Existe una importante cantidad de fotografías de diversas playas con piedras, captadas hacia finales del siglo XIX.
En varias de ellas se ha escrito como parte de su identificación que son playas ubicadas en el distrito de Miraflores, pero existen detalles geográficos en esas fotografías, visibles en la actualidad, que en realidad es la playa "Barranco".
Una de las principales características de la playa Barranco es la saliente del acantilado que impide el paso hacia otro sector de la playa, obstaculizada por el gran número de piedras, las cuales son facilmente identificables en todas las fotografías del mismo lugar.
Además por la forma del acantilado, el cual es similar al actual acantilado del Malecón Castilla, que se mantiene casi igual a pesar del tiempo.
En la fotografía se observa a un grupo de personas caminando entre las piedras, y varias prendas textiles estiradas, las cuales posiblemente fueron lavadas con el agua de los chorrillos. Observe con detenimiento la forma del cerro que impide la continuación de la orilla, esa forma será similar en muchas fotografías.
En la siguiente vista se notará además de las piedras ubicadas en la misma posición que la fotografía previa, la posición de las rocas.
Al igual que la toma que continua, donde se aprecia la misma vegetación en las laderas, la zona saliente de una parte del cerro, así como las rocas en la orilla.
Una cuarta fotografía permite apreciar la frondosa vegetación de la zona, así como las rocas a un lado de la playa.
Siendo la postal a colores la demostración de todos los detalles, la forma de la ladera, la frondosidad del acantilado, las piedras en toda la orilla, las rocas justo en el límite del saliente de la quebrada, así como el inmenso Morro Solar.
En una sexta fotografía, con un primer módulo para los futuros Baños de Barranco se puede mirar el mismo saliente del acantilado, la frondosidad de la ladera, las rocas junto a la orilla y el Morro Solar a lo lejos.
El interés de los antiguos pobladores por acudir a las playas de los distritos de Barranco y Miraflores tuvo varias razones. La principal podría haber sido la fertilidad de sus aguas, soy testigo que hasta en la actualidad es posible pescar una variedad de peces. Todos los días cuando el sol está empezando a iluminar la ciudad, varios pescadores ascienden, en especial a la altura del estadio Bonilla, con una importante cantidad de pescados, de diferentes tamaños. Ello significa que aún en el siglo XXI nuestras playas pueden alimentarnos.
En el caso particular de las playas de Barranco, la historia demuestra que existían hasta tres senderos amigables para acceder al mar, uno de ellos es la Quebrada de Armendáriz, ruta por la que corrían varios cauces de agua del río con distintas especies marinas, además de frondosos árboles y arbustos con frutas disponibles para el caminante.
Otro sendero para llegar el mar, es a la altura de la calle Centenario, por la ladera del actual parque Diez Canseco.
Sin embargo la ruta más concurrida fue el antiguo sendero hacia Surco, ruta que se iniciaba a la altura de la plaza Raimondi, continuando por la calles Unión, Domeyer y Sucre.
Quizá esa fue la razón, que los ciudadanos barranquinos y surcanos optaran por llegar a la principal playa barranquina ubicada en las orillas de los acantilados de las actuales calles Sucre y Abregu, mediante la Bajada de los Baños, ya que los otros accesos ya habían sido clausurado, al colocar una réplica de la supuesta cruz observada por nativos peruanos.
La antigua ladera de la calle Sucre tenía un similar grado de inclinación al de la Quebrada de Armendáriz, aprovechando los caminantes la oportunidad para acopiar el agua de los chorrillos, frecuentes en la zona hasta finales del siglo XX.
Esa es la principal razón por la que todo el acantilado de esa parte del distrito de Barranco luciera pleno de vegetación, la mayoría hierbas y arbustos sin valor nutricional, pero refrescantes para los momentos intensos calor.
El decidir las autoridades que debía evitarse que los ciudadanos desciendan por la calle Sucre, optaron por mandar construir la Bajada de los Baños, desde la altura del Puente de los Suspiros hasta el borde del cerro. Fueron varias semanas en que se trabajó separando las piedras y la tierra del sendero para lograr uniformizar la ruta
Es obvio que por la ruta de la Bajada de los Baños era demasiado difícil llegar al mar, por los grados de inclinación de la ladera, pero esa es otra historia, por ello se debió construir el sendero con una zona techada para evitar las piedras del acantilado.
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