Plazuela Chabuca Granda
La Municipalidad de Barranco siempre ha tratado de homenajear de distintas maneras a doña María Isabel Granda y Larco conocida como Chabuca Granda.
Aunque la dama nació en el distrito en la ciudad de Apurímac, residió por mucho tiempo en el distrito de Barranco, muy cerca al Puente de los Suspiros y a la Bajada de los Baños.
Otro de los homenajes, fue nombrar Pasaje Chabuca Granda a la primera cuadra de la antigua calle Zepita.
La calle Zepita se inicia en la primera cuadra de la av. Pedro de Osma y culmina en la intersección de la primera cuadra de la calle Ayacucho, antes de ingresar a las escaleras que conducen al Puente de los Suspiros.
También se colocó una escultura justo en la esquina del acantilado del parque Villarreal, muy cerca a la calle La Ermita, a unos metros del Puente de los Suspiros y de la capilla La Ermita.
Junto a la escultura de Chabuca Granda se ubicó otra obra similar, que representa a un chalán, en recuerdo de la canción “José Antonio”.
La pequeña plaza fue inaugurada el 24 de octubre de 1992, aunque otra fuente señala que fue inaugurada el 31 de octubre de 2013.
La escultura de doña Chabuca Granda, tiene una placa una de sus frases:
"Mi plácida niñez transcurrió en la quebrada de la Bajada de los Baños del Barranco, balneario sobre el Pacífico a ocho kilómetros de Lima."
Ambas esculturas fueron confeccionadas en piedra de Alabastro por el artista Fausto Jaulis.
Parque La Cruz de Barranco
El Parque La Cruz de Barranco se encuentra ubicado entre las calles Sucre y Abregú, a unos metros del parque Villarreal, en camino hacia el horizonte..
Este parque es relativamente nuevo en el distrito de Barranco, hasta mediados del siglo XIX, toda la zona del lado izquierdo de la calle Sucre fue durante muchos siglos el principal sendero barranquino para acceder a las Playas de Barranco, principalmente por encontrarse muy cerca al centro de abastos de la zona, entre las calles Domeyer y muy cerca a la avenida principal.
Por esos años se empezó a edificar diversos predios justo sobre la calle Sucre, hasta la altura de la calle Batallón Junín.
Al igual que toda la zona posterior, con frente a la calle La Ermita, o Bajada de los Baños.
Aún la existencia de dichas edificaciones, los nativos continuaban utilizando la pendiente el sendero de la calle Sucre para acceder al mar.
El sendero donde se ubica la cruz era una pequeña pendiente que conducía con facilidad a la orilla del mar, la cual fue nivelada por la congregación religiosa que inventó lo de la cruz.
Fueron tiempos en que el actual distrito de Barranco y alrededores, era habitado por nativos, que basaban su alimentación en sus tierras de cultivo y los productos del mar.
Pero a mediados del siglo XVII esa fisonomía y estilo de vida empezaron a modificarse.
Pero a mediados del siglo XVII esa fisonomía y estilo de vida empezaron a modificarse.
Pero por intereses económicos de algunos extranjeros el sendero de la calle Sucre, fue obstaculizado, perjudicando el acceso al mar de los nativos, también debido a la usurpación de terrenos con la finalidad de edificar una pequeña capilla y adecuar un espacio para colocar una cruz.
Cruz que después fue motivo del nombre de esta zona, aparentemente colocada debido al mito sobre la visibilidad de una cruz en el acantilado.
Mito difícil creer, porque si a la fecha a nuestros compatriotas sufren de un alto grado de discriminación, es improbable que alguien los hubiera escuchado en el siglo XIX.
Pero al parecer el sendero continuo útil hasta mediados del siglo XX, lo cual se refleja en el Escudo del distrito de Barranco, como el lugar desde donde se observa el ocaso del sol.
Esa ruta, fue cerrada para colocar un pedestal con una cruz de madera, por un mito sobre ciertas visiones, que nunca pudo ser comprobada, sobre la supuesta aparición de una cruz luminosa, justo sobre uno de los taludes laterales de la calle Abregú, y con ese pretexto, se construyó una capilla de una orden religiosa.
Tiene varios senderos perfectamente ubicables, uno hacia el lado derecho donde encontrará un grupo de escaleras que conecta con la calle La Ermita, y desde el Puente de los Suspiros, que al parecer también fue solicitado por la mismo organización religiosa.
Es curioso que dicho puente se encuentre al mismo nivel que la capilla, cuando lo que se pretendía era unir la calle Ayacucho con la calle Sucre, pero esa es otra historia.
Es curioso que dicho puente se encuentre al mismo nivel que la capilla, cuando lo que se pretendía era unir la calle Ayacucho con la calle Sucre, pero esa es otra historia.
Otro sendero lo conducirá al Parque Villarreal, y hacia la avenida Prolongación San Martín y el antiguo Puente de Cemento.
O si desea puede permanecer en el parque, porque es un excelente lugar para descansar, leer, admirar la naturaleza y pensar.
Hace unos años se instalaron bancas de madera, algunas con respaldar otras más simples, así como hermosas glorietas donde protegerse del sol.
También puede detenerse a observar la cruz de madera que tiene más de un siglo cuidando la zona.
La cruz está tallada y tiene pequeños detalles que podrá descubrir si se acerca.
Este parque forma parte del circuito turístico del distrito de Barranco, pero pocas personas difunden la verdadera razón de su creación.
Desde el lugar se puede ver los mismos atardeceres que inspiraron el Escudo de Barranco.
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