Mujer vampiro o peperas

A principios de la década de 1970 empecé a descender a las playas barranquinas, desde distintas rutas.

Cuando iba a la playa Barranquito bajaba por la Quebrada de Armendáriz o por el acantilado del Malecón Sousa a la altura de la Alameda Sáenz Peña. 

Si decidía ir a la playa Barranco, descendía por la Bajada de los Baños, ruta muy romántica y sobre todo segura, porque me sentía acompañada por los vecinos de los antiguos predios, la mayoría de los cuales eran muy amigables.

Acostumbraba salir de casa muy temprano en las mañanas de verano, para llegar al mar alrededor de las 9 am.

Fueron varias mañanas de verano que me percaté sobre la presencia de algunos sujetos durmiendo sobre la arena de la playa Barranco, aquella donde quedaban los antiguos Baños de Barranco, muy cerca al puente de madera.

Pero estos hombres estaban vestidos, inclusive con saco y zapatos, lo que significaba que su destino inicial no era la playa.

Ese tipo de escenas era visible en especial los días sábado, al preguntar a algunos vecinos y bañistas si los sujetos eran conocidos del barrio, la respuesta siempre fue negativa, sin embargo, comentaban que era frecuente percibir que después de la medianoche caminaran por el sendero de la Bajada de los Baños, y era común oír voces masculinas y femeninas, suponiendo que eran borrachos que deseaban continuar bebiendo en la playa.

Al igual que ahora, en los alrededores del parque Municipal de Barranco y en el mismo parque es normal ver a ciudadanos bebiendo hasta las primeras horas del día siguiente,  e inclusive algunos quedándose dormidos en las bancas y en los jardines.

Otros se dirigían al Puente de los Suspiros, para sentarse en los muros y escaleras ubicadas cerca de la Ermita, y quizá algunos descender hacia las playas.

Una mañana de verano, mientras estaba en la playa Barranco, la cual tenía una amplia extensión de arena, escuché el sonido de una ambulancia y patrulleros, cuyo personal se acercaba hacia un hombre tendido sobre la arena, colocando una tela sobre él, aunque aún podían verse que tenía puestos sus zapatos, aparentemente el sujeto estaba muerto. 

Al conversar con otros bañistas, descubrí que el asunto no era único, eventualmente se encontraba a  algún muerto entre los durmientes con ropa.

A finales de la década de 1980 la zona de la Bajada de los Baños y alrededores empezó a convertirse en rústicos locales de comida, lo que generó una mayor cantidad de clientes que bebían alcohol, y de sujetos que aparecían durmiendo en las playas los sábados por la mañana.

Los reportes policiales informaban que aquellos caballeros encontrados muertos en la playa de Barranco, habían fallecido aparentemente por un excesivo consumo de alcohol y haber ingresado al mar en estado etílico o por la presencia de las ladronas, conocidas como peperas.

La palabra "pepear" es una jerga peruana que significa neutralizar los movimientos mediante el uso de fármacos de gran impacto, en especial para las personas que han bebido alcohol, aquellos responsables de esos actos son llamadas peperas (porque la mayoría son mujeres).

El motivo de hacerles perder el conocimiento es para robarles, siendo el espacio ideal para combinar las bebidas con los fármacos las cantinas y discotecas.

Dependiendo de la dosis surten los efectos que puede dañar la salud e inclusive matar de forma inmediata.

¿Será ella la mujer vampiro de Barranco?