aligerados, en algunos casos que culminan entre sí, en otros de distintos niveles.

Diversos adornos son visibles en los predios, como ventanas adornadas, tejas en las zonas extremas, lajas en las zonas de ingreso, ladrillos decorativos en las paredes, entre otros.


Hacia el final de la segunda cuadra, existían un par de predios con áreas verdes que adornaban el pasaje Víctor Maldonado Begazo, sin embargo fueron demolidos para construir dos edificios insípidos sin belleza arquitectónica alguna.


Un singular predio con diversos adornos en su fachada e inclusive una pequeña construcción como para el desfogue de una chimenea estaba hacia el final de la tercera cuadra, con áreas verdes en la zona del patio interno, pero como en la mayoría de los predios, sin áreas verdes en la zona de la berma municipal.

Junto al predio anterior se encuentra un majestuoso árbol de pino, el cual, por su estatura debe tener al menos 30 años de vida, esperemos que su vida sea muy larga.


En esta vía se nota la existencia de muchos estacionamientos en el sub nivel, ello significa alrededor de cuatro o cinco gradas hacia abajo, predios acondicionados de esta manera por ubicarse sobre una loma.


A pesar de existir muchos cercos y muros que impiden observar los detalles arquitectónicos de las casas, si se colocan sobre la berma central, podrán apreciar los detalles que procuran un bello panorama en estas casas construidos hacia mediados del siglo XX


El distrito de Miraflores fue creado a finales del siglo XIX, pero fue recién en las primeras décadas del siglo XX en que fueron estableciendo sus calles y avenidas.

Muchas de las primeras calles miraflorinas urbanizadas, ahora pertenecen al distrito de Surquillo, por Ley N°11058 del 15 de julio de 1949, cuyos pobladores solicitaron su separación debido al abandono de las gestiones ediles, al parecer la prioridad era sólo la zona central miraflorina y los territorios cercanos al malecón.

Lo que es importante anotar es que el diseño de los predios en uno y otro caso eran extremadamente opuestos, en cuantas áreas construidas, zonas de áreas verdes, espacios para estacionamiento vehicular, así como acabados y otros detalles propios de la inversión en el momento de la edificación,

Por ello era notoria la existencia de barrios distintos.


Hasta la década de 1940, toda la zona conocida como las actuales urbanizaciones San Antonio, El Rosedal, la Aurora, entre otras, eran áreas de cultivo, o terrenos sin construir.

Pertenecía a las haciendas Armendáriz, La Palma, Tejada.

La adecuación de la ruta del tranvía así como el asfaltado de la avenida Arequipa, motivó que hacia el año 1943 se empezara a promocionar diversos lotes de la futura urbanización San Antonio.


Unos años después se empezó a impulsar la oferta de terrenos para las construcciones de viviendas en el futuro Barrio Médico, zona que ya no pertenecía al distrito de Miraflores, pero que también se planificó con parámetros urbanísticos similares a los de las nuevas urbanizaciones del balneario.

Antiguas fotografías de finales de la década de 1930 muestran la casi inexistencias de predios en gran parte de los terrenos ubicados desde la avenida Paseo de la República hacia el este, sin embargo ya se habían trazados los límites de las calles, avenidas y sectores destinados a los parques.


Hacia principios de la década de 1950, se empezó a poblar de manera muy lenta ese sector miraflorino, con predios construidos sobre áreas mayores a los 200 metros cuadrados, casi todos con áreas verdes tanto en la zona externa como interna.

Era prácticamente una obligación tener un espacio para el estacionamiento de los vehículos automotores, así como plantar al menos dos árboles ya sea en la zona del retiro y/o en el patio trasero del hogar.


Todas esta zona miraflorina fue desde su concepción una zona residencial, con muy pocos negocios instalados en las avenidas, aunque existieron algunas pequeñas tiendas de ventas al menudeo.

Sin embargo desde finales del siglo XX, casi todos los predios empezaron a modificar sus estructuras, convirtiéndose en negocios de distintos rubros, como estudios de abogados, centros médicos (psicológicos, dentales, entre otros), agencias de publicidad, así como empresas de importación y exportación, en medio de las viviendas unifamiliares.


A principios del siglo XXI, la zona dio un giro en cuanto a su población, demoliéndose muchos de los elegantes y muy bien conservados predios, para construir edificios multifamiliares, con reducidas puertas de acceso y varios sótanos para los estacionamientos vehiculares, eliminando la mayoría de áreas verdes, tanto las ubicadas dentro de los mismos predios, como de las bermas municipales.


No es una zona turística, prácticamente no existe razón para que algún ciudadano visite esos senderos, a menos que le agrade admirar la arquitectura de mediados del siglo XX, pero esas residencias están desapareciendo poco a poco.


Muchos nuevos habitantes de la zona, no se dan cuenta que vivir en departamentos sin áreas verdes reduce el valor inmueble, que la cotización de los predios de esa zona miraflorina conocida como La Aurora, era reconocida justo por sus amplias y hermosas áreas verdes.


Las fotografías colocadas en el artículo han tratado de rescatar aquellos predios que aún mantienen la belleza arquitectónica con la que fueron concebidas.


Predios de dos niveles, con balcones, arcos en las ventanas, adoquines en las zonas de ingreso, revestimientos con azulejos y losetas, así como adornos en puertas y ventanas.

Manteniendo las áreas verdes tanto en la zona de la berma municipal, como en la zona del retiro obligatorio del predio.


Los parámetros de construcción de viviendas varían según el año, y al parecer los primeros predios construidos en esta avenida no tenían la obligación de dejar los metros obligatorios de retiro, edificándose al ras de la vereda.


En la década de 1970 construyeron algunos edificios de viviendas multifamiliares, la mayoría de cuatro niveles, con espacios para el estacionamiento vehicular, algunos de los cuales aún forman parte del panorama.


A pesar de los tiempos de inseguridad que vive nuestra patria, también fue posible observar predios sin las rejas de protección en el borde entre la vereda y la casa, lo cual contribuye a que la zona sea más amigable.

Sin embargo algunas de ellas, al colocar rejas sin tapiar como cerco en el perímetro, permiten admirar los aspectos de construcción.


La característica principal de esa zona está en que fueron tiempos en que estaba de moda las construcciones de predios con techos aligerados, a pesar de no ser necesarios en nuestras ciudades, lo cual también contribuye a la belleza arquitectónica de la zona.


La constante en los últimos años en muchas de las casas de dos niveles, es haber acondicionado un tercer piso, algunas con las mismas características del predio original, y otras de forma tal que parecen ser provisionales.


Son varias las vistas incluidas enfocadas hacia la berma municipal zona central, entre las pistas vehiculares, donde se observan árboles, plantas y flores muy bien cuidadas, aunque la costumbre de cambiar las flores por razones de estación tiene más de 20 años en Miraflores, lo cual constituye un alto costo en los pagos de arbitrios en el rubro de parques y jardines, la belleza al estar muy bien conservadas, aminora en algo recordar que esa tasa es bastante alta para los residentes.


Como escribí, la zona no es turística, sin embargo, caminar por sus veredas y admirar las hermosas áreas verdes es un paseo relajador.





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