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miércoles, 22 de enero de 2014

Club Naútico Las Cascadas


Club Náutico Las Cascadas - Barranco 
Fotografía Enrique Caravedo


En el año 1948, a solicitud de un grupo de vecinos barranquinos y siendo alcalde de Barranco don Javier Lanfranco, se aprobó la creación de un club náutico, porque el objetivo era otorgar a la juventud del distrito y a la colectividad un lugar de esparcimiento y para la práctica de deportes junto al mar.

Pero fue recién a principios de la década de 1960, y debido a la construcción de una amplia pista de doble sentido en la Quebrada de Armendariz, nominada desde esa fecha Circuito de Playas, en que se decidió ubicar el lugar para realizar dicho club, habilitando una zona sobre las nuevas playas de arena de la Costa Verde.

Maqueta del futuro Club Náutico Las Cascadas

En el año 1964, el consejo municipal de Barranco en coordinación con los principales gestores del proyecto, preparó dos maquetas y estableció una zona de acceso a dicha playa. 

El lugar escogido fue el área conocida como la playa Las Cascadas, espacio con una extensión de 14,000 m2.

En febrero de 1965, fueron reconocidos los estatutos del nuevo club por el Ministerio de Educación, y aprobados por Resolución Ministerial Nº 3457 del 13 de julio de 1966.

Y por Decreto 43-66 del 26 de julio de 1966 el Concejo de Barranco, concedió el uso y usufructo de la zona ganada al mar comprendido entre los espigones 1 y 2 de las playas de Barranco.

En el otro extremo se encuentra la playa Barranquito.


La fotografía que antecede corresponde al año 1967 y se observa a lo lejos parte de la construcción justo sobre la playa Las Cascadas, así como los inicios de ese futuro club náutico, justo a la altura del malecón Paul Harris de Barranco.

Dibujo del futuro Club Náutico Las Cascadas

El 1 de noviembre de 1966, los representantes legales del nuevo el club solicitaron a la Municipalidad de Barranco la licencia de construcción, pero a su vez pidieron la exoneración del pago de dicha licencia, aceptando ante tal requerimiento por ser una obra de bien social.



En la fotografía del año 1966, captado sobre el terreno del futuro club, se encuentra un grupo de funcionarios públicos, vecinos barranquinos, el Alcalde de Barranco Jorge Rocha Arnao, el presidente de la República Fernando Belaunde y gestor del proyecto, el vecino barranquino Salvador Tillit (con un folder en el brazo), inspeccionando los avances de la obra.



En esta fotografía del año 1968 ya se observa el Club Náutico Las Cascadas, al carecer de información documentada, los recuerdos de vecinos barranquinos afirman que el proyecto  fue financiado por casi 500 personas, los cuales se convirtieron en socios.

Además del aporte monetario, muchos de los interesados contribuyeron de distintas maneras en  el progreso de las instalaciones, lo que de alguna manera les permitía obtener un carnet de socio para poder ingresar al club, sin embargo, en todo momento las playas fueron públicas, sin restricción alguna.


La siguiente fotografía, captada en el año 1969, aunque no es visible, el club tenía varias zonas de esparcimiento, un área para comidas con bancas y toldos, así como una piscina adornada con algunas caricaturas de Disney, y al parecer hasta servicios higiénicos.

Aparentemente tanto el agua de la piscina como de los servicios higiénicos fue canalizado desde una de las acequias de agua dulce proveniente de las laderas en forma de chorrillos.


El proyecto sólo duró 4 años, porque hacia el año 1973 (ó 1974), otros intereses motivaron que parte del terreno de ese club fuera adjudicado a una empresa de comida que deseaba instalar un local comercial.


Es de comentar que ese local comercial es un excelente establecimiento de comidas, con distintos adornos en la zona de ingreso, todos relacionados con el mar.


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miércoles, 15 de enero de 2014

Poetas y otros artistas sin jubilación



Siempre escuché sobre la necesidad de crear un seguro médico y de pensión para el artista,
independientemente cual sea la rama de su arte.

Si la obra es un producto final que puede ser comercializado, el tema es muy distinto a lo que me referiré en este artículo, centrado en los dedican a obras visualizadas, como los actores, cantantes, cuenta cuentos, poetas, danzantes, entre otros.

La historia ha comprobado que aquellos que tienen la suerte de tener un contacto en las entidades gubernamentales siempre obtendrán contratos en sus tiempos de auge, viéndose favorecidos con una serie de beneficios. 

Si son literatos sus obras serán publicadas y promocionadas, si son cantantes realizaran conciertos subvencionados, y situación similar ante las otras ramas del arte, representando a nuestra patria en distintos eventos.

¿Pero qué sucede cuando se “duermen en sus laureles” y se olvidan que la fama normalmente dura un suspiro, y que al terminar su gloria o el puesto de su contacto?.


Hace unos años compartí un escenario poético en un local del distrito de Barranco con un aparentemente reconocido escritor, traductor, poeta, profesor universitario que siempre anuncia que está viajando por aquí y por allá en su posición de poeta. 

Ese caballero hoy tiene graves problemas médicos y a pesar de bordear los 60 años, afirma no tener ningún seguro médico, recurriendo a las redes sociales para realizar una campaña de salud, campaña que supongo será exitosa, y logrará obtener los recursos que necesita.

¿Pero cómo es posible que alguien aparentemente tan querido y reconocido no tenga un seguro médico?. Puedo entenderlo de algún artista ambulante, sin estudios ni preparación, pero de un docente universitario con una amplia trayectoria profesional, ¡es poco creíble!


Siempre quise dar a conocer mis poemas, pero primero debí asegurar mi vejez, laborando en diferentes empresas que me permitieran lograr una pensión y un seguro médico para cuando las fuerzas no me alcancen.

Y como empecé a laborar y a aportar a un sistema de pensiones desde los 16 años, a los 52 pude darme el lujo de dedicar parte de mi tiempo a la poesía.

Reconozco en la poesía un hermoso arte que transmite sentimientos gracias a las palabras, pero lamentablemente el comportamiento de algunos poetas no coincide con sus versos.

Es preocupante que sea una constante la indiferencia de muchos artistas peruanos ante un seguro médico y pensionario mientras están adornados de laureles, y que luego, en su ruina, estén mendigando.

¿Tanto les cuesta ahorrar en un sistema previsional un porcentaje de sus ingresos para su futuro?.

Y no sustenten esa dejadez con que ganan poco, si ganarán poco se dedicarían a otra profesión u oficio, no a ser poeta.




sábado, 4 de enero de 2014

Atardecer en el parque Raimondi de Miraflores


Hasta principios de la década de 1920, el malecón Cisneros era un área ignorada por los residentes miraflorinos


Sin embargo se habían construidos algunos elegantes predios muy cerca al acantilado del Malecón Balta. 


Antiguas fotografías muestran que existían algunas delimitaciones de senderos, en forma de triángulo, muy parecidos a los antiguos campos de cultivo


Todos los acantilados de ese malecón eran muy verticales, no siendo posible el acceso al mar de manera sencilla, aunque algunas grietas eran visibles, quizá al haber sido alguna ruta del cauce de un río.


Hasta la década de 1960, la zona conocida como el parque Raimondi, era un área baldía.


Fue recién en la década de 1980, que a la altura de la calle Roma, se colocó un monumento en homenaje a Antonio Raimondi, rodeando una pequeña zona con áreas verdes.


Con el transcurrir de los años, ese sector del malecón empezó a ser concurrido por parejas de enamorados, remodelándose en el año 2005 convirtiéndose en un parque ecológico, con más de 35,000 metros cuadrados.


Se sembrando arbustos y laberintos con flores de colores, plantaron árboles de pinos, palmeras y otras variedades, así como una pileta iluminada, que adornaba el paisaje.


También se habilitaron varios mini gimnasios, juegos infantiles y una ciclovía al borde del acantilado


Y se instalaron algunos miradores en la zona alta para una mejor vista al mar, en especial para admirar los hermosos atardeceres.


Toda la zona se encuentra inclinada, con pocos grados entre sector y sector, por ello es posible mirar los atardeceres desde cualquier lugar del parque.


Por la amplitud del horizonte, en cualquier fecha del año son visibles las diferentes estaciones del año.


Es así que existen momento en que el Sol puede verse muy cerca al parque Del Amor y en otros momentos muy junto al Faro de Miraflores.


Cada atardecer es irrepetible, la variedad de colores del firmamento ocurren inclusive en muchas tardes de invierno.