En el año 1990, mientras laboraba en el Banco de Reserva, me delegaron que prepare propuestas de personajes que serían inmortalizados en los billetes nacionales.
Mi primera decisión fue identificar a los literatos, aquellos cuyas obras históricas, cuentos, novelas, poemas, llenaron mi corazón de sabiduría, aunado con imágenes relacionadas con su lugar de nacimiento, obras principales, o el protagonista de una de sus historias.
Por esa razón estructuré una maravillosa lista de letrados, colocando en lugar preferente a una dama, nuestra Isabel “Chabuca” Granda, en el billete de la mayor denominación, pero no sería yo la que decidiera esa asignación.
Como ciudadana nacida en el distrito de Barranco, decidí que la imagen de doña Chabuca estuviera acompañado con la del Puente de los Suspiros, y la clásica vista del caballo de paso.
Por alguna razón se determinó que un aviador figure en la serie de menor denominación, sin embargo personajes ilustres como Porras, Valdelomar y Basadre, figurarían en los siguientes valores, con imágenes relacionadas con su entorno.
Grande fue mi sorpresa al ver que en la máxima denominación colocaran a un ser que nunca existió como tal, esa imagen no corresponde al personaje aludido, nada tiene que ver con la literatura ni las artes, supongo yo, que la razón fue porque los que la promocionan pertenecen a la única empresa que en nuestra nación tiene derecho a siete días feriados no laborables, ni la patria tiene tantos feriados, el poder de algunas empresas es poco creíble.
Ahora resulta que a pesar que los medios de pago son una manera de difundir la historia, por alguna razón las características de la imagen de los billetes peruanos han cambiado drásticamente, el rostro de los personajes han sido ampliados, han eliminado o minimizado el entorno del personaje, “engordándolos” de manera virtual, dejando de ser el personaje inicial.
Pareciera que corresponden a alguna obra relacionada con el “animé japonés”, y lo peor, sus anversos ya no guardan concordancia con su historia.
Cuánto desearía que los funcionarios del Banco Central de Reserva del Perú y de la Casa Nacional de Moneda, recapaciten, y coloquen a la dama de la poesía peruana María Isabel Granda y Larco, Chabuca Granda, en los billetes peruanos de mayor denominación.
Es de recordar que en esa emisión de billetes todos los ciudadanos debían ser literatos que hubieran vivido y escrito durante el siglo XX.
Se realizó una excepción por José Quiñones, cuyo rostro, al parecer no fue incluido en un billete emitido en la década de 1970.
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Esa costumbre de modificar las caraterísticas de los billetes, hasta le han cambiado el rostro a los personajes, por ahi es que nos das billetes falsos.
ResponderEliminarY lo peor es que no avisan a la ciudadanía.
ResponderEliminarFelizmente las monedas conmemorativas estan muy bonitas.
es por razones de seguridad justamente,
ResponderEliminarno te preocupes que la historia nadie la cambia
MUY INTERESANTE LO QUE HAS ESCRITO,,, SOBREMANERA,,,, MIRA TU,,, LAS COSAS QUE TIENE NUESTRO BILLETITO...
ResponderEliminarAQUI UN EJEMPLO DE LA ESTUPIDEZ< PERUANA,NO
ResponderEliminarDEJEN DE LEERLO
MUCHAS GRACIAS POR ESTA INFORMACION, ES MUY INTERESANTE SABER SOBRE NUESTRA MONEDA Y FELICITACIONES POR LA LABOR QUE HAS HECHO.
ResponderEliminarSALUDOS
RAMON
Como siempre, primero el miedo, luego la cultura.
ResponderEliminarEn el año 1990 dediqué semanas en investigar sobre los personajes del siglo XX más idóneos para que figuren en los billetes, en coordinación con la Biblioteca Nacional, el Instituto Nacional de Cultural, el Congreso, Clubes departamentales, las principales Universidades y Centros Culturales, así como enviar cartas notariales a los descendientes para que acepten que su familiar esté en uno de los billetes, entre otros trámites. Después de 30 años de esas investigaciones el BCRP decidió incluir a doña Isabel - Chabuca - Granda en uno de los billetes peruanos.
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