Estoy convencida que la mayoría de los concursos de Arte son arreglados, para que determinadas personas sean beneficiadas con fama, gloria y dinero.
Muchas veces hemos escuchado sobre los concursos de arte, organizado por distintas entidades, centros de estudios, universidades o centros culturales, sin embargo, los resultados casi nunca son los esperados. Generalmente en el momento de la premiación se observa que los ganadores saludan muy efusivos y con muchas palabras de agradecimiento a los jurados, debido a que casualmente fueron sus profesores en alguna oportunidad.
Es sabido que el alter ego de los artistas es ser aplaudido por sus obras, por el deseo de trascender, sin embargo, son pocas las veces que logran una posición en el medio y menos en el extranjero, limitándose a ser profesores del arte, conferencistas y hasta jurado de concursos.
Estas personas, alguna vez tuvieron la oportunidad de presentar sus obras, la mayoría de veces gracias a sus contactos, sin embargo, al parecer pocas de ellas fueron conocidas, o no tuvieron el nivel que ellos creyeron.
Como protagonista, a lo largo de mi vida, participé en distintos concursos: escultura, pintura, cuentos y poesía, teniendo como norma hacerlo sólo si mis obras eran devueltas, pero para los concursos literarios debí idear distintos métodos para comprobar si mis escritos eran leídos por los miembros del jurado, es así que mediante algunos secretos, que no voy a revelar, llegué a la conclusión que pocos jurados leen el material del concursante, a pesar que las instituciones de prestigio les pagan para que lo hagan.
Principalmente, debido a que los jurados, que son profesores, saben las técnicas de enseñanza que han aplicado en aula, y se limitan a buscar entre los documentos presentados a aquellos que reúnan dichas condiciones, cabe mencionar que también podría solicitarle el seudónimo a su alumno, para simplemente darlo por ganador. Lo que me ha llamado la atención es el tema de las menciones honrosas, decidido a veces por personal de confianza de dicho jurado, quien si lee o revisa parte del material, o el recomendado por éste.
En la premiación, el que se muestra más feliz que el ganador, siempre es el jurado, porque uno de sus alumnos logró la victoria, lo lamentable es que cuando el premiado cree que fue elegido por su obra y no por haber sido alumno del jurado, al observar la mínima o nula reacción del público ante su proyecto, lo desconcierta, y la mayoría de veces termina regalándolos.
Una experiencia
Para evitar suspicacias, me reservo el nombre del restaurante y del autor, pero yo quisiera saber si alguien de los que adquirieron el libro (que costó S/.35.00) lo leyó o lo recomendó, y si alguno de los poemas escritos está en la memoria o en el corazón del lector.
Por ello mi lema es :” Que es peor que no vender un libro, venderlo y que nadie lo lea”.
Las Fotografías tienen Derechos de Autor
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En algunos aspectos te doy la razón, uno participa en esos concursos y nunca se entera cual es la calidad de los ganadores, solo que ganaron, pocas veces o nunca tienen el detalle de invitarnos a la premiación y menos aún de informar sobre la real trayectoria del ganador.
ResponderEliminarSeria interesante conocer también quien fue el poeta que vendió todos sus libros y que luego los olvidaron en las sillas, pero supongo que no lo dirás.
Como siempre, felicitaciones por incorporar en tus artículos temas sobre el arte.
Buenas tardes Fátima,
ResponderEliminarSiempre es un placer enviarte unas líneas y desearte muchos éxitos en tus Recitales programados y felicitarte por el entusiasmo y dedicación vocacional en tus profundas y románticas poesias.
Me encanta haberte conocido y continuar deleitándome de tus Obras.
Un buen fin de semana Fátima.
Con afecto,
Esos de los concursos se dá en todo, basta ver las convocatorias a cas en el sector publico, todos tienen nombre y apellido, y nos hacen creer que los que ya tiene el puesto comprado son más capaces que los que postulan, es una constante de la corrupción, que se encuentra en todo lado, inclusive y peor en el arte.
ResponderEliminarMuy buen artículo, que debería tocar carne.
Ello tiene algo de verdad y algo supuesto, algunos concursos son ganados por personas muy valiosas, se ven en sus obras, otras veces los que pierden reniegan que ellos eran mejores artistas, y es una constante, pero ese detalle que el jurado es profesor del ganador puede llevar a pensamientos confusos, de todas maneras muy buen articulo
ResponderEliminarEs la historia de siempre, pero también en los concursos para plazas del estado, todos ya tienen un nombre, es una perdida de tiempo.
ResponderEliminarMuy buen artículo, deberíamos transmitirlo a los deseosos en participar y ser descubiertos sin saber que sus obras no seran vistas por nadie.
Un abrazo.
Gracias por tu articulo. Jorge Sanchez S.
No solo se ve en los concursos de arte, también se ve en los concursos para los puestos de trabajo.
ResponderEliminarY la desilusión aumenta, porque uno cree que no es competente, y son los amigos y familiares de los que deciden los que ganan, inclusive, porque fueron sus profesores.
Es una lástima
Angélica
Conozca personas que han recibido premios en los concursos, algunos han sido como mención honrosa, pero cuando he leído sus obras me he llevado una gran desilusión, en especial los poemarios, parecen que hubieran escrito lo que hablan, una historia de cafe, hasta con faltas ortográficas, ¿y así han ganado el premio?
ResponderEliminarPero como tu dices, después los veo conversando alegremente con el jurado, parece coincidencia.
Gracias por tu articulo, siempre dando en la llaga.