La presente acuarela es una vista del Puente de los Suspiros de Barranco, enfocada desde el final del primer grupo de las escaleras de la calle Ayacucho, con vista a la calle Ermita y al sendero ascendente que conduce a la calle Sucre.
El Puente de los Suspiros es uno de los lugares más visitados del balneario y de la provincia de Lima.
Resultará ilógico este comentario, pero en mi más de 60 años, siempre escuché que las personas que acuden al Puente de los Suspiros de Barranco, lo hacen para suspirar, pero no por amor, sino por sus Penas de amor.
Posiblemente alguna vez caminaron con el ser amado sobre sus tablones, pero la mayoría de otras veces que acuden al puente es para evocar aquellos momentos de enamorados y llorar sus tristezas.
Testigo de innumerables romances en cualquier lugar de la ciudad, pocas veces he visto parejas de recién casados posando en el antiguo Puente de Madera, a diferencia del relativamente nuevo Parque del Amor en Miraflores, el cual cada fin de semana tiene al menos una docena de parejas que hacen fila para perpetuar en fotografías el cambio del estado civil.
Por ello, creo que el nombre “Suspiros” fue asignado por la infinita cantidad de lamentos, sollozos, lamentaciones, llantos, angustias, desconsuelos, congojas y aflicciones producto de las rupturas amorosas, entre otros motivos.
Y es que cuando se nos acaban las lágrimas, lo único que nos queda es “Suspirar”.
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