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viernes, 15 de abril de 2005

Unidades Monetarias del Perú 1822 1990



UNIDADES  MONETARIAS  DEL  PERU
1822   -  1990


1.                     Escudos, Reales y Pesos

Los resultados de la gesta emancipadora de 1821 le otorgaron al Perú autonomía en la acuñación de su unidad monetaria, sin embargo el desorden por el poder así como el centralismo en la ciudad de Lima, procuró que se descuidara este importante rol del gobierno y que se continuaran aceptando monedas extranjeras como los reales y pesos españoles, y los reales bolivianos con igual poder cancelatorio que los pocos escudos y reales peruanos, bajo las siguientes equivalencias:


Monedas de Oro    Monedas   de   Plata
            Escudo  =      2  Pesos        = 16 Reales
                                   1 Peso           = 8 Reales
                                   1/2 Peso        =  4 Reales
                                   1/4 de Peso   = 2 Reales
                                   1/8 de Peso   = 1 Real





Banco Auxiliar de Papel Moneda

La escasez de monedas nacionales y la relativa desconfianza hacia las piezas extranjeras provocaron un desabastecimiento que fue superado gracias al respaldo del Banco Auxiliar del Papel Moneda creado por José de San Martín en octubre de 1821, el cual emitió el primer billete peruano, efectuada el 1º de febrero de 1822 autorizada por el Ministro de Hacienda Hipólito Unánue.



Al continuar con la misma unidad de cuenta y por lo tanto iguales características de acuñación que las españolas, las monedas de plata se fabricaron sustituyendo el busto del monarca español por el Escudo Peruano y amonedadas con la inscripción "Perú Libre"; se dispuso que las monedas del Perú debían ser equivalentes a las españolas, la unidad monetaria fue el Peso Fuerte con un valor de 4.25 Marcos Alemanes, dividido en 8 reales, pero los niveles de fabricación del año 1822 fueron mínimos por no haber podido controlar las minas de plata que habían sido abandonadas por sus explotadores y eran custodiadas por tropas realistas.

Por esos años la extracción minera era una de las más importantes actividades productivas, especialmente cuando se trataba del oro el que transformado en moneda alcanzaba su mayor valor agregado; siendo considerada como una fuente de exportación al incluirla en el rubro oro: los lingotes, la orfebrería y las piezas amonedadas.

El interés de la población por estos billetes de banco fue mínimo por su preferencia y costumbre a usar monedas, a pesar de su rudimentaria fabricación y a la diversidad de diseños de un mismo valor nominal. Esa multiplicidad de diseños contribuyó a que muchas piezas metálicas fueran detectadas como falsificadas creando desconfianza en su aceptación, ante lo cual el Congreso Constituyente por resolución del 19 de noviembre de 1822 mandó fabricar y canjear monedas de cobre, de 1/4 de real en ese año, y un cuarto y un octavo de peso durante 1823.

Las monedas de cobre de 1 y 2 reales se acuñaron en noviembre de 1822, la emisión de las piezas de cobre no tuvieron la acogida esperada ya que siguieron evitándose o rechazándose así como a los billetes de banco, por ello José de la Riva Agüero, primer Presidente de la República, determinó la suspensión de la circulación de los billetes mandando a clausurar al banco el 1o. de agosto de 1823, dejando de fabricarse las piezas de un cobre, en septiembre de 1823 se determinó su recojo y amortización.

Por esos días las fuerza realistas aprovecharon el desconcierto y el caos administrativo del nuevo gobierno, a la poca credibilidad a los medios de pago de papel, las fuerzas realistas ocuparon nuevamente Lima, incendiando la Casa de Moneda y obligando a trasladar parte de su personal al Cuzco donde acondicionaron una Ceca para la acuñación de monedas y donde resellaron con el emblema "Perú Libre" a algunas piezas de la corona real española acuñadas durante 1824

Con la finalidad de reorganizar la unidad de cuenta por mandato del 25 de febrero de 1825 se fijó como unidades monetarias al Escudo y al Real estampados con el Escudo Nacional, los Escudos serian acuñados en oro de 21 kilates o ley 875 fino, los Reales en plata de ley 900 fino equivalentes a la ley de 10 dineros y 20 granos [1], acuñadas en las siguientes denominaciones:

Escudos
Diámetro
Peso
Peso
Oro
milímetros
gramos
Gramos variaciones
8
37,50
27,00
27.064
4
19,00
13,50
13.532
2
    ND
  6,75
6.766
1
18,00
    3,375
3.383
½
14,00
      1,6875
1.691

Reales
Diámetro
Peso
Peso
Plata
milímetros
gramos
Gramos variaciones
8
40,00
27,07
25.000
4
32,00
13,54
13.532
2
27,00
6,77
6.766
1
ND
3,38
3.383
½
16,00
1,69
1.691
¼
ND
0,84
0.845



En dicho año, ya libres del acoso español se acuñaron Reales tanto en la Casa de Moneda de Lima como en el Cuzco, estampando en el anverso el Escudo Nacional y en el reverso una mujer de pie con un escudo inscrito con la palabra Libertad, figurando en el exergo "Firme y feliz por la unión".

El nuevo reglamento de amonedación del 24 de abril de 1830 confirmo el tipo y la ley de la moneda, las de oro deberían tener por ensaye la ley de 21 kilates o ley 875 fino, fijándose el peso de la onza hispanoamericana en 26,95 gramos lo que representaba 23,581 gramos de oro puro.

Desde el plano económico se observo que a partir de dicho año se desarrollo el comercio con la producción de lana de oveja de la ciudad de Arequipa y de las provincias de Cuzco y Puno, consolidándose la hegemonía de los arequipeños con la construcción del ferrocarril que unió a las citadas ciudades. De otro lado, el Congreso Peruano por ley del 25 de agosto de 1831 reconoció como deuda de la independencia una importante suma de dinero a España en forma de bonos, muchos de los cuales estaba en poder de residentes españoles y peruanos.


[1] La voz dinero señala los grados de pureza y la ley en la plata, doce dineros equivale a plata pura, una pieza de 10 dineros y 19 granos equivale a ley de plata 900





MONEDAS  BOLIVIANAS

Hacia principios de la década del treinta al observarse escasez de medios de pago en la zona sur oriente del Perú, fueron aceptadas como medios de pago las monedas bolivianas al tener valores nominales iguales a las peruanas, a pesar que su acuñación fue realizada con una aleación de menor ley; esto último no fue aceptado por el gobierno chileno prohibiendo la circulación en su territorio suspendiéndole el poder de pago.

Con la finalidad de dar facilidad a la producción minera y evitar la salida clandestina de las pastas de plata que por aquella época pagaban un derecho de exportación y para restringir la circulación de la moneda boliviana, se acordó fabricar monedas de plata en otros lugares del país adicionalmente a la Casa de Moneda de Lima, autorizando establecer cecas en la ciudad de Cerro de Pasco por Ley de octubre de 1833, y en la ciudades del Cuzco y Arequipa por Ley de octubre de 1834, la primera cerró sus puertas en 1857, mientras que la segunda en 1886, y la tercera en 1885.

Al volver a detectar que un mismo valor nominal tenía una gran variedad de diseños por amonedarse hasta en cuatro lugares con características de vida diferentes y existiendo similitud con las piezas de cuatro reales boliviana acuñadas con una ley inferior, se produjo una mayor desconfianza y desprestigio entre la población especialmente en las ciudades del sur del país donde fue más notorio su uso en las transacciones económicas.



Es de anotar que hacia 1935 los caminos hacia la ciudad de Lima estaban plagados por montoneros y ladrones reflejo del desorden creado por la sublevación de Felipe Santiago de Salaverry, quien se proclamó Presidente de la República en dicho año, lo cual provoco mayor confusión en cuanto a la oferta y aceptación de los medios de pago.

Sin embargo, la moneda feble[1] boliviana fue legitimada por la firma del tratado propuesto por Andrés de Santa Cruz (militar y político boliviano), celebrado en 1836 que dio origen al nuevo estado nominado "Confederación Perú Boliviana", cuya vigencia fue entre 1836 y 1839.

Por ese tratado el Perú fue definido en dos repúblicas: Nor Peruano el cual permaneció numismáticamente independiente y el Sud Peruano por el que circularon las piezas bolivianas que sustituyeron a las peruanas.

La resistencia peruana y la presión militar chilena quebraron la confederación enviando a Santa Cruz al exilio. Disuelta la confederación el Perú volvió a tener autonomía en la acuñación de monedas, pero continuo usándose opcionalmente la pieza boliviana en el intercambio comercial en las provincias de Tacna, Moquegua, Puno y Cuzco, así como algunas ciudades argentinas; estas ciudades no tenían otra alternativa que recibirlas como contrapartida de sus productos, por no acceder a otro mercado y por que la moneda peruana circulante no era suficiente para abastecer la demanda para realizar las transacciones.

Debido a ello, con fecha 9 de julio de 1840 el ministro de Relaciones Exteriores del Perú pidió a su similar boliviano que su país corrigiera la ley y el peso de su moneda, restableciendo la acuñación de las piezas de 10 dineros y 20 granos lo cual evitaría que la moneda peruana emitida con los mismos valores nominales sea atesorada o que saliera del país mientras que se usaba la boliviana.

Sin acceder a la petición, se siguieron introduciendo al mercado peruano las piezas bolivianas, observando que hacia 1847 esta había desalojando totalmente a la peruana en la zona sur del Perú.

Ante la renuencia boliviana, se suscribió entre Perú y Bolivia el Tratado de Paz, Amistad, Límites y Comercio ratificado en La Paz el 28 de enero de 1848, por el cual cada parte se comprometía a emitir monedas cuya ley sea de 10 dineros 20 granos.

Al no cumplir Bolivia el tratado, el 6 de octubre de 1849 el gobierno de Ramón Castilla consideró a la moneda boliviana incanjeable so causar un mayor perjuicio a la industria y comercio de la región, evitando el ingreso de estas monedas y procurando fiscalizar la Casa de Moneda de Potosí, ante lo cual el gobierno de Bolivia ignoro el destino de sus monedas y no autorizo la fiscalización.

Debido a las importantes exportaciones de guano en el Perú, hacia 1850 comenzó a usarse la moneda boliviana en las zonas costeras paralelamente a la pieza de 10 dineros [2] reconociendo el contenido fino de aquella en menor precio y recibida con un descuento que podía ser mayor a la diferencia entre su valor nominal y el valor real, incrementándose los precios de importación para los productos del Perú y Bolivia del grupo básico de comerciantes, especialmente extranjeros, que producían y realizaban transacciones con bienes mineros y agrícolas.




El descubrimiento de minas de oro en California en la década de 1850 desequilibro la relación entre los precios del oro y la plata; el retiro de las piezas de plata peruanas y la depreciación de la moneda boliviana incidió en la producción campesina así como en los precios de los bienes provocando desconcierto en utilizar y aceptar la pieza boliviana que seguía circulando especialmente en la sierra del país.

Ante la escasez de medios de pago, el gobierno autorizó la emisión de monedas con vigencia transitoria, acuñadas en plata de ley 900 fino entre 1858 y 1862 en los valores:

Denominaciones
Equivalente
Peso (gramos)
50 centavos

12,10
25 centavos

6,25
1 real
10 centavos
2,50
1/2 real
5 centavos
1,25


Utilizando en las dos primeras denominaciones el sistema decimal.

La necesidad de piezas de mayor denominación determinó que se acuñaran monedas de 8 y 4 Escudos de oro durante 1863, sin embargo debido que se mantenía la escasez de medios de pago, el 31 de enero de 1863 se autorizo a fabricar piezas de cobre de un centavo y dos centavos, llevando en el anverso un sol radiante y en el exergo la inscripción República Peruana y la fecha, en el reverso el valor nominal rodeado de una guirnalda formada de dos cornucopias.

Denominación
Valor en
Peso
Diámetro
Aleación

centavos
Gramos
milímetros

1/50
2
10
24,0
Cobre
1/100
1
5
18,0
Cobre


El 12 de enero de 1866, se indico que el gobierno no daría curso legal a la moneda boliviana y que las oficinas fiscales la recibirán por su valor de mercado, el día 18 del mismo mes se empieza a cobrar un 3% a la exportación de moneda acuñada de plata como de oro, y para los metales en barra o sellado 48 centavos por onza.


[1] Feble: nombre dado a las monedas defectuosas en peso o ley.
[2] Dinero era la medida de referencia utilizada en el comercio europeo para el cálculo de transporte, los costos y precios.




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