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La Biblioteca de Barranco es un espacio emblemático para nuestro querido balneario, por el origen de su concepción, la necesidad de ofrecer material de lectura para los niños y jóvenes de la comunidad.
A finales del siglo XIX el incrementó la población escolar en el balneario, quienes requerían la existencia de una biblioteca pública. Los colegios existentes, sólo eran de educación primaria pero tenían pocos libros, y algunos en idiomas distintos al castellano. Eran tiempos en que los alumnos sólo tenían cuadernos para apuntar las notas del profesor.
En el año 1895 se crearon los colegios públicos para Varones # 442 ubicado en la calle Salaverry con alrededor de 450 alumnos, y el colegio para Mujeres # 445 sobre la calle Lima, cerca de la plaza Raimondi, con 250 alumnas en promedio anual.
Las gestiones ediles se realizaban en un predio de la calle 28 de Julio, por ello en el año 1898 se decidió construir un local municipal, proponiendo un plano donde se consignaron los espacios para la nueva comuna.
El lugar escogido seria cercano a la ruta del ferrocarril, el mercado, y la Ermita, preferentemente cerca de un parque.
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Sobre 400m² se empezó a edificar la nueva comuna adaptando ventilaciones naturales mediante los tragaluces y algunas ventanas. A diferencia de las construcciones laterales que tenía pasadizos comunes para lograr una iluminación natural en las zonas colindantes.
Por esos años la Municipalidad no tenía un libro o cuaderno de registros de nacimientos, matrimonio u ordenanzas, esos actos se consignaban en papeles sueltos que eran llevados a la municipalidad de Chorrillos, para registrar la ceremonia y/o mandato.
El proceso de construcción del local municipal se prolongó hasta finales de la primera década del siglo XX, proyectando modificar la zona central del edificio por una torre y un reloj central.
En 1915 se decidió que el nuevo local municipal tuviera un espacio para la biblioteca pública.
En ese tiempo nuevas instituciones educativas estaban instalando locales en Barranco, los colegios San José de Cluny en la calle San Antonio con 180 alumnos, San Luis sobre la calle ermita con 100 alumnos, la escuela Virgen de las Mercedes en la av. Bolognesi con 40 alumnos, y la Escuela Fiscal 1334 también en la av. Bolognesi con 60 alumnos aproximadamente.
Con ese propósito las autoridades y algunos vecinos empezaron a recolectar libros, revistas, y diversas publicaciones nacionales y extranjeras, así como libros de cuentos, novelas y poemarios.
La población escolar de las escuelas públicas estaba formada por niños y jóvenes hijos de pescadores, campesinos y comerciantes, los cuales no tenían una asistencia constante a las clases, por ello para incentivar su presencia se realizaban diversas competencias donde se les regalan juegos, medallas, y algunos libros de cuentos.
En 1920 la comuna decidió organizar grupo de trabajo para la creación de bibliotecas populares.
La Sociedad de Artesanos de San José de Barranco habilitó un espacio en su local institucional para instalar una biblioteca, poniendo a disposición del público 168 libros de distintos temas, con un promedio de asistencia mensual de 100 lectores.
La misma iniciativa tuvo la comunidad del templo San Francisco Solano quienes habilitaron un espacio para una biblioteca pública con el nombre de "Buena Lectura", ofreciendo en su mayoría libros religiosos así como las obras de los misiones en el mundo, con más de 1,700 títulos, con un promedio de asistencia mensual de 675 lectores.
Por ese mismo tiempo ya estaba funcionando el colegio San José de Cluny, siendo sus alumnos los que asistían a este local, colegio que en aquellos años tenía una educación mixta. La biblioteca del templo sólo atendía los días domingo, antes de la misa de medio día, prestando los libros con el compromiso de devolverlos el domingo siguiente.
Ante la demanda por bibliotecas públicas, por sesión de consejo del 19 de noviembre de 1921 se designó el lado lateral izquierdo del nuevo local municipal como espacio para la biblioteca, en el mismo espacio donde funciona actualmente.
El 1 de noviembre de 1922 fue inaugurada la Biblioteca Municipal de Barranco con más de 1,100 libros, predominando obras de Legislación, Historia, Administración, y normas y documentos municipales.

Se colocaron tres estantes
#1: Estadísticas, ordenanzas, Ley de Bancos, Debates de la Cámara de Diputados, Diarios, Reportes de obras Publicas
#2: Geografía, Aritmética, Historia del Perú y Universal, la colección de “El Barranquino", Religión, Filosofía, Educación Moral y Cívica, Poemarios y libros en inglés.
#3 Reglamentos varios, diccionarios, debates del congreso, Los Consejos Barranquinos, libros en francés, y otros documentos municipales.
Con la finalidad de proyectar la expansión del local municipal se presentó un nuevo diseño arquitectónico para construir un segundo nivel sobre el local, para habilitar las oficinas de archivo, salón de sesiones, entre otras áreas.
En 1921 también se proyecta establecer una escuela nocturna para un grupo estimado de 2,000 personas, entre los que se incluye a los dedicados a la pesca y agricultura. En el año 1923 se inscribieron más de 600 adultos, la mayoría varones.
En octubre de 1923 la comuna decide realizar una actividad para recolector libros dirigidos al grupo estudiantil de menores, realizando la fiesta del libro, logrando 245 ejemplares para la escuela de Mujer de mujeres y 154 para la de varones
Con el transcurrir de los meses, los vecinos del balneario y de la capital empezaron a donar publicaciones diversas, reuniendo más de 300 libros de literatura, física, arte, historia, cuentos, novelas y algunos diccionarios.
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Habiendo la municipalidad adquirido diversas publicaciones como "Motivos de la Guerra con Chile” de José Manuel Valega, 1917, Chile; y “Guerra entre Perú y Chile”, de Clement Robert Markhan, publicado en idioma ingles en 1922, traducido por Manuel Beltroy. Evoco ambos títulos porque años después me sirvieron como fuente de información para un trabajo escolar
Por esos años, la zona de la actual Plaza Municipal solo tenía seis postes de madera, encendidos en horario restringido, y según fuentes diversas las luminarias se apagaban a las 10 pm.
Hasta la década de 1940, el alumbrado eléctrico no era uniforme en todo el distrito, aun existían calles alumbradas a gas y otras que carecían de postes, por ello la atención de la biblioteca era sólo hasta las 5 pm., porque la presencia de menores era mínima después de esa hora.

En 1958 debido a las refacciones de las instalaciones del local municipal, lo libros y el mobiliario se trasladaron hacia unos ambientes del segundo piso del estado “Gálvez Chipoco”, el cual era más amplio y tenía una mejor iluminación, atendiendo hasta las 8 pm.
En 1966 la Biblioteca regresa a las instalaciones de la Plaza, ocupando dos áreas para las salas de lectura y un espacio para los ficheros, asignando las otras habitaciones a actividades relacionadas con la cultura. En ese año ya estaba construido y ocupado el nuevo local municipal sobre la av. Prolongación San Martin, las calles Zepita y Ayacucho
El 14 de octubre de 1966 se nombra al local de la biblioteca con el nombre de Manuel Beingolea.
En 1971, mientras estudiaba en el colegio SJC se celebraría el sesquicentenario de la independencia nacional así como los 90 años del 14 de enero de 1881 como efecto de los eventos de la Guerra del Pacifico, debiendo presentar una monografía de cualquiera de los dos momentos de nuestra historia.
Yo recordaba que en la década de 1960 solíamos visitar a una hermana de mi abuelo materno, quien residía desde antes del año 1881 en un predio en la segunda cuadra de la av. De Osma. Ella siempre evocaba los momentos en que “entrego” sus alhajas durante las recolecciones de los objetos de valor para adquirir las armas para el ejército peruano, pero necesitaba más información para mi monografía.
La Biblioteca del colegio San José de Cluny tenía cientos de interesantes publicaciones, pero muy pocas, o quizá estaban prestadas, sobre los eventos de 1881, por ello decidí visitar la biblioteca de la municipalidad donde encontré varias publicaciones que narraban los sucesos, antes, durante y después de aquel 14 de enero.
Fue en ese momento que descubrí lo hermosa de nuestra plaza y lo interesante de la biblioteca, porque podía sentarme al lado de la ventana, que siempre estaba abierta y la vez que leía o escribía podía disfrutar del canto de las aves y de los aromas de las áreas verdes.
El 28 de diciembre de 1972 la biblioteca municipal de barranco fue nombrado monumento histórico.
Durante muchos años no tuve necesidad de regresar a la biblioteca barranquina, aunque eventualmente asistía a las actividades realizadas en el salón central, como bodas, presentaciones de libros, charlas diversas, hasta principios del siglo XXI en que volvi a visitarla algunas veces como parte del auditorio, en otras para declamar mis poemas o para presentar una singular exposición de dibujos de varias hermosas residencias barranquinas.
En el año 2012 decidí empezar a escribir la historia de nuestro hermoso balneario, gracias a mi memoria y a las fotografías tenía información, sin embargo necesitaba fechas, eventos, momentos y todos aquellos sucesos que hacen el espacio inolvidable, regresando a la biblioteca barranquina.
El personal me facilitó muchos libros, revistas, algunos documentos que reseñan la historia del distrito, varios escritos del siglo XIX, y otras publicaciones recientes, descubriendo en muchos casos que se repiten los eventos que no tiene lógica, que alguien los escribió hace doscientos años y que son considerados verdaderos.
Fueron varios días que empezaba mi visita muy temprano, tomando apuntes con lapicero sobre un papel, anotando la información relevante, aunque estoy segura que me faltan leer varias publicaciones nuevas que en su momento quizá estaban prestadas.
Me sentaba en cualquiera de las meses, rodeada en su mayoría de jóvenes estudiantes, quieren quizá como yo, desean conocer la verdadera historia de nuestro querido balneario.

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