En nuestra patria existe una actitud preferente hacia la agricultura, tanto por razones históricas como por ser herederos de una cultura que aprendió a domesticar muchas variedades de plantas como la papa, el maíz, el algodón, la lúcuma, el olluco, y el tomate entre otros.
Los peruanos prehispánicos tuvieron la inteligencia para adecuar los terrenos a las necesidades de sus habitantes como acueductos, tomas de agua, canales subterráneos, andenerías, centros de experimentación y otras obras de ingeniería
Los actuales pobladores peruanos lo seguimos siendo, millones de pobladores habilitamos en alguna parte de nuestras viviendas algún lugar para sembrar algún bien comestible o en todo caso para proveernos oxígeno.
Es el estado el que parece que le conviene que nuestra patria sea un país minero. Eso ocurre porque en la economía hay dos sectores, los que se enriquecen con la minería y a los que destruye la minería.
La minería no requiere mucha mano de obra, abismalmente distinta a la agricultura que enriquece a los peruanos sin necesidad que el Estado intermedie en la operación; quizá la agricultura no pague muchos tributos al Estado pero sí salarios a mucha gente.
El agricultor tiene como misión producir, como dueño de la tierra debe decidir qué, cuando y cuanto sembrar, dependiendo del clima y el agua. Por ello antes había en nuestra patria un Código de Aguas que contemplaba la situación hídrica de la costa, determinando las horas de riego según el agua disponible, sea de un río o canal, el cual dependía de la cosecha de la ruta así como de la estación.
Historia de la agricultura en el Perú
Se estima que la domesticación de plantas se inició en el 7,000 a.C., a base de la observación de la actitud de los animales con relación a su alimentación. Hasta esos años su alimento había sido la caza y los vegetales de fácil acceso, hasta descubrir que dichos recursos tenían un proceso de crecimiento dependiendo del clima y el terreno.
Optaron por sembrar cerca de los ríos, para aprovechar la humedad del suelo, fabricando canales y acueductos, desarrollando estrategias para evitar las plagas, las sequías y cualquier otro inconveniente que destruyera su cosecha, como permitir aquellas que deberían separarse para no contagiar o malograr el resto, aprovechando el tiempo del crecimiento para realizar otras labores como la pesca, el tejido o idear instrumental para realizar una mejor actividad agrícola, la mayoría de madera, otras en piedra y algunas de metal.
Las primeras plantas domesticadas por los peruanos fueron la coca, el ají, el pallar, el tomate, la quinua, el zapallo y el camote, así como algunas frutas como la lúcuma y la chirimoya. Pero lo más interesante fue domesticar la papa y otros tubérculos como la mashua, el olluco, yuca, quinua, kañihua, kiwicha y la oca, y así como el maíz.
Con el tiempo empezaron a utilizar fertilizantes orgánicos o del guano, y mejorar la conservación de los alimentos por un tiempo.
La necesidad de aprovechar los recursos como la tierra y el agua, motivaron a adecuar sus cultivos sobre los cerros, habilitando los andenes, empleando casi siempre su energía para la labor.
La tecnología de la conservación de alimentos también fue parte de los recursos alimenticios de nuestros antepasados, desarrollando los métodos de conservación como la deshidratación, tostado, cocido y reducción a harinas; y obtención de líquidos estables (en vinagres y chicha).
También consumieron productos del mar, peces, mariscos e inclusive las algas, secándolo al sol luego de salarlo o enterrándolo en la arena. Así como las carnes de llama, salándolas para su conservación, conocida como charqui
En el caso de los metales, en especial el oro, era considerado un símbolo, señal de poderío. No existe mucha información acerca de su uso para fines comerciales.
Actualmente la agricultura emplea alrededor del 26% de la PEA Nacional y al 65.5% de la PEA del área rural.
Fotografías obtenidas de la web.