Un deseo es la combinación de muchas palabras como anhelos, fantasías, ideales, pero también incluye a la ambición, palabra positiva porque está asociada al progreso, pero algunas veces muy cercana a la codicia.
En casi todas las culturas y comunidades es normal que sus ciudadanos deseen algo: físico, monetario, espiritual, sentimental, abstracto y hasta utópico.
La mayoría de veces esos deseos son solicitados en fechas específicas, como los cumpleaños, el cambio de año, la celebración patronal o nacional, ante un nuevo emprendimiento, por la llegada de un hijo, durante una fiesta religiosa, entre otras.
¿Pero qué posibilidades existen que ese deseo se convierta en realidad, cuántas veces hemos efectuado el pedido pero ocurre exactamente lo contrario?
Y es que en el momento de solicitar algo no sabemos realmente quien recibirá el mensaje, ni si quién lo haga realidad nos solicitará algo a cambio, porque quizá no lo merecemos.
Toda mi vida me agradó leer las historias de cuentos de hadas, pero también las de piratas, y la unión de ambos relatos me llevó a pensar que no deberíamos solicitar algo que no podríamos lograr con nuestro esfuerzo y constancia.
Desear un bien mueble o inmueble dependerá de nuestro esfuerzo y trabajo.
Que nuestros hijos sean sanos, decentes y productivos de nuestra dedicación por educarlos.
De obtener dinero por nuestra capacitación para ascender en los trabajos.
Pero otros deseos como “la paz mundial”, o que “aparezca la pareja perfecta” forma parte del Reino de los Deseos.
Porque si uno desea algo difícil de conseguir, al no ser sencillo de lograrlo o de encontrarlo, entonces quizá necesita realizar un pacto con un ser que nos ayude a obtenerlo, lo cual siempre tendrá un precio.
Valor que muchas veces no es monetario, y que forma parte de las historias de los cuentos de hadas, y también de las historias de terror, como por ejemplo cuando se evoca a Rumpelstinkim.
¿Valdrá el esfuerzo endeudarse con no sabemos qué, por conseguir algo?
Muchas veces en esos tratos no se especifica que se entregará a cambio.
Las cárceles están repletas de sujetos que pugnan años de condena por haber solicitado y obtenido un deseo, que quizás no merecían.
Y cuantos humanos vivirán entre cárceles propias, convertidas en infierno en el planeta Tierra por la misma razón, estando comprometidos con algún deseo, que podria ser pagado por algún miembro de nuestra familia, generalmente el primogénito.
Historias sobre los cobros de los deseos concedidos y no merecidos son constantes, entre las publicaciones de fantasía y los reales.
Imágenes de "Once Upon a time" pertenecen a ABC Studios
Fotografías Derechos Reservados
No hay comentarios:
Publicar un comentario