La Gestión Cultural

Se define cultura a los hechos que promueven un cambio en el sistema de vida, reflejado en una transformación, observada en los alimentos, vestimenta, construcciones, artes, herramientas, etc.

Son los símbolos de ese cambio los que deben perdurar en el tiempo para que formen parte de la historia, mediante las creencias, los valores, así como los actos individuales y sociales que involucran a los artistas.

En todo grupo cultural se manifiestan dos situaciones: las que son transmitidos en su entorno, y aquel que predomina en el medio poblacional donde habita y trasciende a los pueblos. 

Generalmente las actividades culturales son promovidas por instituciones educativas, centros culturales y entidades de gobierno, sin embargo muchos gestores culturales tienen la política de ser simples “rellena espacios”, convocando a personas de su medio o recomendados, ignorando que se necesita una formación integral de los ciudadanos y en especial de los niños y jóvenes.

Olvidan que deben brindar escenarios que les permita progresar en las diferentes disciplinas artísticas, y así dar a conocer habilidades de una manera ordenada y con una adecuada cobertura en medios.

Las administraciones culturales tienen como misión fomentar, educar y crear a un nuevo artista, que las disciplinas artísticas sean desarrolladas con la finalidad de lograr nuevos valores para la ciudad y el mundo, con una formación integral que los identifique con su entorno, su ciudad y en la historia.

Apoyar, publicar y difundir las obras de los ciudadanos, contará inclusive con la activa participación de ellos mismos, que tal vez hasta voluntariamente aporten al fin.

Lo lamentable es que no conozco a personas que administren estos centros culturales, y que dominen al mismo tiempo ambas profesiones, la cultural y la económica, de lo contrario la frase “por amor al arte” no existiría, para que el artista tenga la oportunidad de trascender y poder vivir de su arte, se requiere que se diseñe un esquema para promover el arte con fines lucrativos, para ganar dinero, no simplemente aplausos.

Al revisar cualquier cartelera cultural, se observa repeticiones en las obras, como si no existieran nuevos proyectos a ser difundidos, además es sombrío conocer que la mayoría de esas repeticiones incumplen con sus obligaciones de pagar por los derechos de autor.

Victor Vasarely

Mi experiencia personal

Con mi experiencia en ambos lados de la Gestión Cultural, como Promotora y Artista, alguna vez realicé un análisis de la obligación cívica, social y económica de los promotores culturales subvencionados por entidades públicas y privadas para fomentar la iniciativa y promover a nuevos valores, independientemente de la edad del artista.


Claro es muy difícil asumir esa responsabilidad cuando los puestos directivos han sido asignados "de favor", porque no existe un real compromiso, sólo el conocido rellena espacios, y de preferencia hacia sus amigos, sumado al alter ego de los curadores o miembros de los jurados en los concursos, frustrados por no trascender en su arte, desean que sus pupilos trasciendan en lo que ellos no pudieron hacer.

El aplicar un modelo de desarrollo cultural, ya sea por iniciativa o porque "plagiaron" alguna propuesta o hecho, no significa que sea exitosa, por ello cuando me solicitan alternativas, yo le aplico la variable económica, basado en mi profesión y experiencia.

Debo anotar que existen muchas entidades educativas, que realizan una exitosa Gestión Cultural, pero ideal sería que todos los fondos invertidos en la cultura tengan ese mismo fin.

Como Economista considero que el Arte, cualquiera sea su manifestación, es un negocio, o al menos debería serlo.

Si un ser o empresa instala una galería para exponer arte, lo hace con el deseo personal de promover las obras de los artistas, pero también con la aspiración de ganar.


Esa galería, al igual que el artista, “cobrará” según su prestigio, es decir, si sólo servirá como anfitrión del expositor, si tiene una importante trayectoria como centro cultural, o si tiene una vasta base de datos de potenciales clientes, etc.

Como artista plástica, obviamente yo preferiría que mis obras se expusieran en las principales galerías del mundo, pero mucho dependerá de mi iniciativa (o si deseo contratar a un promotor artístico), de mi base de datos, de la calidad de mis obras y de mi capacidad económica para hacerme conocida y deseada, obviamente como artista, porque en algunos aspectos aparece el ego, en que la persona cree ser más importante que su arte.


Por ello considero que es válido que las galerías y casas de arte cobren por exponer, ya sea por el tiempo de exposición, con una o dos obras del artista, con el prestigio del artista, etc., porque en economía existen distintos métodos de cobranza.

Op Art Rojo 57

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