Uno de los lugares más hermosos del distrito de Miraflores, es la quinta Leuro.
La Quinta Leuro está ubicada en la avenida 28 de Julio en el distrito de Miraflores.
Está identificada con los números 840, 842, 844 en la parte exterior, y con las letras del abecedario.
Fue construida en el año 1927 como parte de las casas destinadas a la clase media, por el tamaño y las características de la edificación.
En el año 1987 fue declarada como patrimonio inmueble miraflorino, con la finalidad de preservar una parte de la historia del balneario.
Todos los predios tienen características similares, muchos de ellos son mellizos en cuando su distribución, pero colocados de manera inversa.
Aunque los historiadores indican que en sus acabados tienen influencia de diversos orígenes, todos europeos.
Al igual que casi todas las construcciones de principios de siglo, sufrieron muchos inconvenientes debido al terremoto del año 1940, debiendo ser remodeladas íntegramente por sus propietarios y/o inquilinos.
Es uno de los pocos casos, en que se mantuvieron las condiciones idénticas, o al menos muy similares a las del patrón original.
Aunque hay zonas que parecieran permanecen iguales a cuando fueron construidas.
Quizá fue bautizada como quinta Leuro, porque por dicha época, ya estaba urbanizado el Barrio Leuro, viviendas con otras características en su construcción, con áreas de mayor metraje y muchas más zonas con áreas verdes.
Hacia la década de 1950, dicha quinta, también era conocida como Solar, quizá por su cercanía con dicha calle.
Existen hasta tres modelos de viviendas.
Las que se encuentran sobre la avenida, son edificaciones de un piso en una zona y de dos niveles en la otra, de mucho mayor metraje que las de la parte interior, y áreas verdes a los lados.
Al parecer, esta quinta está construida sobre una pequeña loma, porque se sienten algunos grados de inclinación mientras se ingresa a la parte inferior.
Las siguientes casas, son más pequeñas, siempre con jardín exterior y exterior, al parecer de menos habitaciones, pero manteniendo los decorados en las puertas, ventanas, techos y alrededores.
Hacia el fondo, se ubica varias pequeñas casas, adornadas con unas hermosas escaleras de medio círculo, que permiten ingresar a las casas del segundo nivel.
Todos los adornos permanecen casi iguales a cuando fue construida, al igual que el diseño central del techo a dos aguas.
A pesar de las transformaciones típicas de las remodelaciones, la belleza arquitectónica de esta quinta es espléndida.
Las barandas de madera, las lajas rojas, los adornos en las cornisas, las persianas de distintos diseños en las ventanas, cada detalle están muy bien conservadas.
Mención especial recae en los adornos de las puertas, cada uno con un estilo distinto
A algunas se le ha agregado una reja de fierro, por motivos de seguridad, que felizmente no modifica mucho el arte del tallado realizado en su oportunidad.
Cada ventana también tiene un estilo distinto, tanto en los materiales como los diseños.
Al parecer, las barandas que separan los predios son los originales, aunque pintado de distintos tonos, mantienen los adornos tallados que hacen del lugar un precioso espacio para vivir.
Escondidos senderos que conducen a los lados de la quinta
Los cuales están cubiertos con plantas, arbustos, flores, macetas y diversos adornos que hacen más encantador el ambiente.
Las columnas y los techos del segundo piso, tiene características únicas, que al estar muy bien conservadas, mantienen los rasgos propios de su fabricación, a pesar que van a cumplir un siglo.
Y lo más hermoso de esta quinta, es la cantidad de arcos que se encuentran tanto en las puertas, ventanas, y pasadizos
Razón que justifica ser patrimonio monumental de Miraflores.
Algunas casas tienen adornos en la parte externa, como pequeñas esculturas, macetas, campanillas, entre otros detalles.
Supongo que aquellas personas que residen en el segundo nivel, se sentirán acondicionados a principios del siglo XX.
Porque a pesar de encontrarse en una de las zonas del distrito con mayor nivel de comercio, dentro de la quinta no se escucha ni el ruido de los vehículos ni de los alrededores.
Las siguientes fotografías datan de mediados del siglo XX.
Cuando no existían mayor seguridad que la pequeña cerca de madera, al borde de la vereda.
Al ser una zona privada, es un poco difícil visitarla.
Imágen: © 2014 Susana Echecopar Mongilardi |
Gracias por tu historia. Yo viví en esa quinta, en la casa morada de tus fotos. Desde que nací haga q cumpli 6 años. Desde 1983 hasta 1989. Lindos recuerdos.
ResponderEliminarMi Amiga vive en la casa morada. Cada vez que voy a Peru me quedo en su casa. Sigue con su espectacular belleza. UN Lugar encantador.
EliminarA mi me encantaría vivir en esa quinta.
ResponderEliminarMe facina es muy hermosa.