Plaza Bolognesi de Miraflores

Una de las plazas más hermosas que tenía la ciudad de Miraflores, era la Plaza Bolognesi (también conocida como el Ovalo Bolognesi), porque además de los frondosos árboles que la rodeaban, se habían construido imponentes predios de uno y dos niveles con características arquitectónicas dignas de ser preservadas.



En un antiguo plano del distrito de Miraflores y proyecto para su ensanche, siendo alcalde Henry Revett, del año 1907, se observa un trazado de la zona donde se encuentra el plaza, pero en forma de triángulo, teniendo en uno de sus lados la actual calle Alfredo León, teniendo como uno de sus lados a la calle Francia, y por el otro lado, a la actual calle Madrid. Siendo la calle Alfredo León la que culmine en el Malecón Balta.



Pero ese fue un proyecto, porque la fisonomía de las calles no tiene alguna coherencia.



En el año 1918, se promociona el lugar como Urbanización del Fundo Surquillo, de propiedad del señor Tomás Marsano, siendo considerado el moderno barrio aristocrático de Miraflores, asegurando que toda la zona tiene instalaciones de agua potable y desagüe.

Una oferta especial se realiza para aquellos que deseen pagar el 10%, dándole la posesión de la propiedad, pero si pago totalmente y al contado el terreno, el descuento será del 5% del precio de venta.



Hacia la década de 1920, los linderos de la plaza Bolognesi, ya habían sido delimitados.



Pero no como plaza, sino como un cuadrado perfecto, con senderos hacia la misma calle Bolognesi y a los extremos hacia la calle Madrid.



En otro plano de finales de la década de 1920, se le denomina a esa zona Urbanización del Fundo Surquillo, en el cual se observa detalladamente el cuadrado del lugar, teniendo prioridad la edificación de viviendas sólo hasta la avenida Jorge Chávez, el resto del terreno hacia el malecón Cisneros permanecía desierto.

Al igual que otro Plano mandado ejecutar por el alcalde Luis Gallo Porras, en el año 1933, en el cual ya se considera algunas calles adicionales hacia el malecón, manteniendo el plaza Bolognesi, la imagen cuadrada, cuando en realidad la plaza era redonda.



Durante muchos años, casi toda la zona hacia el malecón, o la avenida Jorge Chávez, no estaba construida, sólo algunas casas en la diagonal izquierdo, hacia la calle Madrid.

En otro plano de la década de 1940, el lugar figura con el nombre de Plaza Bolognesi, pero ya con casi todos los los edificados alrededor de este.



Hacia la década de 1950, toda la zona estaba repleta de áreas verdes y frondosos árboles, los cuales tienen casi 100 años de antigüedad.



Con el transcurrir de los años, el Plaza Bolognesi ha cambiado totalmente de fisonomía, a pesar que mantiene muchas de sus residencias edificadas a principios del siglo XX, la mayoría destinada a negocios de comida, discotecas o librerías, ha perdido algo de su encanto.

Antiguas fotografías demuestran esas modificaciones.

Principalmente porque casi ninguno de esos locales tiene un lugar donde sus clientes puedan estacionar sus vehículos, y la congestión en los momentos de ingreso y salida, las alarmas, los conductores que manejan sin precaución, lo ha convertido también en un lugar peligroso para caminar.



De haber sido un solitario lugar donde se escuchaba el canto de las aves, se ha convertido en una transitada vía, donde los vehículos de transporte público y privado transitan prácticamente hasta altas horas de la noche.



Hacia un lado de la plaza, aún existen tres antiguas residencias, de tres niveles, de techos de dos aguas, arcos en puertas y ventanas, escaleras de madera torneada, chimeneas, y diversos adornos en las fachadas.



Variaciones en el uso de aquellas, alguna vez, románticas residencias motivó que algunas ventanas, escaleras y puertas hayan sido modificados.



Por razones de seguridad, algunos predios han sido ocultados por inmensos cercos, que impiden la visión de las hermosas construcciones.



Desde distintas zonas de la plaza, pareciera que se detuvo el tiempo, pero los inmensos edificios construidos en las calles aledañas opacan la vista.



Hasta el año 2007 el monumento a don Francisco Bolognesi se encontraba en el centro de la plaza, sin embargo, alrededor del año 2008 se colocó una pileta en el centro de la plaza, moviendo unos metros al monumento.



El texto de la plaza : "El club de leones de Miraflores al coronel Francisco Bolognesi siendo ministro de guerra el general Alejandro Cuadra Rabines y alcalde de Miraflores, el dr. Emilio Rodríguez Larraín, 7 de junio 1962"



Durante varios años, se celebraba un festival alrededor de la plaza, justo la noche del 31 de octubre, colocando estrados y bandas de música, y a la media noche se reventaban fuegos artificiales, fiesta que duraba casi hasta el amanecer, sin embargo conforme se fue poblando la zona, y a solicitud de los vecinos, se canceló.



Edificios de siete niveles, que en realidad se convierten en ocho y nueve pisos en el corto tiempo, han ocupado uno de los lados de la plaza.



Hacia otro de los lados, aún existen varias residencias, con curiosos detalles propios de la década de 1950, como balcones, ventanas con arcos, puertas decoradas, y pequeños tragaluz en alguna parte de las paredes, generalmente a la altura de las escaleras.

Y como siempre, hermosos adornos de yeso en los muros de los techos y azoteas.

Otro de los linderos de la plaza, mantiene una hermosa residencia, donde funciona una librería, donde también se presentan diversas actividades culturales.



Otra vivienda edificada alrededor de la década de 1950, aún se mantenía hasta hace pocos años, tenía un hermoso balcón techado adornado por dos columnas, ventanas con arcos, con un techo a dos aguas, además de un par de curiosas jardineras externas ancladas en el segundo nivel.

Este predio demolido.

Lo lamentable es que muchas de esas residencias no han sido consideradas en el listado de los patrimonios inmueble de Miraflores.




Bellas residencias que mantienen la prestancia de la ciudad de Miraflores.

Así como frondosos árboles ubicados tanto dentro de la plaza como en los linderos de las veredas, los que son visibles gracias a las fotografías.

El lugar aún continúa siendo hermoso, a pesar de las variaciones propias de los años.





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