Fátima Rodríguez Serra: abril 2025

miércoles, 30 de abril de 2025

Disneyworld Epcot Estados Unidos

Pabellón de Estados Unidos de América en Epcot

Disneyworld

El pabellón es un edificio clásico de las ciudades Norteamericanas.

Una construcción de dos niveles, con las clásicas columnas, similares a las observadas en la capital de este importante país.

Siendo la principal atracción el espectáculo “American Adventure”, combinada con personajes y filmaciones que resumen su historia.

Previamente ingresará a un gran salón adornado con fotografías, pinturas, grabados y esculturas que lo relatarán de una manera amena.

El espectáculo es presentado en una amplia sala de teatro, siendo narrado por figuras animatrónicas ubicadas en diferentes escenografías, y representando a distintos personajes que vivieron en diferentes fechas.

La combinación de fotografías, películas y los animatronic hace que el espectáculo sea muy valorado, es especial porque relata los más importantes acontecimientos de su historia.

Hacia un lado del edificio principal se encuentra un restaurante de servicio rápido, que ofrecen los clásicos platos de merienda, con la posibilidad de escoger ubicaciones en mesas tanto dentro como fuera del local.

Una extensa área para comer o descansar al aire libre.

Junto a una acogedora pileta de agua, representativa de sus costumbres.

Y unos metros más hacia el lago, se encuentra un anfiteatro donde se presentan diversas actividades, desde musicales, exposiciones de plantas, entre otros eventos.

Hacia el otro lado del edificio, se instaló una tienda de regalos con características propias de los productos de USA.

Este pabellón se ubica justo en el centro de la zona de los países.

Por ello tiene una espectacular vista al lago así como a todo el complejo.

Esa preferencia debe haber sido idea de Walt Disney, al darle el espacio principal a su patria.

martes, 22 de abril de 2025

Calle Pardo en Barranco

En el distrito de Barranco existen cuadras de una sola cuadra, quizá por las características de ser uno de los distritos más pequeños de la ciudad de Lima, la adecuación de sus senderos sean también limitados.

La historia de Barranco incluye la formación de sus calles, y las calles nominadas Morelli Colon, Benito Bregante, Merino y Pardo están unidas por las circunstancias.

La instalación de un inmenso templo, algo escondido entre los terrenos barraquinos de finales del siglo XIX motivaron la adecuación de diversos senderos, quizá nunca planificados.

En los registros municipales figura que uno de ellos, la actual calle Merino era un terreno privado, que debió ser adecuado para que sea un sendero libre para el paso de los ciudadanos, tanto caminando como en las carretas de aquella época.

Al construir el Templo San Francisco de Solano, casi al centro de dos de las principales vías del distrito de Barranco, nominadas actualmente avenida Grau y avenida Bolognesi, parecía una forma de centralizar la asistencia de los pobladores a dicho recinto.

Es curioso, cómo a pesar de las décadas, el lugar, la actual Plazuela San Francisco, continúa siendo un lugar extremadamente solitario, por donde sólo caminan sus residentes.

Eventualmente tiene asistencia cuando se realiza alguna ceremonia en el templo que lo reemplazó, la Iglesia San Francisco de Asís, sin embargo, el tumulto dura sólo lo que necesitan los anfitriones, porque en cuestión de segundos, el lugar vuelve a ser muy solitario.

Es de recordar que hacia finales del siglo XIX, en la zona no existían servicios de agua ni faroles de iluminación, para el abastecimiento del agua era necesario los profundos pozos de más de 20 metros por debajo del nivel del piso, y en muchos casos instalar los románticos Molinos de Viento para su extracción.

Cuando el templo San Francisco de Solano estuvo concluido, hacia finales de la década de 1880, los administradores notaron que la afluencia de visitantes era muy poca, por ello solicitaron a la Municipalidad de Barranco habilite nuevas rutas de acceso.

Por esos años la zona poblada de Barranco estaba dividida entre los instalados cerca de la ruta del ferrocarril sobre la avenida Bolognesi,

y hacia la calle Unión, las primeras cuadras de la avenida Grau y las calles Ayacucho y Sucre.

Llegar al templo desde la avenida Bolognesi era sencillo desde las calles Santa Rosa y Cajamarca, pero desde el otro extremo de la ciudad requería caminar por solitarias y no pavimentadas calles, por ello en diciembre de 1894 el pedido fue formal, solicitando que la comuna habilitara un sendero desde la calle Colón hacia la calle De la Unión.

Ese fue el motivo de la creación de la nueva calle Bregante, con salida a la calle De la Unión.

Por las características de los predios existentes, al parecer casi toda esa zona eran jardines de las residencias ubicadas alrededor o terrenos sin construir, porque existen pocos predios que den testimonio de la existencia de importantes residencias, las ubicadas cerca de la calle De la Unión, sobre predios rústicos.

Ese sendero fue nominado Bregante, en homenaje a don Benito Bregante, segundo alcalde del distrito de Barranco, entre los años 1879 y 1880.

Lo curioso con esta calle es que tiene una vía que comunica con la avenida Bolognesi, la antigua calle Pardo.

Por la presencia de predios construidos a finales del siglo XIX y principios del XX; se nota que en esa calle si existió un movimiento peatonal y vehicular independiente de la creación del templo San Francisco de Solano, cambiado hacia la década de 1930 por la iglesia San Francisco de Asis.

Una importante construcción de dos niveles permanece, en pésimo estado de conservación sobre la esquina de la calle De la Unión.

Mientras que un hermoso predio con buena apariencia es visible en la esquina con la avenida Bolognesi.

En el medio existe una muy antigua vivienda de un nivel, cuyas rejas y muros sobreviven al tiempo.

En esta calle se habilitó una puerta de emergencia para el servicio de ambulancia de los bomberos, y desde la cual también es posible ver la antigua torre de vigilancia.

Es una de las inolvidables calles barranquinas.

viernes, 4 de abril de 2025

Estadio Bonilla en Miraflores

La zona donde actualmente se ubica el Complejo deportivo Manuel Bonilla formaba parte de los canales pre hispánicos.

Desde la década de 1920, a raíz de la habilitación del Cuartel San Martin y de la av. Del Ejército, el lugar se convirtió en un espacio para la equitación tanto de los militares como de los particulares.

En el mismo espacio se habilitó una zona para practicar el deporte del fútbol, acondicionando una cancha para practicarlo, inicialmente destinado para el personal militar, pero frecuentado por algunos vecinos miraflorinos de la zona.

También se construyó una pequeña capilla para la ceremonia de la misa de los días domingos para los miembros del ejército que desearan participar.

Hasta la década de 1960 toda esa zona era un terreno fangoso, por donde transitaba un cauce del río Huatica, a la altura de la calle Jorge Polar.

Desde mediados del siglo XX, los vecinos miraflorinos deseaban tener áreas de esparcimiento, por ello alrededor de la década de 1960 decidieron solicitar un permiso para acceder de manera formal a la cancha de fulbito habilitada por el personal militar, acondicionándolo hacia principios de la década de 1940 en una cancha de futbol oficial con las medidas reglamentarias para poder practicar el deporte,

considerando que por ese tiempo Miraflores ya tenía una liga deportiva, con equipos formados por los vecinos de los diferentes barrios miraflorinos.

Desde esos momentos, fueron muchos los equipos que participaron en las competencias deportivas, las cuales se iniciaban muy temprano, debido a que no existía iluminación artificial.

Es de anotar que la cancha de balompié se ubicaba junto a la pared del Malecón de la Marina, y posiblemente en una posición, para que los efectos de los rayos del sol no perjudiquen a los jugadores.

Durante todo ese tiempo la cancha era sólo de tierra, aparentemente, nadie, ni los miembros del equipo, ni los militares, ni la comuna le daba algún tipo de mantenimiento, siendo un terreno sin césped.

Hacia la década de 1980, la liga de futbol y la zona deportiva miraflorina de segunda división empezó a ser administrada por el IPD, entidad que construyó un cerco y un portón.

Por ese mismo tiempo el terreno, que era de propiedad estatal, fue revertido para el deporte gracias a una Ley Congresal, siendo administrado por la Liga Miraflorina.

Hacia el año 1988, el alcalde de dicho año, decidió habilitar otras zonas deportivas para el balneario, construyendo algunas canchas de uso múltiple en el malecón Cisneros, muy cerca al actual parque Raimondi, y otra cerca al parque del Faro, en áreas actualmente ocupadas por el Centro Promotor de Tenis.

Es de recordar que durante la gestión de Lima Metropolitana del periodo 1990-1993, se construyeron múltiples lozas deportivas en toda la ciudad, que incluyeron 7 lozas para practicar fulbito sobre la playa Los Delfines de Miraflores, incluyendo servicios higiénicos y abastecimiento de agua.

Actualmente tres de esas canchas no están disponibles, por la construcción del tercer (quinto y sexto) carril automotriz del Circuito de Playas, por la construcción de un Puente Peatonal, y por usar una de esas canchas como área de desmonte por parte de la Municipalidad de Miraflores.

A principios de la década de 1990, el alcalde miraflorino realizó un convenio con el Instituto Peruano del Deporte para construir un complejo que pudiera durar entre 20 y 40 años, y el cual debería incluir una piscina olímpica.

La construcción duró dos años, siendo un complejo deportivo multidisciplinado, con una tribuna para cinco mil personas, con vista a la cancha de fútbol y la pista atlética.

Siendo inaugurada el 28 de octubre de 1995, incluyendo los espacios para el atletismo, un gimnasio, así como servicios higiénicos y áreas administrativas.

Pero hasta finales del siglo XX las instalaciones no tenían mucha demanda por parte de los vecinos miraflorinos que no estuvieran interesados en el fútbol, debido a la soledad del lugar, los fuertes vientos, porque la pelota solía perderse en el horizonte, la posición del campo con relación al sol,

además todo el área utilizada para la cancha de futbol se encontraba sobre parte de lo que había sido una quebrada y una zona donde se vertía los desechos de las plantas, por lo tanto no era uniforme, hasta la actualidad se hunde, lo cual provoca que los deportistas se resbalen o caigan.

En el año 2001 la Controlaría observó que el coliseo estaba rajado, debido a que había sido construido sobre un terreno inestable, debiendo cambiarse el techo.

En el 2002 el complejo debió ser cerrado porque tuvo problemas de infraestructura, por lo que fue necesario la estabilización con el material necesario para su seguridad, con la instalación de diques que soportaran el peso.

El Complejo deportivo Manuel Bonilla ha sido sede de muchas actividades extradeportivas, porque además de los campeonatos de futbol y vóley, se han realizado todo tipo de agasajos organizados por la comuna, así como festivales de comida, productos típicos, así como conciertos (Luis Miguel noviembre 1996 y Stepenwolf en 1998).

A inicios de la gestión municipal del periodo 2007 - 2010, el alcalde aseguró que Miraflores necesitaba tener un Teatro frente al Mar, para ello, comprometió los terrenos de la ladera, antes utilizados como centro de recolección de los residuos de las áreas verdes del balneario.

Sin embargo, en el año 2009 el terreno fue entregado a terceros para la construcción y funcionamiento de un Museo ajeno a las actividades miraflorinas, el cual casi no tiene estacionamiento vehicular, poca asistencia de público, debido a lo difícil que es llegar, al estar escondido, y por lo solitario que continua siendo esa zona miraflorina.

En el mismo periodo municipal, la comuna no podía facilitar las áreas libres del parque Central para las actividades relacionadas con la Feria del Libro, proponiendo las instalaciones del complejo Bonilla, sin embargo, los organizadores de la feria del libro desistieron con la oferta, porque según ellos el lugar era demasiado solitario, que no caminaba nadie y que el fuerte viento podía provocar perjuicios en las instalaciones de la feria.

En el año 2022 la comuna informó que se realizarían modificaciones tanto en la cancha de fútbol como en el coliseo, y que sería como forma de “pago por impuestos”, sin embargo, los montos comprometidos serían los arbitrios,

los cuales no corresponden a impuestos, sino pago por los servicios prestados por conceptos de limpieza pública, parques y jardines y serenazgo.

El que se comprometieran dichos fondos para la construcción o rehabilitación del Complejo Bonilla, implicaría que quién estuviera asumiendo esos costos sería directamente la comuna, debido a que tendría que realizar los pagos de arbitrios de la empresa que supuestamente realizaría el trabajo.

A principios de la nueva gestión municipal, del periodo 2023 – 2026 fue paralizada la obra, porque existirían detalles poco explicados, además que en el proyecto se había ignorado la pista atlética.