Justo los hombres que pregonan que son felices en sus matrimonios, son o han sido infieles, representando una parodia de amor ante su entorno, inclusive hijos y familia.
Pero para poner en escena esa caricatura, el infiel siempre necesita de un alcahuete, aquel que lo acompaña en las citas clandestinas, y lo ayuda a disfrazar su actuar.
Obviamente a ningún celestino se le puede considerar una persona honorable, pues es doblemente traicionero, al atosigar, hostigar y hasta condenar a la “otra” cuando ella desea re hacer su vida con otro hombre, cansada de las falsas promesas del infiel: “que se divorciará”, “que lo espere” “que ya lo solucionará”, etc., sino también actuando como un cínico ante la esposa, porque conoce que su marido se burla de ella y la engaña, pero se hace el tonto porque probablemente ello le ofrece muchos beneficios.
Esa contante, me llevó a escribir un poema al alcahuete, a aquel que hace de todo por complacer al infiel, a pesar que dice ser amigo de la esposa, con la que comparte su vida social, inclusive frecuenta su hogar pero igual la traiciona, por ayudar en las citas clandestinas, olvidando el respeto hacia la familia del amigo, a quién lo encubre y le permite de todo, cuyo comportamiento no es la de una persona que dice ser “Decente”.
"Decente "
Poema de Fátima Rodríguez Serra
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