Op Art Azul 05

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Op Art Verde 69

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lunes, 30 de diciembre de 2024

Op Art Verde 02



 Op Art Verde 02


En la obra de Arte Optico 02, se trazaron doce rectas en cuatro conjuntos distintos con diferentes espacios entre sí, iluminándolo con tonos distantes para que se observen la posible figura geométrica redonda.

Iluminada en acrílico sobre nordex, con pinceles números 0 y 2.

Dimensiones 60 x 75 centímetros.

domingo, 22 de diciembre de 2024

Molinos de Viento en Barranco siglo XIX


La necesidad de proveerse de agua para las actividades diarias y la importante cantidad de este líquido en la zona motiva que los pobladores opten por realizar labores de recolección por todas las alternativas necesarias.


Desde antes de la llegada de los extranjeros al pueblo de Barranco, sus pobladores aprovecharon los cauces naturales para canalizarlos y lograr áreas de provecho para ellos mismos y la comunidad.


Por esos tiempos, en el pueblo de Surco eran visibles numerosos campos de cultivos, pero a diferencia de Barranco, sus habitantes preferían recolectar las aguas desde los acantilados debido a su cercanía y facilidad para llegar al mar, o de construir pozos.

 

Construir un pozo de agua implica realizar profundas excavaciones, apuntalando los muros para evitar desmoronamientos, y continuar la misma labor hasta lograr encontrar el agua. Además de proveerse de baldes, poleas y fuertes sogas para el proceso de extracción.


Los trabajos de excavación muchas veces superan los veinte metros de profundidad, debido a que sólo por algunos sectores son visibles las corrientes y en otros espacios no se ven.


La población del balneario comenzó a aumentar hacia finales del siglo XVIII, por ello los nuevos residentes mantuvieron la costumbre de construir profundos pozos de agua, o de valerse de los animales de carga para acopiar una mayor cantidad de agua, debido a la creciente demanda.


Desde mediados del siglo XIX, la construcción de hermosas residencias con amplias áreas verdes externas como internas, motivó que fuera necesaria mucha más agua, a pesar que casi todos esos predios sólo eran ocupados durante los meses de verano


Fue así que, desde finales del siglo XIX, los residentes pudientes decidieron construir molinos de viento, además de la habilitación de tanques elevados para su reserva. 


Los molinos de viento empezaron a instalarse en el balneario hacia la década de 1870, en los predios cercanos a la calle De la Unión, principalmente por ser ese sendero la ruta de un antiguo cauce.


Los desmanes ocurridos el 14 de enero de 1881 provocaron problemas en la ciudad, sin embargo, pareciera que, debido a la estructura con la que fueron fabricados, optaron por no perjudicar  a los molinos.


El abastecimiento de agua publica, mediante el servicio de una empresa privada se inició a principios del siglo XX, en un lento proceso, debido a que la mayoría de calles de la ciudad estaban empedradas, y ello dificultaba la instalación de cañerías.


La necesidad de agua por pate de la población de escasos recursos económicos, motivó que la empresa proveedora del agua instalara un grifo público en la intersección de la av. Pedro de Osma con la calle 28 de Julio.

 

La instalación del servicio dr agua y desagüe de los predios alrededor de la plaza municipal de Barranco fue bienvenida por los habitantes cercanos, sin embargo, los ciudadanos residentes en las avenidas Bolognesi, Grau, y la Alameda Sáenz Peña, sobre todo los de mayor poder adquisitivo, continuaron instalando o utilizando sus molinos de viento para proveerse del agua.


Gracias a las fotografías y a la información de primera fuente, identifiqué al menos veinte molinos, sin embargo por recuerdos de los antiguos vecinos, la arquitectura de los predios, la extensión de sus áreas verdes, y la lejanía con la instalación del servicio, es que incluyo varios otros molinos construidos y o instalados después de la década de 1910.

  
 




Es posible que después de la década de 1930 ya no se construyeran molinos en el distrito, y que el terremoto de 1940 decidiera la demolición de los existentes, debido a que cada vez era masiva la instalación de la red de agua y desagüe.

  

Es de destacar, que hasta la década de 1980 existían algunos sectores en el distrito que carecían del servicio, tanto en la zona de los acantilados, como en los límites con el distrito de Surco, habiendo sido instalados progresivamente.


Detallaré según el área de ubicación los Molinos de Vientos instalados en el balneario, consignando si el lugar está respaldado por una fotografía o un escrito, o por un comentario.








  
Molino en la Laguna de Barranco

Molinos de Viento







miércoles, 4 de diciembre de 2024

Baños de Miraflores siglos XIX y XX


Escribir sobre las playas miraflorinas es evocar los momentos desde antes del siglo XV, cuando los antiguos nativos miraflorinos utilizaban las antiguas rutas del río para llegar a las orillas y proveerse de los productos del mar.

Gracias a esos ciudadanos se formaron múltiples senderos seguros en los acantilados para acceder a las orillas del mar.


Acudir a las orillas del mar es una costumbre de la mayoría de seres del planeta Tierra, y en especial de la zona costera de Lima, ya que además de los distritos de Miraflores, Barranco y Chorrillos, los ciudadanos ubicados en los actuales distritos de San Miguel, Magdalena, San Isidro e inclusive el Callao también lo hacían y con los mismos fines.


La historia relata que las playas del Distrito de Chorrillos fueron las más frecuentadas desde el siglo XIX, la que incluyó la escondida playa de la Herradura.


En el caso de Barranco, la afluencia del público que iba a la playa con fines recreativos, se inició a finales del siglo XIX, gracias a la instalación del funicular, siendo constante durante todo el siglo XX, hasta que empezaron a destruirse las playas.


En Miraflores la situación fue similar, hasta finales del siglo XIX eran frecuentes las visitas a las playas miraflorinas por distintos senderos, por los parques Domodossola y Salazar, la Quebrada Balta, y las pendientes de los actuales parques Rabin y Reiche.

 

Así como en los distritos de Barranco y Chorrillos existieron grupos de personas que se agruparon con el deseo de acondicionar instalaciones para disfrutar de la playa con la familia, lo residentes de Miraflores también lograron su local conocido como los Baños de Miraflores.

Antiguas fotografías de principios del siglo XX demuestran que hacia el final de la quebrada Balta se había habilitado un sendero para dirigirse a la orilla de las playas miraflorinas.

 

El camino estaba adornado con distintos arbustos de plantas silvestres, entre los que eran visible pequeños tomates así como aguaymanto y algunos berros.

Casi toda la zona junto al cerro había sido apuntalada con canto rodado obtenido del mismo lugar.


A unos metros de la orilla, se construyó un largo módulo de madera, con pilotes que lo separaban de las piedras ubicadas al nivel del mar.


Dicho módulo tenía compartimientos para cambiarse, porque era común que las personas asistieran a las playas con la vestimenta usual, y después colocarse los trajes de baño.

A ambos lados del módulo de madera se colocaron un par de escaleras, siempre con una baranda de seguridad.


Las fotografías muestran que hacia la década de 1930 el sendero construido para llegar al módulo, fue techado con distintos materiales, habilitando nuevas habitaciones, algunas con casilleros con la posibilidad de colocar un candado, debido a la mayor demanda.


Otras fotografías, muestran varios senderos anchos y escaleras que de manera interrumpida giraban hacia la izquierda o derecha, siempre sostenidos con canto rodado para evitar los desmoronamientos.


Otra vista muestra un curioso arco, como si fuera una zona de ingreso, construido con piedras, con destino a los Baños de Miraflores.


A principios de la década de 1940, se modificaron los Baños de Miraflores, con instalaciones más seguras para que las personas pudieran cambiarse,  y disfrutar del mar.

  

El mayor interés por las playas miraflorinas motivó que se ampliara el sendero de muros de contención, empleando siempre el canto rodado.

Eran tiempos en que los veraneantes decidieron llegar a la orilla en sus propios vehículos, en vez de caminar, para ello fue necesario habilitar un área de estacionamiento para los vehículos que descendían desde la antigua calle Lima, hacia la Quebrada Balta.

Algunas de esas paredes de retención hechas en canto rodado aún permanecen en la zona.

  

Durante casi todo el tiempo de la afluencia del público, la zona de playa era mínima, la cual dependia de la marea, por ello fue necesario instalar algunas sogas para proteger a los bañistas.


Al igual que en las playas de Chorrillos y Barranco, también se construyeron espigones, para favorecer a los bañistas.

Un hecho común hasta la década de 1970, era encontrar en toda la zona cercana al mar además de dentro del agua: algas de distintas especies y tamaños debido a que la zona continuaba siendo un área fértil en productos marinos.


Una constante en las playas Miraflores es que en las orillas casi siempre han habido piedras, de distintos tamaños y colores, por lo cual es imprescindible emplear zapatillas al momento de ingresar al mar, lo cual se ha mantenido hasta la fecha.

Y como todas las playas de Lima, es fácil llegar a ellas, por eso siempre son bienvenidos.



Fotografías Derechos Reservados


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