Durante décadas esas playas eran desconocidas por los limeños, pero por sus valiosos recursos marinos, era frecuentada por los pescadores de la zona, que bordeaban a pie, toda la ladera del Morro Solar, del distrito de Chorrillos, para llegar a su destino.
Toda esa zona es conocida hasta la fecha como el "serpentín" de la Herradura, por la forma de serpiente del sendero.
Trabajadores en el arco del túnel de la Herradura
Cuando las voces sobre lo productiva y hermosa que era esa playa se esparció en la ciudad, la afluencia fue cada vez mayor, pero para llegar a ella era necesario superar una serie de obstáculos, como subir o bordear el Morro Solar, o caminar por el borde del acantilado, zona muy concurrida por los pescadores.
Un antiguo mapa de la zona
Fue por ese motivo que a principios del siglo XX, se decidió que una manera más rápida de llegar a la Herradura era construyendo un túnel, por ello la Compañía Nacional de
Tranvía Eléctrico, fue la empresa encargada del proyecto.
Revisando antiguos mapas y reportes, la zona mas corta para acceder hacia el otro lado del cerro, ya tenía un sendero, debido a que los pescadores transitaban por él, habiéndose formado una ruta entre las piedras y la arena, que permitía obtener la ruta ideal por donde proyectar el túnel.
Para construirlo, se dinamitó una parte del cerro, a la altura de la avenida Cipriano Rivas, vía transversal de la avenida Mariscal Castilla, siendo 208 metros de largo y aproximadamente 6 metros de ancho, con una altura mayor a los cinco metros, llegando hacia lo que sería bautizado como el
Malecón de la Herradura.
Al parecer se decidió hacerlo en dicha calle, porque la anchura del cerro (Morro Solar) que separaba la zona, y considerando que se encontraba en declive, el proyecto sería menos laborioso.
Fue así, que, a principios del año 1908, el túnel estaba concluido, habilitando la circulación del tranvía, en un horario que se iniciaba a las 8 am hasta las 6.30 pm.
Ruta por la que también transitaban los vehículos automotores, debido a que aún no existía el sendero por el acantilado, así como muchos de los pescadores.
Para el paradero final del tranvía, se construyó un terraplén, unos años después (dicho lugar fue utilizado por un puesto de la Guardia Civil).
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Como sólo existía un sendero de rieles, cuando todos los pasajeros descendían del tranvía, el maquinista debía modificar el sistema de llaves, para que éste regrese a la ciudad de
Chorrillos, cambiando la posición de los asientos.
Cabe informar que el Ministerio de Fomento del Perú publicó en el año 1907, que la empresa que estaba construyendo el área para el estacionamiento del futuro Tranvía Eléctrico debía considerar que el límite desde la orilla del mar y la zona proyectada en la ensenada debería tener una distancia de separación de al menos 30 metros desde la playa, para poder habilitar senderos para el tránsito vehicular.
Siendo también obligatorio construir un malecón de 20 metros de ancho, además que en la playa estaba prohibida toda construcción.
Pero en el año 1912, la ruta del tranvía hacia la Herradura fue cancelada, porque el trayecto era poco rentable para la empresa, debido a que la demanda sólo era durante la época veraniega, disminuyendo el público que asistía a las playas durante todo el año, perjudicando los negocios que atendían de manera permanente.
Por ello, la Herradura se convirtió en una playa elitista, porque sólo podían llegar aquellos que tuvieran disposición de movilidad propia, a diferencia de las
Playas de Chorrillos, a las cuales era muy sencillo acceder.
Sin embargo, al haber habilitado un sendero más corto que el famoso "serpentín", era masiva la visita de los vecinos chorrillanos y de otros distritos, para disfrutar de tan singular paisaje, así como de sus playas.
Desde mediados del siglo XX, la playa de la Herradura, y sus locales comerciales tuvieron una constante visita durante todos los meses de año, llegando al lugar en vehículos particulares, y en otros casos mediante el transporte público que brindaban el servicio de taxi, a veces hasta la medianoche, en especial durante los meses de verano.
En el año 1983, tuve la osadía de transitar por el túnel de la Herradura varias veces durante el atardecer y una vez por la noche.
En el lapso del ocaso, las luces del cielo brindaban ciertos reflejos que permitían iluminar el camino, siempre muy cerca a las irregulares paredes de piedra, teniendo cuidado de no pisar algunos de los seres vivos que residen por la zona.
Sin embargo, caminar durante la noche dentro del solitario túnel fue una experiencia singular, porque a pesar de cruzarme con alguien que retornaba de las playas, o con algunos trabajadores de los locales comerciales, casi todo el momento lo caminé sola, acompañada con una linterna que nunca encendí, porque las luces de los vehículos automotores de cuando en cuando iluminaban el sendero.
En el año 1984 se amplía el túnel de la Herradura a dos carriles vehiculares, con el deseo que también sea de ida y vuelta, incluyendo veredas a ambos lados y un sistema de iluminación, que hacía que estuviera visible todo el trayecto durante las 24 horas.
Sendero a la playa la Herradura
Baños de Chorrillos
Panorámicas de la ciudad de Chorrillos
Colegio Chalet XX
Colegio Chalet XXI
Fotografías obtenidas de archivos propios y de terceros.
Boletín de New York, Tranvías en el Perú por Allen Morrison
Algunas fotografías han sido retocadas.