Cuando era niña, mi madre a veces solía ir conmigo al mercado, subíamos al tranvía que transitaba por la avenida Grau del distrito de Barranco con destino hacia el norte, ruta que no conducía al mercado de Barranco sino el ubicado sobre la avenida Paseo de la República en el límite del distrito de Miraflores, en la jurisdicción de Surquillo.
Por alguna razón siempre decía que en dicho mercado había más variedad y que todo estaba más fresco.
Para mi aquel local y el de Barranco eran iguales, el distinto siempre fue el Mercado Nº 2 de Barranco, ubicado sobre la calle Arica, paralela a la plaza Butters, porque habían muchas más cosas interesantes y muchos juguetes.
Lo que si notaba es que la mayoría de personas que iban al mercado de Surquillo tenían otra apariencia, quizá era la vestimenta de la época o porque ya estaba acostumbrada a mirar a los vecinos barranquinos y estos me parecían nuevos.
Lo que también era distinto eran los edificios, ambos con techos muy altos, pero el de Surquillo tenía una curiosa rampa que nos llevaba a los niveles superiores donde vendía telas e hilos, al menos eso recuerdo, mientras que en el de Barranco solía había una escalera para el segundo piso y casi nunca había nada que comprar en esa zona.
La historia del mercado surquillano, empezó cuando su territorio formaba parte del distrito de Miraflores, nominado como el Mercado de Abastos fue construido en la esquina de las calles General Recavarren y Narciso de la Colina, con una salida hacia la segunda cuadra de la calle Luis Valera Orbegoso, y otra sobre la misma Recavarren (hoy av. Paseo de la Republica).
Con la eliminación del servicio del tranvía y la construcción de la Vía Expresa del Paseo de la Republica, se modificó la ubicación de la puerta principal del Mercado, siendo la actual cuadra 53 de la avenida Paseo de la Republica.
En el año 1939, sobre un terreno de 4,300 m2 se construyó el Mercado en tres niveles, habiendo habilitado 300 puestos para la comercialización de productos perecibles y otros artículos en un área construida de 3,924 m2
Construida con las características propias de los mercados modernos, tiene un excelente sistema de ventilación propia gracias al diseño arqueado de sus techos.
Pero en el año 1949, por decisión de un grupo de residentes de una importante zona del distrito de Miraflores, varias cuadras miraflorinas formaron parte del nuevo distrito de Surquillo, que incluyó varios de los activos de la Municipalidad de Miraflores, además del Mercado Nº 1, un local ubicado justo en la esquina de las avenidas Angamos y Marsano, el antiguo Cementerio, el estadio colindante y sobre todo el área del parque Reducto Nº 5.
Por Decreto Legislativo Nº 11058 y se fijaron los límites del nuevo distrito de Surquillo, suponiendo que todos los bienes públicos comprendidos en esa jurisdicción también serían administrados por el nuevo distrito.
Manteniendo las diferencias sobre el control de los distintos espacios entre ambos distritos desde 1949, sin embargo fue recién en el año 2006 que la Municipalidad de Miraflores solicitó la devolución del mercado con la finalidad de privatizarlo, así como adecuar las instalaciones del segundo y tercer nivel desocupadas desde hace décadas, aunque algunas son utilizadas como almacenes.
La Municipalidad de Surquillo se negó porque en el año 2007 el Tribunal Constitucional declaró nulo el acuerdo miraflorino sobre la privatización, con el sustento que dicho local pertenecía a Surquillo.
Es de anotar que los comerciantes instalados en el mercado no figuran como propietarios de los puestos, sino como inquilinos, pero están interesados desde hace años en adquirirlos.
Además muchas de las instalaciones de los servicios de agua, desagüe y energía eléctrica son las originales, lo cual produce continuos problemas entre los comerciantes.
Sin embargo el juicio continuó, y en noviembre de 2013 la Corte Suprema resolvió que el local era propiedad de la Municipalidad de Miraflores y que debería ser administrado por esa comuna.
Y el asunto se mantiene sin solución.
Este mercado fue proyectado con todas las áreas necesarias para un funcionamiento eficiente, con un área para las labores administrativas, un salón frigorífico, horno crematorio de basura, servicios higiénicos diferenciados, puesto de control de pesas y medidas, así como un área para la portería, y algunos depósitos para el almacenamiento de la mercadería.
Y es considerado un espacio turístico por excelencia, por la variedad de productos que ofrece, quizá por ello muchos de sus precios son porcentualmente más elevados que los mismos artículos que se venden en el Mercado Nº 2 del mismo distrito de Surquillo, ubicado a unas cuadras, en la calle Dante.
Fotografías Derechos Reservados.
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