Las actividades que se realizaban, eran repartir vestidos, útiles escolares, juguetes o algún tipo de alimento que justificara la visita.
Por alguna razón, creo que mi motivación poética, hizo que traspasara el centro del evento para reconocer la realidad, ahí descubrí que los visitados se dan cuenta que existe algún “mea culpa” entre los que sienten la necesidad de desarrollarla, además también advierten la diferencia entre uno y otro grupo, en lo siguiente:
- Normalmente los visitantes asisten luciendo sus vestidos y calzados con marcas a la vista, porque aún huelen a nuevo, si son damas necesariamente exponen una fina cartera, un costoso celular y sus joyas, emanando el perfume de la peluquería, arribando en un vehículo del año, e inclusive con chofer.
- Los artículos que entregan son confeccionados con ínfima calidad, y los receptores lo saben porque es lo que adquieren por sus escasos recursos, o porque lo consideran suficiente para sus necesidades. Y como muchos laboran para empresas de confecciones, conocen que la materia de prima del atuendo de sus visitantes no guarda correspondencia con lo que obsequian.
- Además de los gestos de compromiso que son elocuentes, porque así hayan vivido en algún momento de su vida en similares circunstancias o para ellos sea nuevo, definitivamente se nota que les molesta.
Esas visitas las realicé cuando bordeaba mis veinte años, el tiempo me hizo pensar que dichas organizaciones son un pretexto para divertirse, y nada mejor que una hermosa caricatura publicada en la revista Mafalda 5. Quino. Ediciones de la Flor, Talleres Talagraf, Buenos Aires, Marzo de 1971, en la cual una de sus protagonistas, Susanita, argumenta:
“A mi también me lastima el alma ver gente pobre, ¡créeme!
“Por eso cuando seamos señoras nos asociaremos a una fundación de ayuda al desvalido”
“¡Y organizaremos banquetes en los que habrá pollo y pavo y lechón y todo eso! … Así recaudaremos fondos”
“ …para poder comprar a los pobres harina y sémola y fideos y esas porquerías que comen ellos”
Fotografías e Historietas pertenecen a Quino.
Esas ONG siempre necesitan de algún necesitado para poder existir.
ResponderEliminarCarlos Gutierrez
Estimada Fátima:
ResponderEliminarDurante muchos años... (unos 20 años) he desarrollado ayuda social a muchas personas, pero ahora veo y más siento que por mas que tratas de ayudar a las personas (no se da en todas pero si en su mayoría) ellos no entienden ni reconocen lo que tratas de hacer por ellos, en muchos casos (ahora en el 2012) ni agradecidos quedan...
Realmente me han quitado las ganas de ayudar... ¿Que piensas?
Hola Fátima,
ResponderEliminarMuy cierto lo que dices. No estoy de acuerdo en hacer "las obras de bien social" porque son ocasionales y efímeras. Por qué no hacer algo permanente y no solo un ratito? Por eso no las hago a no ser que sea dar una charla (sin cobrar) y orientar a la gente, que creo es lo que sé hacer.
Saludos,
Gabriela
Querida Fàtima: realmente esto es cierto pero serìa siempre bueno que los apoyados sientan que las personas de los ayudamos de una manera ù otra queremos el bienestar de ellos, pero tambièn debemos enseñarles a tomar conciencia de los que significa esta ayuda, hasta pronto, saludos, Zoila.
ResponderEliminarMucho depende de como nos vean, siempre es bueno compartir con los más necesitados, que son solicitados por los políticos solo en época de campaña y luego los olvidan.
ResponderEliminarHay que pensar en ser solidarios.
cariños
En estas fiestas es normal que aparezcan mucha organizaciones que organizan de todo para los niños pobres, pero hay como se divierten, y en medio de las reuniones siempre algo sacan para su bolsillo y lo que queda para las obras de bien social.
ResponderEliminarMuy buen artículo.
Ese es un tema muy delicado, estas organizaciones recaudan mucho dinero, pero tienen que tener ese nivel de lujo y prestancia para que la gente les done más, es es la constante.
ResponderEliminarEsperemos que algo del dinero recaudado llega a los necesitados.