Mientras estudié la maestría en ESAN, tuve la obligación de leer; hasta antes la lectura había sido un placer, y es que leer lo que uno le agrada siempre es un placer, en cambio que te obliguen a estudiar artículos diversos, muchas veces mal traducidos ¡es una pesadilla!.
Y fue así que con varios resaltadores de diferentes colores, verde, amarillo y naranja, empecé con las lecturas de los distintos cursos de la maestría, ¿por qué tantos colores?, el clásico amarillo para resaltar aquello que debía recordar; el verde, porque era información interesante que quería revisar en profundidad con otros autores; y el naranja, porque esa traducción era pésima, la frase no tenía algún sentido.
Hubo un comentario de un profesor que me simpatizó, parece que se dio cuenta que cada uno de nosotros tenía distinto nivel de comprensión de lectura, y dijo algo así:
“Si ustedes construyen una pared y colocan un ladrillo junto a otro ladrillo y así muchos ladrillos, esa pared pronto se les caerá, igual sucede con la lectura, si no utilizan algún tipo de pegamento, como el cemento entre los ladrillos, no comprenderán nada de lo que supuestamente están leyendo”.
Los rostros de la mayoría de mis compañeros eran de fotografía, la mayoría lucía cansado con cara de sueño, y parecía que efectivamente no utilizaban pegamentos, quizá algunos unían los ladrillos sin dejar espacio y otros simplemente los apilaban hacia arriba en vez de hacia los lados.
Existen estadísticas que el distrito de Miraflores más del 85% de los niños y jóvenes que estudian en los casi 40 colegios no comprenden lo que leen, y es que en estos casos están dejando de lado que posiblemente ese 85% tienen como lengua nativa cualquiera menos la castellana. Se requiere de al menos tres generaciones de familia con la misma lengua para alcanzar a comprender lo que se lee.
Pero otro inconveniente es la necesidad de requerir al menos dos horas para trasladarse desde su hogar a la escuela y otras dos horas para regresar. Posiblemente ello también influye en el aprendizaje, además de la pésima redacción y/o traducción de los escritos.
Si revisaran que alrededor del 50% de los casi 20,000 niños y jóvenes matriculados en Miraflores, residen en los distritos de Surquillo, San Juan de Miraflores, Surco, Villa María del Triunfo, etc., llegando a su centro de estudios cansados por el tiempo de viaje, y dejando de asistir al menos el 30% de las clases debido a que no tienen dinero para trasladarse, ni algo para la lonchera, o simplemente saber que si llegan tarde no les permiten el ingreso al colegio.
Por ello, tanto para los que estudien una maestría como para los niños en edad escolar, es muy importante que el recorrido entre el hogar y el centro de estudios no sea tan lejano, quizá esa puede ser también una razón de la limitada comprensión de lectura, además de una pésima traducción.
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