Un acantilado es un accidente geográfico que tiene la forma de una pendiente con una variación constante en sus grados de inclinación, producido por la presión del mar.
A veces esa pendiente es producto del cauce del río, que debido al movimiento de sus aguas realiza un surco, de distintos tamaños lo que forma una quebrada.
Los acantilados están formados por las rocas, algunas resistentes a la erosión y al clima, y otras por canto rodado, material frágil ante diversas situaciones.
Algunos acantilados se forman debido a un movimiento sísmico, porque origina el deslizamiento de territorios hacia distintas zonas, en este caso cercanos a una pendiente.
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Existen acantilados internos, creados por los canales de agua subterráneos, que modifican los cerros formando grutas, cuevas que luego salen hacia la superficie en forma de chorrillos, cascadas y cataratas.
Algunos acantilados se forman debido a un movimiento sísmico, porque origina el deslizamiento de territorios hacia distintas zonas, en este caso cercanos a una pendiente.
Existen acantilados internos, creados por los canales de agua subterráneas, que modifican los cerros formando grutas, cuevas que luego salen hacia la superficie en forma de chorrillos, cascadas y cataratas.
El Acantilado de Barranco
La zona conocida como la Quebrada de Armendáriz es una ruta natural de las aguas del río Surco, siendo posiblemente un antiguo camino de miles de años de antiguedad, para llegar al océano.
Antiguas fotografías de la década de 1930 demuestran que se había habilitado un sendero apto para el tránsito vehicular para un par de automóviles, manteniendo los declives propios del acantilado formado por siglos.
El sendero sinuoso mantenía también en uno de los lados distintos cauces de agua que provocaban la frondosa vegetación, así como la vida de distintas especies marinas de agua dulce.
Hasta mediados del siglo XX, toda la zona de la quebrada de Armendáriz, era un área fértil en frutos, ignoro si sembrado por la mano del humano, o producto del movimiento de tierras y de aguas que empezaron a brotar frutos cuyos sembríos se encontraban a varios kilómetros de distancia.
Al parecer hacia la década de 1960 ese sector productivo del acantilado había dejado de ser utilizado como tal, para acondicionar la que sería una nueva ruta hacia el mar.
Testimonios de antiguos vecinos aseguran que todo ese sector esa una pendiente, uniforme, que en varias etapas fue modificada para el acceso del tránsito vehicular pesado, canalizando el río Surco, para evitar que se malogre los trabajos de la nueva trocha.
En el proceso para ampliar los senderos para los vehículos automotores, se utilizaron explosivos para lograr el espacio deseado para la fluidez vehicular, eliminado algunos muros de piedra.
A finales de la década de 1960, la pista de la Quebrada de Armendáriz ya estaba afirmada, y era una ruta segura para acceder hacia los Baños de Barranco,
sin embargo tuvieron cuidado en mantener los grados de inclinación de cada uno de los acantilados para la seguridad de los ciudadanos, pero al haberse recortado terreno de la zona de Barranco, siempre existía un sector de cuidado por el desprendimiento de las piedras.
Debido a la habilitación de las nuevas pistas, hacia principios de la década de 1970, se inició el dinamitado de los acantilados ubicados frente a la orilla del mar, razón del continuo desprendimiento de tierras, por la falta de precaución en mantener el declive natural realizado por la naturaleza.
En la ladera del acantilado Harris, existen varios senderos para dirigirse al circuito de playas, caminos afirmados por los asiduos al mar.
En el sendero del acantilado, hay diversas plantas a ambos lados que adornan el camino.
En la actualidad en la zona existen una variedad de árboles de más de 30 años de antigüedad.
Hacia a la altura del final de la quebrada de Armendariz, se ha habilitado una estación de electricidad, para proveer de energía a los locales de las playas, así como antenas para telefonía.
Desde ese punto del acantilado se puede apreciar una hermosa vista hacia las playas de Miraflores.
En todos los jardines del malecón se han sembrado una variedad de plantas y arbustos.
Flores que forman parte del panorama del distrito, estando sólo a una cuadra de la Alameda Saenz Peña, que se encuentra sobre el Malecón Sousa.
Futuro Malecón Paul Harris, altura de la calle Pedro Martinto.
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